miércoles, 15 de noviembre de 2023

Diario. Miércoles, 15 de noviembre de 2023

 miércoles, 15 de noviembre de 2023

7:10

Abro la iglesia y enciendo las luces —también las del altar— y las seis velas del sagrario. Entra Bernardo, reza ante la imagen de Jesús resucitado y se va.

Oficio de lectura y laudes.

Vuelve a entrar Bernardo, besa la imagen del Cristo yacente, luego se abraza a la imagen de Jesús resucitado y se va. 

Evangelio de san Mateo. 

8:00

Veamos. ¿Una vela sin mecha? Está gritando: «¡Ponme una mecha!». Ya está.

Registro los libros para el funeral de Carmelo y preparo el altar cara al pueblo porque vendrá a concelebrar don José María.

8:30

Envío a Emma y Ángel la décimasexta catequesis sobre el matrimonio y preparo otras dos.

Wasap a don José María.

9:00

Cincuenta y un mensajes de WhatsApp. Chateo con la madre de Oriana para completar los datos del bautizo. Don Estanis nos invita a celebrar su santo. Mando a Teresa los datos del bautizo de Brianna. Steffany pregunta sobfre los requisitos para un bautizo. Don Lucas: que está escayolado y no podrá venir a las confirmaciones, que vendrá el vicario general. Wasap a Alfredo. 

Llamo a Clara, no contesta. Dejo un mensaje.

Lectura del libro de Sofonías.

10:04

Vuelvo a la iglesia. 

Preparo el cáliz, las vinajeras, el lavabo el incienso y el cirio pascual. 

Llega Teresa. Nos saludamos. Le pido que me ayude a sacar el sagrario del maletero del coche moviendo el coche. Me ayuda. Se lo agradezco. 

Voy al cuartelillo de la Guardia Civil. Toco el timbre. Espero. Nada. Toco el timbre. Espero. Nada. Toco el timbre. Espero. Nada. 

10:45

Vuelvo a la casa abadía porque el funeral lo va a celebrar don José María. 

Manual de teología dogmática de Ott. Libro tercero: tratado de Dios Redentor. Primera parte: la persona del Redentor. Sección segunda: Los atributos de la naturaleza humana de Cristo. Capitulo segundo: Los defectos o la pasibilidad de la naturaleza humana de Cristo. Segunda parte: La obra del Redentor. Capítulo primero: La redención en general. 

11:45

Pongo el lavaplatos. Empleándome a fondo en la limpieza de la encimera, noto que estoy chapoteando en un charco. Se está saliendo el agua del lavaplatos. Provisto de cubo y mocho, recojo el agua y aprovecho para fregar la cocina. Voy a lavarme las manos y vuelvo para vigilar el lavaplatos. La cocina está, otra vez, empantanada. Vuelvo a fregarla. Por fortuna he puesto el lavaplatos en un programa cortito. 

Mientras espero que el lavaplatos acabe su faena, me concentro en la lectura de La revolución española vista por una republicana. 

12:15

Aseada la cocina —y aseado yo— voy al cuartelillo de la Guardia Civil. 

Me atiende un amable guardia. Le explico lo de la profanación de la capilla y lo del amable pecador arrepentido. Llama a otro amable guardia. Explico lo mismo al segundo guardia. Me recomienda que vaya al cuartel de Torrevieja. Le digo que así lo haré y nos despedimos sacudiendo nuestras manos  derechas y sonriendo. 

De vuelta a la plaza encuentro a Jeanette sentada bajo una de las dos washingtonias. La vi por última vez en el entierro de Michael. Está muy delgadita y parece fatigada. Finge asustarse mucho —incluso da un grito— cuando la saludo: Good afternoon, Jeanette. Ya no tiene la energía que solía, pero conserva su elegancia de actriz. Se lleva una mano al corazón, alza los ojos hacia el cielo, los cierra como quien se recupera de un susto mortal y luego, sonriendo, me dice que andaba buscándome y me entrega dos bolsas con moneditas. Me ofrezco para llevarla a casa en mi beutiful car. Acepta encantada. Le ofrezco mis poderosos brazos para que se apoye al levantarse. Se aferra a ellos y no sé si la dificultad que muestra para ponerse en pie es auténtica o forma parte de la comedia que le divierte representar a cada rato. Caminamos del brazo hasta el garaje. Me cuenta que, ahora que sus hijos han vuelto a Inglaterra, está viviendo sola. Ya en mi León, elogia la belleza y la limpieza del coche y hace ademán de buscar un dinero en su bolso mientras anuncia que quiere pagar el viaje como si ella fuera una diva millonaria y yo su chófer. Le digo que los caballeros andantes no podemos cobrar por nuestros servicios y que, para mí, es un honor servir a mi señora. Se lleva una mano al corazón y finge morir de amor. La dejo en su casa. me dice que quiere invitarme a un lunch el día de san Cecilia. Nos despedimos y vuelvo a la iglesia. 

