miércoles, 1 de noviembre de 2023

Diario. 1 de noviembre de 2023

 miércoles, 1 de noviembre de 2023

8:00

Precioso día para celebrar a todos los santos. 

En efecto: el cielo, limpísimo; el aire, fresco pero no mucho; el sol… La verdad es que el sol no se ve desde la plaza a estas horas, aunque su luz llega por las callejuelas que dan al mar coloreándolas con reflejos dorados y carmesíes. 

En la plaza no se oye sino el trinar de los gorriones y un rumor de voces que vienen del Borrascas. 

Abro la iglesia y enciendo las luces. 

Estoy con el oficio de lectura, cuando llega Bernardo muy agitado.

—«San Francisco  Javier: ¿puedo comulgar?».

Le propongo que hagamos una comunión espiritual. Acepta. Los dos miramos fijamente al sagrario mientras voy recitando «yo quisiera, Señor…». Al terminar, me pide la bendición. Doy la primera bendición del día. 

Sigo con la liturgia de las horas. 

Me aplico a la meditación con el evangelio de san Juan. «Yo soy la vid…».

8:53

Vuelvo a la casa abadía. Antres de entrar miro hacia el cielo y ¡mira! Por la parte de oriente, más alta, mucho más alta que el perezoso sol otoñal, entre las ramas de las palmeras veo la luna, blanca como una oblea.

Me tomo una pastilla rosada. 

Me extraña la quietud de la lavadora. ¿No la puse antes de salir de casa? Sí, metí la ropa y puse el jabón pero olvidé darle al botón de arranque. Casi mejor, porque también olvidé meter las sábanas. Meto las sábanas y pongo en marcha la lavadora. 

Ya, puestos, saco la vajilla del lavaplatos y pongo a trabajar al robot aspirador que no sabe de fiestas. 

9:11

Salgo para Torremendo. Voy oyendo —y cantando— las letanías de los santos: Kyrie eleison… La policía ha cortado una de las entradas al cementerio y ha señalizado los alrededores para proteger a los peatones. No hay peatones. 

El canto de las letanías se interrumpe dos veces por la entrada de sendas llamadas desde un teléfono desconocido. No puedo contestar. 

9:29

Llego a Torremendo. Mientras voy hacia la iglesia noto el calor del sol en mi cogote y veo la luna sobre el campanario. 

El archidiácono está sentado y mirando fijamente al sagrario. Cuando paso junto a él me saluda: «¡Bendición, padre!». Doy la segunda bendición del día. Me revisto con alba y estola —tendría que traer una de las dos sotanas que tengo en San Miguel— y me siento en el confesonario. 

Tercia. 

Wasap de Alfredo. Que si el ensayo puede ser el domingo a las 16:30. Que sí. 

Pongo el teléfono en modo avión. 

De camino a la sacristía, Yoli, Clara y Clelia: «Bendición, padre». Tercera bendición del día. 

10:00

Misa de Todos los Santos. El archidiácono pide la bendición para proclamar el evangelio. Quinta del día. 

En la Plegaria Eucarística, cuando estamos con Cosme y Damián y todos los santos suena un aviso de no sé qué en el teléfono que está en modo avión en la sacristía. El archidiácono lo apaga.

Al final, sexta bendición del día para todos los que han venido a Misa. 

Toca ir a dar la unción de enfermos a algunas personas mayores. 

A Encarna, como ya ha comulgado en misa, no le doy la comunión. Séptima bendición. 

Vamos a casa de Conchi que se rompió un brazo hace poco. Unción, comunión y octava bendición.

Vamos a casa de Josefa, que cumplirá cien años el 1 de diciembre. Unción, comunión y novena bendición del día. 

Como son las once y media, volvemos a la iglesia y me despido del archidiácono. «Ciao, padre. Bendición». «Dios te bendiga. Décima bendición. 

Vuelvo a San Miguel con las letanías de los santos. 

11:45

Saludo a Teresa que aprovecha que estoy aparcando para entrar por la puerta del garaje y que casi se cae por las escaleras pero no se cae. 

Saludo a Laura que está contando las ofrendas de los lampadarios. 

Suena el teléfono. JM. Que si habrá confesiones antes de misa. Que sí.

Me siento en el confesonario. 

Primera absolución del día.

Ángelus.

Segunda absolución del día. El penitente, al despedirse: «Dios lo bendiga,  padre». Primera bendición que alguien me desea hoy. 

Joan: que ha abierto la puerta mientras se confesaba el penitente anterior porque la lucecita estaba verde. Yo: que sí, que se me había olvidado poner la roja, pero que ya está roja. Ella: que no, que no se va a confesar (vuelvo a encender la luz verde). Que ha visto que hay mucha gente en la iglesia y que si llena el copón. Yo: que sí, por favor, y que gracias. 

Voy a revestirme. Estrenamos casulla blanca de fiesta. Samael me hace caer en la cuenta de que no la hemos bendecido. Se lo agradezco  y la bendigo. Décima primera bendición.

12:30

Misa de Todos los Santos. Andrés toca el órgano y canta que se las pela. 

