domingo, 5 de noviembre de 2023

Diario. Domingo, 5 de noviembre de 2023

 domingo, 5 de noviembre de 2023

7:40

Anoche, el archidiácono me mandó una foto de la chimenea, encendida, de su casa. Aseguraba que era la primera vez en su vida que encendía una chimenea y se sentaba a su calor. 

Lo recuerdo ahora, cuando salgo a la calle en mangas de camisa y siento frío. 

Abro la iglesia, entro y agradezco la tibieza del ambiente. Enciendo las luces. 

Oficio de lectura y laudes. 

Evangelio de san Juan.

8:30

Vuelvo a la casa abadía para preparar mi desayuno dominical. En la radio,  Jaime Cantizano entrevista a dos seres humanos. Están preocupados por el uso que los preadolescentes hacen de los teléfonos móviles. Dicen que también los adultos corremos el riesgo de utilizarlo mal. Tomo nota. 

9:06

Me dispongo a salir para Torremendo. Creo que ya no hace frío. No me pongo la chaqueta. 

Antes de salir, dejo en marcha el robot aspirador que no sabe de domingos. 

9:20

Llego a Torremendo. Me estoy revistiendo para ir al confesonario cuando llega el archidiácono. Nos saludamos. Le comento un proyecto largamente meditado: cambiar de sitio el confesonario. Buscamos un sitio donde quepa. No es fácil, dado que la iglesia está atestada de bancos y de cachivaches. 

Me siento en el confesonario: Tercia. 

10:00

Misa. En la homilía explico a los niños que llamamos «autoridades» a los que tienen derecho a mandar o a enseñar —padres, maestros, párrocos, policías…— y que ese derecho también se llama «autoridad». Les digo que Dios está sobre todas las autoridades humanas y que hay que obedecerlo a Él antes que a los hombres y que eso es lo que nos enseña Jesús cuando dice que uno solo es nuestro Padre y Maestro: Dios. Pero que el mismo Dios quiere que honremos y obedezcamos a nuestros padres, a nuestros maestros y a las autoridades humanas. Les explico que, los que abusan de su autoridad o la usan en provecho propio obran mal y que Jesús nunca abusó de su autoridad ni la usó en provecho propio. Que los que los que se burlan de la autoridad o la desprecian, obran mal y que Jesús nunca hizo eso aunque, por ser Dios, muchas veces tuvo que reprender y corregir a las autoridades. Que los que adulan a las autoridades hacen mal porque hay que respetarlas y honrarlas, pero no hacerles la pelota. Que nosotros solamente adoramos a Dios y que Jesús nos enseñó que los reyes, los papas, los obispos y las autoridades humanas no son dioses (los futbolistas tampoco) sino hermanos. Les digo, para terminar, que los que temen a las autoridades deben recordar que Jesús nos ha enseñado que somos hijos de Dios y que solamente debemos temer una cosa: ofender a Dios. 

Al final. anuncio que Yoli se reunirá con los padres en los salones y que yo me quedaré en la iglesia con Sonia, Clara y los niños de catequesis.

Después de pasar lista y hacer preguntas dificilísimas a los niños, subo con el archidiácono a inspeccionar unos locales  parroquiales. 

11:00

El archidiácono se va a llevar comuniones a los enfermos y yo vuelvo a San Miguel. 

11:15

Llego a San Miguel, saludo a Teresa que me informa de que ha quedado con los de la Unión Musical para organizar la misa de Santa Cecilia. 

Voy a la casa abadía, enchufo el ordenador que se está quedando sin batería, me tomo una pastilla rosada y escribo esto. 

Me dispongo a salir para la iglesia cuando mi teléfono me recuerda que es la hora del ángelus y que tengo que tomarme las cuatro pastillas amarillas, una grande y tres  pequeñas. Ya está,.

12:05

Voy a la iglesia con el ordenador y el cargador. Lo enchufo en el confesonario y saludo a Teresa y a los niños. Reto a los niños a que me hagan preguntas difíciles sobre el catecismo. Me fríen a preguntas que respondo sin dudar (aunque me atasco al recitar la lista de los doce apóstoles). Crece, ante ellos, mi fama de sabio. 

Aún tengo tiempo de revestirme para sentarme en el confesonario. 

12:30

Misa. 

Canta el coro. Muy bien. 

Al final salgo a la puerta para despedirme de todos. Ana Isabel me invitaa cenar a su casa. Wilder va a casa de N&P para recoger la barra de pan de A&H. Llega un ser humano delgado, con aspecto y olor de caminante, desdentado pero con una mirada, una sonrisa y unos modales que infunden confianza. Quiere que hablemos. Lo invito a sentarse en el rincón de San Miguel. Es turco: cristiano ortodoxo. Viene andando desde Alicante y pide ayuda para ir a Huelva. Consultamos horarios de autobuses. Tendrá que volver a Alicante para ir hasta Sevilla y, allí, tomar otro autobús para Huelva. Nos despedimos. Al pasar ante el sagrario, se postra hasta tocar el suelo con la frente. Luego se acerca ala piedad, besa el pie del Cristo y se santigua como hacen los ortodoxos. Me bendice y lo bendigo. 

14:05

Voy a comer a casa de Armin y Heidy.

15:30

Me despido de ellos y vuelvo a San Miguel. 

Vísperas. 

Imitación de Cristo. 

16:30

Ensayo de confirmaciones con Teresa, Alfredo y las cuatro mozas que van a confirmarse.

17:30

Voy al despacho y anoto los ingresos y gastos del día. 

18:00

Teresa, Wilder y yo, vamos al cementerio para rezar el rosario. Allí se nos unen Carmen, su hermana y Delia. 

18:30

Dejo a Wilder en su casa, a Teresa en la suya y vuelvo a casa. Escribo esto, me pongo una chaqueta y voy a casa de A&W. Llevo El rey Matías I para leer otro capítulo. Las gafas de sol las dejo en el despacho porque es de noche. 

19:00

Cena, John Denver, lectura de El rey Matías I y tertulieja mientras Luciana y Camila hacen dibujos  y Óliver ladra en la terraza. 

20:05

Nos despedimos. 

Completas.

Apago las luces y cierro la iglesia. 

2 comentarios:

  1. Cuánto tiempo hacía que no leía sus diarios, que, como ya le dije alguna vez, me encantan. Y me admiran por todo lo que hace en el día. Muchas gracias, amable don Javier.

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  2. Gracias a usted por la atención, amabilísima doña Mercedes (Javier)

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Es usted muy amable. No lo olvide.