sábado, 25 de noviembre de 2023

Diario. Sábado, 25 de noviembre de 2023

 sábado, 25 de noviembre de 2023

8:00

Hay una carpa en la plaza. La ha montado el ayuntamiento para el belén de la Asociación de belenistas. También han colgado las luces del: «Felices fiestas». 

Abro la iglesia, enciendo las luces, también el único foco del altar que aún no se ha fundido, y las seis velas del sagrario.

Oficio de lectura y laudes.

Evangelio de san Mateo.

Las velas no son mágicas. Como nos recuerdan las vírgenes prudentes, una lámpara de aceite no sirve de mucho si no tiene aceite. Las velas del sagrario funcionan con parafina. Si se encienden durante varias horas al día, hay  que rellenarlas frecuentemente. Ahora hay que dejar que se enfríen los mecheros. Ahora hay que rellenarlas. Ya está. 

Hay que registrar los libros para la misa de santa María en sábado. Ya está. 

9:00

Voy a la casa parroquial. La plaza… En realidad, aquí, la plaza se conoce como «el paseo». El paseo sigue desierto. 

En la casa abadía recojo la ropa que tendí ayer. 

Leo el comentario del cardenal Vanhoye a las lecturas del domingo, solemnidad de Cristo Rey. 

9:30

Tengo que ir a buscar a Laura porque su madre está en Colorado Springs. Allí está todo nevado. Lo sé porque me ha mandado una foto en la que se ve todo nevado.

Salgo en mi León. En la radio suena Tomás Luis de Victoria. Muy bien. Voy con tiempo. He olvidado mi teléfono en el despacho. Llegando a mi destino se pierde la señal  de Radio Nacional. 

Llego a mi destino. Espero hasta la hora convenida y me entran unas ganas enormes de seguir escuchando a Tomás Luis, pero nada: no hay señal. Laura no sale. Toco el timbre y no oigo nada. Espero un poco. Nada.

Abro la puerta del jardín y oigo el revolotear de las palomas que han acudido al comedero y huyen asustadas. 

A través del la puerta de cristal, uno de los dos gatos de Joan, me observa con curiosidad. Cuando me acerco a la puerta, da un bufido y sale corriendo. Golpeo la puerta suavemente con los nudillos de mi mano derecha queme duelen un poco. Nada. Barajo dos hipótesis: Laura se ha dormido o ha sido asesinada. Esta segunda, como hipótesis, me parece más interesante y la considero detenidamente antes de golpear de nuevo en la puerta. Esta vez golpeo con más fuerza y los nudillos me duelen un poco más. Intento abrir la puerta, pero está cerrada con llave. A través del cristal veo a Laura que viene sonriente.  Me alegro de poder descartar la hipótesis del asesinato.

Dejo a Laura en la iglesia y voy al despacho.

10:00

Recupero mi teléfono y veo en YouTube el video de un sabio exégeta que comenta las lecturas del domingo. Insiste mucho en que lo del infierno es una imagen egipcia del más allá a la que no hay que dar crédito. 

10:30

Vuelvo a la iglesia.

Laura ha encendido dos velas a los lados del sagrario. Enciendo las otras cuatro. 

Voy al confesonario.

11:00

Misa de santa María en sábado.

Al terminar la misa voy a repasar las lecturas con Teresa pero, desde la puerta de la iglesia, un ser humano me hace señas: quiere confesión. Dejamos lo       de las lecturas para otro momento y voy al confesonario. Muy bien.

Tengo que llevar a Laura de vuelta a casa. Necesita pasar por la post office. 

Laura recoge sus paquetes. Entre otras cosas, le mandan algunos folletos de las Children of Mary traducidos al español. Quiere saber si están bien traducidos y si conviene repartirlos en la iglesia. Me da un ejemplar para que lo examine en mi calidad de inquisidor.

Dejo a Laura en su casa y nos despedimos hasta mañana. Mañana irá David a recogerla. 