Al final, décimasegunda bendición del día y anuncio: que cada día, durante ocho, después de misa, rezaremos el rosario en  el cementerio. 

Entra M en la sacristía. Que si la puedo confesar. Que sí. Tercera absolución del día.

Vamos a rezar el rosario en el cementerio. 

Luego llevo a Joan y a Laura hasta su coche. Se despiden: «Thank you,Fr: God bless you». Segunda bendición que me dedican hoy. «God bless you too». Décima tercera bendición que doy hoy. 

14:17

Voy a casa de N&P. 

Bendición de los alimentos. Pedimos a Dios que, no como buitres, comamos en paz y con un corazón agradecido, los alimentos que Él nos da y que no nos devoremos los unos a los otros. Amén. Décimacuarta bendición del día.

15:00

Me despido. Samira me dice que me lleve el regalo que ha dejado en la puerta: una caja enorme de cartón para tirar al contenedor. Me encantan los regalos. 

Visita al Santísimo.

Voy a la casa abadía, tiendo la ropa y encuentro en la lavadora una moneda de dos euros. Me felicito. 

Treinta mensajes de WhatsApp. Felicitaciones del coro para Mari Ángeles. Pinceladas bíblicas sobre Halloween de MGC. Teresa: que si mañana habrá rosario. Que no,que después de misa me iré a Alicante. Chat de hermanos. Chat de capellanes de hospitales. Chat de Asociación Tabarca.La reflexión diaria de Patricia. Felicitación de Todos los Santos de Visi, desde Mejorada del Campo. Juan A que muy bien al plan de comer mañana en Torrellano. Don Fernando Y manda un video de José Mota sobreel cambio horario. Armin: que acaba de mandarme por correo electrónico el plan del viaje. 

Correo electrónico. Borro cincuenta y tres correos y dejo cinco para leer en otro momento. 

15:30

Anoto en la cuenta de San Miguel los ingresos de hoy. 

Trasteo en Twitter.

16:00

La revolución española vista por una republicana. 

17:00

Salgo para el hospital. Voy oyendo Gianni Schichi. 

Parón en Torrevieja. Ha habido  un accidente. 

Aparco en la entrada de urgencias cuando Lauretta está cantando el O mio babbino caro. Me aseguro de que no hay ningún vigilante cerca y me uno al canto. Luego detengo el video y bajo a la capilla. Me pongo mi bata nueva.  

Voy a ver al paciente inglés y anglicano. Antes de entrar en la habitación me pongo la bata verde, los guantes azules y la mascarilla. Lo encuentro solo. Está despierto pero no puede hablar. Rezo un padrenuestro y le doy la absolución. Cuarta absolución del día. 

Voy a ver a Miriam. Está con sus hermanos: María José y Eduardo. Son navarros recios y simpáticos. Charlamos. Miriam no puede comulgar ni, casi, hablar, pero quiere recibir la unción. Prometo volver con el óleo después de visitar a don José Luis. Eduardo me acompaña hasta la habitación de don José Luis y me va contando cosas alegres con las que nos reímos y cosas tristes que lo emocionan un poco. 

Me pongo otra bata verde y otros guantes —ahora no hace falta mascarilla— me despido de Eduardo y entro a ver a don José Luis. Está con Mercedes. Hoy no va a poder comulgar. Le doy la bendición con el Santísimo. Décimaquinta bendición del día. Antes de despedirme le pido que nos bendiga. Saca la mano derecha de debajo de  las sábanas  y nos bendice. Tercera bendición que recibo hoy. 

Bajando a la capilla me cruzo con un vigilante y lo saludo. Subiendo a la habitación de Miriam volvemos a cruzarnos y bromeamos. 

Le doy a Miriam la absolución —quinta del día— y la unción y, a los tres hermanos, la bendición. Décima sexta del día. 

18:50

Salgo para San Miguel oyendo Gianni Schichi. 

19:17

Aparco. La ópera está a punto de acabar. Me quedo en el coche viendo el final. 

Subo a la iglesia.

Vísperas.

Leo un punto de la Imitación de Cristo y me quedo un rato mirando fijamente al sagrario. Leo otro… Y así.

20:00

Voy a la casa parroquial y me aseo un poco. Ante el espejo me felicito por el corte de pelo que me hicieron ayer. 

¿Voy a pasar a ver a N&? Sí. Luego cerraré la iglesia. Pero, antes, voy a darle a «publicar». Sé que el blog  me preguntará que si, de verdad, quiero publicar esta entrada. Tendré que darle otra vez a «publicar» y luego, cuando la lea, veré que hay un montón de erratas. No importa.

6 comentarios:

  1. Muy organizado, todo el tiempo. Feliz día

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  2. Dios le bendiga, D. Javier.

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    1. (Javier) ¡Cuarta bendición que recibo hoy! ¡Dios se lo pague.

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  3. Recuerde a mis padres por favor,don Javier y bendigame.Mañana tengo dentista.

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    1. (Javier) Mañana encomendaré a los padres de un anónimo que tiene cita con el dentista.

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Es usted muy amable. No lo olvide.