jueves, 30 de noviembre de 2023

Diario. Jueves, 30 de noviembre de 2023

jueves, 30 de noviembre de 2023

7:30

Aún brilla, en el cielo, la dorada luna. Por el oriente asoma ya la concubina di Titone antico etc.

Abro la iglesia.

Hay que encender las seis velas del sagrario y un segundo velón en el altar de la Inmaculada. 

Oficio de lectura y laudes.

Evangelio de san Mateo.

8:20

Apago las velas.

Registro los libros para la fiesta de san Andrés y recuerdo el wasap que he mandado a Pelayo DG: «Hoy misa votiva de la eucaristía porque es  jueves». Confundiendo a mis amigos desde la madrugada. 

Voy al despacho. 

La luna, antes dorada, se ha vuelto blanca ahora, como un queso de Burgos. 

8:40

Manual de teología dogmática de Ott. 

Empiezo el libro cuarto: tratado de Dios Santificador. Primera parte: La doctrina de la gracia.  Introducción: la gracia en general. Números 1-3.

9:00

Voy a buscar a Laura porque su madre sigue en Colorado Springs cuidando de Peter James Javier. Voy oyendo el Requiem de Tomás Luis de Victoria. 

Felicito a Laura que ha vuelto a obtener la máxima calificación por su último trabajo. 

Volvemos a San Miguel con el Requiem porque es el último día de noviembre. 

9:30

Dejo a Laura en la iglesia. Saludo a Analía que se va a Torrevieja y voy al despacho.

Me llama la Guardia Civil: han identificado a los amables pecadores arrepentidos que profanaron la capilla. 

10:15

Vuelvo a la iglesia.

10:30

Exposición del Santísimo sin órgano porque hoy es san Andrés. 

10:55

Bendición con el Santísimo. 

11:00

Misa de la fiesta de san Andrés, Gloria. Canon Romano. 

11:45

Doña Nati entra en la sacristía y deja diez euros para el organista aunque no ha habido organista. 

Voy a la casa abadía para hacer mi maletita. Voy a la famacia para comprar pastillas rosadas. Salgo para la Lloseta pero tengo que volver a la casa  abadía porque he olvidado mi teléfono móvil.

12:10

Salgo para La Lloseta. Llegaré tardísimo, dado que hoy empiezan quince minutos antes. 

12:45

Han empezado hace quince minutos y yo aún estoy en Elche. 

Al llegar a Alicante, desisto de seguir hasta la Lloma. 

13:15

Aparco en el Corte Inglés.

Compro dos pantalones.

13:45

Camino hasta el otro edificio del Corte Inglés. Como allí. 

15:03

Salgo para La Torre.  

15:25

Me siento en el sillón de la abuela Paquita y trasteo en Twitter.

15:40

Riego las plantas.

Paseo por el palmeral: misterios luminosos.

16:15

Sigo con el empeño de ordenar en mi biblioteca la literatura del siglo XX.

17:45

Salgo a contemplar la puesta de sol y encuentro una multitud de seres humanos desconocidos —hombres, mujeres y bebés— que deambulan por el jardín. 

Entre la multitud de extraños, encuentro un rostro conocido: Nacho. 

Nos saludamos, me presenta a Cristina y Cristina me presenta a su bebé. Luego encuentro a Rafa y a Elena y me van presentando amigos que aparecen de no se sabe dónde. Al parecer acaban de llegar de Madrid y van a pasar aquí el fin de semana.

Nacho me muestra el libro que le dedicaron a él sus amigos, que él me regaló a mí y que yo, aún,  no había encontrado: Nada de lo humano me es ajeno. Los Cuatro Cuartetos de Ignacio Vicens Hualde. 

Rafa me invita a un vino que tiene muy buena pinta. Pruebo dos aceitunas y dejo el vino para más tarde. Pongo una amable excusa y me escabullo. 

18:00

Me refugio en la ermita para mirar fijamente la imagen de la Virgen del Carmen. 

18:35

Alguien abre la puerta de la ermita, la cierra y apaga las  luces. Salgo de la ermita a tientas. 

Busco al culpable y lo encuentro. Ha sido Rafa pero no ha sido aposta. Vuelve a ofecerme un vino y, ahora sí, lo acepto. 

Estamos en el jardín, sentados en torno a una mesa. Por arte de magia,  o por otras causas, aparecen. sobre la mesa, quesos, zanahorias con sus salsitas, choricitos, panecillos, olivillas, papas fritas… Y, en torno a la mesa, quince seres humanos. 

La hermana de Elena empieza a contarnos cómo han rescatado en Majadahonda (Madrid)  los míticos cines Renoire. 

Su amable esposo nos invita a hablar de cine y alguien cita al papa Francisco: El  festín de Babet. 

20:45

¿Puedo dejar que den la nueve sin haber rezado vísperas? No, no puedo.

Me levanto y me despido de todos. Hay que rezar vísperas.

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