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lunes, 5 de julio de 2021

Semana XIV del tiempo ordinario (Actualizado el 10 de julio)

Domingo 4 de julio de 2021

     He terminado de leer Diario en prisión del Cardenal Pell. 

    Cuenta el cardenal que un sargento de la policía australiana, el detective Carson, redactó un informe en 2012. Afirmaba que los abusos sexuales del clero católico en Victoria habían causado 43 suicidios. El informe se filtró y The Age lo publicó en abril. Hubo un gran escándalo, claro. El primer ministro de Australia se sintió obligado a prometer que investigaría el modo en que la Iglesia estaba gestionando esos casos. En julio, la misma policía revisó el informe de Carson y llegó a esta conclusión: no fueron 43 sino uno1—, un suicidio. Pero este informe se mantuvo oculto durante años y ni siquiera la Comisión Real lo conoció hasta 2015, año en que se hizo público. Si lo que cuenta el cardenal es cierto, resulta que, durante tres años, políticos y amables periodistas australianos comentaron y difundieron como verdaderos unos datos falsos y gravemente calumniosos para la Iglesia. 

Australia y Canadá, ¡tan lejos, tan cerca!

...

    Jesús va a Nazaret con sus discípulos y encuentra allí un pueblo rebelde (Evangelio) como aquel al que fue enviado Ezequiel (primera lectura). San Pablo -segunda lectura- se lamenta de su debilidad y el Señor le dice que no se lamente, que le basta con Su Gracia y que Su Fuerza (de Él) se manifestará en nuestra debilidad (de San Pablo y de todos nosotros). Así que no hay excusa -ni la dureza de corazón de los que han de ser evangelizados ni las miserias de los evangelizadores- para dejar de evangelizar. La doctrina de la vieja Iglesia Católica es admirable, alegre y, sobre todo, salvífica. 

Lunes 5 de julio de 2021

    A eso de las 12.00 -hora del Ángelus- estaba yo en el confesonario. Acababa de dar la absolución a un penitente cuando ha sonado mi teléfono. Era doña Nati. Que Paco estaba delicadito y que venía en camino una ambulancia para llevarlo al hospital. 

    He ido a buscar los óleos a la sacristía y -revestido como estaba con alba, cíngulo y estola, he salido pitando para su casa. No solamente no me ha atropellado ningún coche sino que todos los conductores me han cedido el paso con una amabilidad -y con tales muestras de simpatía- que no puedo sino dar gracias a Dios y bendecirlos a ellos. 

    Ante la puerta de doña Nati y de Paco me he detenido para llamar pero he entrado sin esperar respuesta y, ya dentro, he visto a doña Nati, a Paco y a la hija de ambos que es profesora, como su madre, y a la que me referiré, en adelante, como doña Eva. Estaban los tres sentados en sus confortables butacas tan tranquilos y sonrientes como siempre. Creo que se han alegrado al ver que el cura ha llegado antes que la ambulancia. 

    He dicho a Paco, mostrándole los óleos: «Traigo lo único que tengo». Me ha parecido que recobraba la color. En sus ojos he visto un destello antes de oír de sus labios: «Pues nadie podría traerme algo mejor». Le he administrado la unción de enfermos con la fórmula breve, hemos rezado un Padre Nuestro y -como estaban dando las 12.30- he vuelto a la iglesia volando para la Misa de 12.30 no sin explicarles antes que, mientras los amables hebreos luchaban contra los filisteos, Moisés rezaba para que ganaran los hebreos. Creo que me han entendido porque me han dicho algo así como: «Nos alegra saber que estás rezando mientras llega la ambulancia». 