Vuelvo a San Miguel cantando el Abide With Me. 

12:30

En el despacho recupero mi teléfono y empiezo a leer el folleto que me ha dado Laura. Contiene treinta breves meditaciones para treinta días. Me propongo leer una al día.

Divina Comedia: Purgatorio, cantos I-V. Se me rompe la cinta marcapáginas, ya bastante gastada. Intento añudarla. Nada. 

El coro me invita a una comida para el día 3 de diciembre. Me apunto. Armin y Heidy me invitan a una cena el mismo día. Me apunto.

13:15

Sexta.

Lectura del profeta Zacarías. 

Esquemita de homilía.

Resumen de prensa. 

14:00

Voy a casa de doña Nati y Paco. Saludo a Raúl que acaba de cerrar la peluquería. Juntos, saludamos a doña Nati y a Paco. Él los llama «abuelos» —porque son sus abuelos— y pasa al patio para saludar a su tío Roberto que está haciendo un arroz. Paco se ha puesto una especie de cazadora porque tiene frío. Doña Nati va envuelta en una bata calentita. Cuando Roberto y Raúl  salen del patio, saludo a Roberto y nos despedimos de Raúl, que se va. 

Creo que hoy no les he cambiado los nombres.

14:50

Me despido de todos.

Noticias en Antena 3.

15:30

Salgo a caminar. He leído el tuit de alguien que había estado rezando el rosario en Ferraz y contaba una anécdota. Alguien respondía algo así como: «Pues a mí, como católico, me tienes que explicar por qué hay que rezar el rosario en esta manifestación». He vuelto a leer el tuit del que había estado rezando el rosario en Ferraz. No, no decía que haya que rezar el rosario en las manifestaciones ni en ningún otro lugar. Se limitaba a decir que él, y otros, habían estado rezando el rosario en Ferraz. Y contaba una anécdota. 

Misterios gozosos.

16:00

Visita al Santísimo. 

Vísperas.

Preparo la reunión de mañana.

Correo a QP.

Borro doce correos y leo en Aceprensa un artículo sobre la eutanasia en Canadá y otro sobre Milei.

16:50

Voy a la iglesia. 

Teresa acaba de llegar. 

Enciendo las seis velas del sagrario pero se me olvida encender el único foco del altar que aún funciona. 

Cuando voy a sentarme para mirar fijamente al sagrario, entra en  la iglesia una señora a la que ya he visto alguna vez. Cuando viene, se arrodilla en un reclinatorio y pasa un largo rato mirando fijamente al sagrario. Tengo que saludarla algún día. 

17:30

Teresa da el primer toque de misa y yo termino mi oración. La señora sigye arrodillada. Gloria y alguna otra señora llegan con tiempo para mirar fijamente al sagrario antes de la misa. 

18:00

Misa en la  víspera de Jesucristo, Rey del universo. La ofrecemos por nuestra queridísima Carolina.

Al terminar la misa, entran en la sacristía los tres hijos de Carolina para agradecer el servicio —qué amables— y para darme un generoso donativo —qué generosos—. Charlamos. Me cuentan que Delia está hoy celebrando con su quinta —la del 73— los cincuenta años. Nos despedimos, trasteo en Fbk y —casualidad— Joaquín ha subido una foto de la quinta del 73  posando delante del JJ.

Entran Bruno y su amable esposa para cambiar unos evangelios pequeños que se llevaron la semana pasada por unos grandes. Le digo a Bruno que mi León tiene que pasar la inquisición técnica de vehículos. Me dice que dará cita por  WhatsApp.

Teresa trae el cestillo de la colecta. Hay algunas monedas y un billete de 20 euros. Teresa me dice que lo ha echado la señora que mira fijamente al sagrario. Según ella, tiene rasgos filipinos. 

19:00

Teresa y yo apagamos las luces y cerramos la iglesia.

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