Clasifico y cuento las moneditas que me ha dado Jeanette: 37,20 euros, 5 pesetas y 15 peniques. 

13:30

Vuelvo a la casa parroquial y escribo esto. 

13:57

Voy a comer a casa de N&P. 

Me cuentan que José María ha pescado un congrio de 37 kilos. 

14:45

Nos despedimos. 

Visita al Santímo.

Voy a la casa abadía y me acomodo para ver las noticias. Mientras empiezan leo los 37 wasaps y 22 de los 34 correos que tengo en la bandeja de entrada. 

15:28

Voy a la iglesia.

Purifico el sagrario que devolvió el amable pecador arrepentido.

Llega Teresa para preparar los bautizos de esta tarde. 

Leo un artículo de Ignacio G que me manda FFdC. 

Teresa se extraña de que no lleguen el archidiácono ni los bautizandos. Caigo en la cuenta de que los bautizos son mañana y no hoy, como le dije a Teresa. Me excuso con Teresa. Me excusa. Y se va. 

16:08

Enciendo las velas del sagrario y las luces del altar. 

Vuelve Teresa.

Vísperas. 

Teresa se sienta para mirar fijamente al sagrario. 

Evangelio de san Mateo. 

16:50

No apago las velas ni las luces del altar porque Teresa sigue mirando fijamente al sagrario. 

Preaparo  el altar para la misa.

Teresa se va.

Estoy apagando las velas del sagrario cuando… ¿Hola? ¿Hay una apagada? Examino el fenómeno. ¡Ajá!  El depósito de parafina se ha roto. Lo cambio por uno nuevo. 

17:15

Empieza la catequesis. Como son de los pequeños hay que enseñarles a tomar agua bendita diciendo: «Esta agua bendecida, sea para nosotros salud y vida», como está escrito encima de la pila. Y a santiguarse diciendo: «En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo». Conforme toman el agua y se santiguan, van pasando en silencio —más o menos— hasta el primer banco. Entonces hay que explicarles que esa agua es un recuerdo de nuestro bautismo y  que nos limpia el alma de los pecados veniales. Y hay que explicarles que hay dos formas de hacer la señal de la Cruz: signarse y santiguarse. Que signarse es hacer tres cruces con el dedo pulgar de la mano derecha: la primera en la frente, diciendo «por la señal de la santa Cruz»… Y esta breve catequesis habrá  que repetirla unas diez veces durante el año para que se la aprendan de memorieta. ¿Como loros? Bueno, como puedan. Y, como son muy listos, lo aprenderán de memorieta como niños. 

17:30

Dejo a los niños con Teresa y con algunas madres que asisten a la catequesis y voy a la casa abadía. 

Actualizo las cuentas de caja del cementerio con los datos que me manda Claudia. 

Correo a Antonio.

17:50

Vuelvo a la iglesia. Está terminando la catequesis. Me revisto para celebrar la Misa. Teresa se queda. 

Misa de la memoria de san Alberto Magno.

18:30

Me despido de Teresa.

Vuelvo a la casa abadía y me preparo una cena ligera: ensalada de puntas de espárragos, pimiento y bonito. La bendigo, me la zampo y lo recojo todo. 

19:00

Me siento europeo porque son las siete y ya he cenado.

Me asomo al parlamento. Sánchez está hablando de Badajoz y de la importancia de que haya en Españita un Gobierno de izquierdas. Salgo y busco la intervención de Fijóo. Muy buena.

20:00

Voy a ver aN&P. Les hablo de la respuesta de Feijóo a Sánchez. Doña Nati dice que le gustaría oírla. Paco dice que le gustaría cenar. Yo digo que ya he cenado pero que podemos oírla mientras cena Paco. Se aprueba mi propuesta y, mientras Samira va sacando platos, ponemos en YouTube la intervención de Feijóo. Por primera vez en mi vida, veo a doña Nati concentrada en un discurso sin hacer labores de punto y sin pestañear. Paco  se va zampando los platos que trae Samira y celebra las ocurrencias de Feijóo interrumpidas, de vez en cuando, por las llamadas de sus hijos. De José María,por ejemplo, que ha pescado un congrio de trescientos setenta kilos. De Roberto, por ejemplo, que llama desde Murcia. 

21:00

Nos despedimos.

Voy a la iglesia.

Completas.

Apago las luces y cierro la iglesia.

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