    A partir de ahí todo ha sido zozobra. Bueno, no todo. La noticia de que Paco andaba delicadito ha corrido como la pólvora por todo el mundo y, mientras ofrecíamos la misa por su salud, mi wasap se llenaba de mensajes que venían a decir: «rezamos por don Paco». Llegaban mensajes de todo el mundo: de Los Montesinos, de Torremendo, de Alicante y de más allá de mar. De las partes de Inglaterra y de Irlanda y de Francia y de Filipinas y de Colombia y de Venezuela y Guatemala y de los EEUU. 

    A eso de las seis de la tarde doña Nati, tan serena y sonriente como siempre, me ha dicho que ella y don Paco ya estaban en casa tan sanos y tan salvos y tan felices que hasta podrían invitarme a un güisqui. Y yo, claro, he ido a verlos y me he zampado un güisqui doble con hielo. ¡Bendito sea Dios que nos trae tanta calma y consuelo y tanto regocijo después de cada tempestad! 

... 

    He ido a ponerme la segunda vacuna. 

    Temblando de miedo y, como siempre, disimulando mi cobardía, he vuelto a casa y me he metido en la cama mientras pensaba: «de hoy no pasas». 

    Bendito sea Dios que ha librado a don Paco de las garras del león y que me ha alegrado el día. 

Martes 6 de julio de 2021

    He empezado a leer Bebo, luego existo, de Roger Scruton. 

Un vino excelente es un logro cultural inaccesible a los protestantes, ateos o creyentes en el progreso, porque depende de la supervivencia de los dioses locales.

Miércoles 7 de julio de 2021

    Manuel, que así se llama el simpático joven que nos visitó la semana pasada, ha pedido disculpas por su arrebato. Ya somos amigos. 

    Dice Roger Scruton que «el vino recuerda al alma su origen corpóreo, y al cuerpo su significado espiritual». Yo no entiendo lo del origen corpóreo del alma y pienso que el vino -que no ha sido dado a las bestias ni a los ángeles- convoca al alma y al cuerpo a una fiesta alegre. 

Jueves 8 de julio de 2021

    00.21

    Estoy en La Torre. He venido de San Miguel para preparar la comida con los sacerdotes. Seremos 10. Después del aperitivo habrá gazpacho andaluz y bonito con tomate. De postre, frutas. 

    Ana Isabel -la amable esposa de Wilder- sigue en Colombia con sus dos hijas. Tienen billetes -pasajes- para volar a España desde hace más de un año. Por unas razones o por otras aún no han podido venir. Primero fue el cierre de fronteras por la pandemia. Luego la norma que exige a los mayores de 12 años estar vacunados. Ahora que Ana Isabel está vacunada su amable aerolínea, que le cobró 1.500 euros hace un año, le dice que tiene que pagar otros 1.500 si quiere volar en agosto porque es temporada alta. Si Dios -para Quien mil quinientos euros son calderilla- quiere, Ana Isabel volará a España con sus dos pajarillos en agosto. Wilder, claro, está contento. Yo más. 

    22:37

    Estoy en San Miguel. La comida con los sacerdotes ha ido bien (no ha habido que lamentar víctimas) y he llegado a tiempo para la misa de 18:00. A las 19:30 ha vuelto Wilder que ha estado lavando el lujoso carro del cura de Los Montesinos. Hemos cenado -gelatina de fresa para el postre- y hemos visto otro capítulo de Better Call Saul. Se ha marchado a las 22:30. 

    Escribe Scruton:

    Vaso en la mano, me siento bien dispuesto hacia todos los españoles, listo para perdonar a aquellos de la derecha que derrocaron con violencia a su gobierno legal, y a aquellos de la izquierda que asesinaron a sacerdotes y religiosos en cifras tan espantosas, a la vez que derribaban furiosamente los iconos de la antigua España. ¿Pero se han perdonado los españoles unos a otros?

     En España ha habido y hay por ambas partes magníficos ejemplos de generoso y sincero perdón y, por desgracia, también terribles ejemplos de revanchismo. Lo del «gobierno legal» es bastante discutible y lo han discutido Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García, los autores de 1936: Fraude y Violencia

    En el capitulo 6 Significado del vino escribe

    ¿Tiene algo el vino que lo distingue definitivamente de las drogas? Chesterton sugirió esta idea cuando escribió que «el dipsomaníaco y el abstemio están ambos equivocados, y además cometen ambos el mismo error. Consideran el vino como una droga, no como una bebida». Sería raro que Chesterton, tan acertado en casi todo, se equivocara precisamente al hablar del vino. 

 Viernes 9 de julio de 2021

        Wilder está contentísimo porque su amable esposa y sus hijas llegarán a Españita, si Dios quiere, en agosto. Yo más. 

Sábado 10 de julio de 2021    

    He bautizado a dos niñas. A una en Torremendo y a otra en Crevillente. ¡Menudo día! ¡Qué fiesta!

jueves, 7 de mayo de 2020

Parroquia en fase 0 (5)

jueves, 7 de mayo de 2020

A las siete el Papa comienza la misa en Santa Marta. 
A las siete y media hay que mirar fijamente al sagrario. 
A las ocho llamo por teléfono a Simon. «Hola Hávie» contesta. Le digo que la iglesia ya está abierta. Dice que bien. Oficio de lecturas y laudes. 

Noticias: Que hay un déficit estructural del 5% en Españita y que los amables europeos del norte no están muy felices con la gestión del Gobierno nuestro de aquí. Que el padre Ángel ha dirigido una carta a trescientas personas dándoles las gracias por su solidaridad y eso. Pero los titulares de los periodistas lo dicen mejor. Lo dicen de tal modo que parece que solamente le ha mandado esa carta al vicepresidente Pablo Iglesias. Y es muy posible que al padre Ángel le haya gustado que los titulares hayan salido así. ¿Qué más? ¡Ah sí! Que Benedicto XVI dice en un libro que hoy en día no se puede criticar el matrimonio homosexual sin que la sociedad te condene al ostracismo. Pero los titulares de los periodistas lo dicen muchísimo mejor. Dicen que el Papa ataca a los homosexuales llamándolos Anticristos. Bueno, hay otra noticia hoy: que el doctor Simón no tiene el doctorado. 

A las doce misa de doce.
A las doce y media reunión sacerdotal por Skype. 
A las dos llamo a la puerta de Simon para llevarle las viandas. No abre ni contesta. 

A las cinco llamo a Simon. No contesta. Me hago un té y lo acompaño con uno de los bizcochos más deliciosos que he probado en  mi vida. Me lo ha mandado Maruja —su hacedora— por medio de doña Nati. 
A las seis y media llamo a Simon. No contesta. 

Noticias buenas: Que don Ángel Ruiz ya está en casa.  
Cosas que escriben: Quintana Paz se pregunta qué es el orgullo patrio y si es bueno. En Alfa y Omega,  Un Papa para las aulas dedica un recuerdo a Juan Pablo I y se cuenta alguna anécdota sabrosa. 

Escribe Zweig con cierta ingenuidad: «Antes de 1914 la Tierra era de todos. Todo el mundo iba a donde quería y permanecía allí el tiempo que quería. No existían permisos ni autorizaciones; me divierte la sorpresa de los jóvenes cada que les cuento que antes de 1914 viajé a la India y a América sin pasaporte y que, en realidad, jamás en mi vida había visto uno. La gente subía y bajaba de los trenes y de los barcos sin preguntar ni ser preguntada». (p. 514) Con mayor ingenuidad aún se lamenta de los cambios que vinieron tras la Primera Guerra Mundial: «Cuando nos encontrábamos los mismos que antes solíamos hablar de una poesía de Baudelaire (…) con pasión intelectual, ahora nos sorprendíamos hablando de (…) si debíamos solicitar un visado permanente o de turista; conocer a una funcionaria insignificante de un consulado que nos acortara el rato de espera era, en aquella década, más vital que la amistad de un Toscanini o un Rolland». 

José Luis Vidal Carreras
El peso de tu ley (p.36)
Aceptamos 
gozosos
cuantos días 
impongas 
tus trabajos forzados
a la luz
de tu mirada.
Porque, a pesar
de su rigor,
nos sigue pareciendo
dulce
todo el peso
de tu ley. 

martes, 5 de mayo de 2020

Parroquia en fase 0 (3)

martes, 5 de mayo de 2020

So foul a sky clears not without a storm.
(Shakespeare, The Life and Death of King John)

A las siete amanece en San Miguel y comienza la misa en Santa Marta. 

A las siete y media hay que mirar fijamente al sagrario. 

La Pascua de de 1831 cayó en 3 de abril. Newman, en su sermón, da cuenta de la más antigua felicitación pascual. «En la Antigüedad, los cristianos de todas partes» comenzaban el domingo de pascua «con esta salutación matutina: u vecino le decía a otro Cristo ha resucitado y este respondía sí, Cristo ha resucitado y se ha aparecido a Simón Pedro». 

El capítulo XVIII del Ceremonial de los obispos describe el rito de la coronación de una imagen de la Virgen. ¿Y si es una imagen de la Virgen con el Niño? Pues se corona primero al Niño y luego a la Madre. (1042)

A las diez y media llega Simon con dos tubos fluorescentes para el garaje. Ayer arregló la puerta del coro y la de la sacristía. Cambia los tubos pero, al parecer, hay que cambiar también el soporte. Se va, vuelve con el soporte, y me entrega los recibos de la compra:

PRECIO
IVA
TOTAL
Picaporte 
3,97
0,83
4,80
Desinfectante
6,02
1,26
7,28
Tubos fluorescentes
5,26
1,36
6,62
Tubos fluorescentes
11,57
2,43
14
Total IVA

5,88

TOTAL


32,7
A las doce misa pro populo. 

A las dos hay que recoger en casa de doña Nati las bolsas de comida para Simon y para mí. A las tres y media último té del día. Misterios dolorosos. 

A las cinco viene Simon para instalar el soporte de los tubos del garaje. Saco el coche para que pueda trabajar. Hay que mirar fijamente al sagrario. 

A las cinco y media viene Teresa y me explica lo que tiene que hacer Simon para liberar el teléfono de Yoigo que ella le ha regalado. 

A las seis Simon me explica cómo va a hacer en el presbiterio la fina roza por la que deben pasar los cables de los altavoces. Doy el visto bueno a la cosa y le explico lo que tiene que hacer para liberar el teléfono. Me pide que le deletree Yoigo y va escribiendo las letras en en el guante de goma que enfunda su mano izquierda. 
Llamo a Conchita para darle el pésame por su primo Antonio. Charlamos largamente. Me anima mucho.

El mundo de ayer (p. 483)
«Y yo, que anticipaba de la tensión general, recordé son querer las palabras de Shakespeare: So foul a sky clears not without a storm («Un cielo tan cargado no se despeja sin tormenta»). 

Las voces del eco (p. 181)
Cementerio España entera
y, al cabo, macabra danza,
que, como Larra dijera,
«Aquí yace la esperanza».
José Bergamín

lunes, 4 de mayo de 2020

Parroquia en fase 0 (2)

lunes, 4 de mayo de 2020

A las 8:00 leo las normas del obispado sobre la desescalada por fases desde el estado de alarma hacia la nueva normalidad. 
En la fase1, que empezará el 11 de mayo:
El aforo de la iglesia estará limitado a treinta personas en San Miguel de Salinas y a diez en Torremendo.
A las personas que se encuentren en los llamados «grupos de riesgo» les rogamos que sigan la celebración desde sus casas por la televisión de San Miguel que también emite en Facebook: Vega Fibra San Miguel. ¡Viva Vega Fibra!
Se recomienda vivamente a los asistentes el uso de mascarillas aunque no sea obligatorio.
Si hay cantos solamente deben oírse las voces del sacerdote y del organista y no es porque ellos canten mejor que los demás sino por razones de higiene.
No está permitido agruparse en la puerta de la iglesia a la entrada o a la salida de la misa. Dentro de la iglesia hay que permanecer siempre a una distancia de dos metros de los demás. 
En las pilas de agua bendita habrá gel desinfectante bendecido. Se recomienda que al entrar y al salir todos se desinfecten las manos y hagan una oración implorando a Dios la purificación de sus pecados. 
Para la comunión los asistentes permanecerán en sus sitios. El sacerdote dará la comunión en silencio a los que estén de pie o de rodillas, presentándoles el Cuerpo de Cristo para que lo adoren en silencio y comulguen. 
La iglesia será desinfectada antes y después de cada celebración. Se ruega a todos los que puedan ayudar en esta tarea que se pongan en contacto con el párroco. 

A las 9:00 Simon viene a desinfectar la iglesia y va a la ferretería a comprar cositas. 

Después de misa, a la una, cuando acabo de publicar la homilía llega Enrique para hacer una visita el Santísimo. Me dice que no se me oía bien por la tele, que el micro que usaba antes era mejor. Le pregunto que cuándo abren la peluquería. Me dice que hoy ya está abierta y me da el número de teléfono. Llamo. Que vaya ahora mismo. Vuelo a la peluquería. 

A la una y media voy a la farmacia a comprar mascarillas. La farmacéutica me felicita porque calcula que he perdido ocho kilos. Me felicito. Alcohol de romero no tienen, pero pedirán para mí. 

A las dos paso a recoger las viandas de doña Nati. Exacto: la bolsa grande para Simon, la pequeña para mí.

Después del té de las tres y cuarto me tomo el té de las tres y media

¿Qué tal Birdman? Pues déjame pensarlo un poco. ¿No es de tiros? No, no es de tiros. 

A partir de las seis se acaba el té. Es tiempo de tilas, manzanillas y esas cosas. 

Acaba de irse el sol. He cerrado los ojos para dejar que desciendan de la cabeza al corazón —como los vencejos de los aires a sus nidos— las últimas palabras de la Luz del sol: «se terminó de imprimir el día 2 de septiembre de 2019». 

Bergamín toma un verso de La canción de Grisóstomo y lo trata así de bien:
De una luz, de una voz, de un sueño huido,
tu corazón que calla te lo advierte
al pulso de la sangre en su latido:
en todo hay cierta, inevitable muerte.
En el eco engañoso de tu oído;
en la llama que en sombra se convierte;
en tu cansado corazón vencido:
en todo hay cierta, inevitable muerte.

viernes, 1 de mayo de 2020

Parroquia en estado de alarma (15)

viernes, 1 de mayo de 2020
San José Obrero

A las 8:30 redacto una carta para los colaboradores de Cáritas informándoles del destino de sus donativos durante el mes de mayo. La personalizo al mandarla a cada uno por WhatsApp.

A las nueve explico a Simon su tarea de mayo. Se pone manos a la obra con entusiasmo inglés. Luego preparo y publico los horarios de misas a partir del 11 de mayo, día en que, al parecer, entraremos en la etapa cero de nuestro  camino hacia la nueva normalidad. ¿O ya estamos en la etapa cero?

A las 9:45 preparo el altar, el ambón, el libro de la sede y la homilía. Lecturas de la feria. Memoria de San José Obrero, prefacio de san José. Pongo el alba en la lavadora. Programa: delicados, frío sin centrifugado.

A las dos menos cuarto voy a buscar las bolsas de doña Nati para Simon y para mí. Bendigo a doña Nati, bendigo los alimentos y me zampo los alimentos. 

Después de tender el alba hay que escribir, traducir y publicar la homilía

Página 181 de La luz del sol: Capítulo IX Luz dorada.
«Plena reconciliación con los sentidos». 
El autor sigue la pista de Juan Ramón y Zenobia durante su luna de miel e intenta describir «con el Diario de poeta y mar la Hora en que la tarde se despliega».
Hay más viajeros sensibles a la luz y aficionados a llevar un diario de viajes. Paul Klee, por ejemplo. Ése es el significado de esta hora feliz: el color y yo somos una sola cosa. Soy pintor. (Pauk Klee citado por Galmés)
Espera un momento. Voy a buscar «metamerismo» en la Wiki. Vale, ya está. Sigamos. 
«Una vez comprendida la complejidad del matiz luminoso, podemos intentar hacer de él un proceso plenamente consciente». Aplaudo cuando llego aquí: «Dicho sea de paso, a veces no es tan malo mantener cierta inconsciencia». 
No es la primera vez que me desternillo con Galmés. De hecho es la última hasta ahora. Escribe: «Estoy convencido de que Stendhal fue honesto cuando describió su mareo en Florencia al ver tanta belleza; pero no fue consciente del morboso atractivo romántico que provocó. Anteriormente, si a alguien se le ocurría desmayarse ante el Duomo, y decía que era por su insuperable belleza, lo encerraban en un calabozo hasta que se le pasase la borrachera. En cambio la sensibilidad romántica ha hecho de la exhibición emocional un factor de distinción espiritual». La cita podría alargarse y, con ella, la risa. Pero temo que me demanden. No sé en qué página he leído que está prohibida la reproducción total o parcial etc.
¡Viva Rothko! ¡Claro que sí! Y toda la simpatía para Galmés que reconoce: «Pero llorar, llorar, lo que se dice que es llorar; llorar no lloro». 

Me dice Teresa que nos mandan sesenta litros de leche para Cáritas. Me felicito. 

Las voces del eco (p. 74)
Por eso ahora lo que yo más siento
no es sentir que la vida no me dura
sino que no me dura el sentimiento.
(José Bergamín)

lunes, 27 de abril de 2020

Parroquia en estado de alarma (11)

lunes, 27 de abril de 2020

Cita con Newman. 
A este sermón, que predicó en la fiesta de la Conversión de San Pablo, hay que volver. 
San Esteban pidió el perdón para sus enemigos y vio al Salvador. Su petición fue escuchada y el mismo Salvador se apareció a Saulo. Así «el primer mártir logró de Dios el surgimiento del más grande de los apóstoles». 
«En medio de su furia fue golpeado y derribado por un milagro y se convirtió a la fe que perseguía».
A las doce misa. La ofrezco por Ángel. 

A eso de la una y media voy a arrancar mi coche pero mi coche no arranca. Simon me ayuda con una batería pero nada. Viene Bruno y —¡zas!— lo pone en marcha. Llevo el coche al taller de Bruno. 

A las dos paso por casa de doña Nati que ha preparado dos bolsas de comida: una —grandísima— para Simon y otra —pequeñita— para mí. Tomo nota. Venciendo la tentación de quedarme con la grande se la llevo a Simon. Ya en casa bendigo a doña Nati. Luego bendigo el cocido que ella me ha preparado y me lo zampo. 

A las cuatro y media doña Nati me deja su lujoso coche y voy al cementerio. A las cinco bendigo la sepultura de Ángel y rezamos un responso. Una señora a la que no reconozco porque lleva mascarilla va respondiendo entre lágrimas «el Señor es mi pastor, nada me falta». La miro y me sonríe con los ojos. 

Paso por el despacho de Torremendo para recoger los libros de bautismos y defunciones. Me encuentro con Emilio, el colmenero. Charlamos. Le agradezco el regalazo que me hizo: un frasco enorme de miel. Me cuenta que le han robado veinte colmenas de las cincuenta y seis que tenía. Me lo cuenta con la sonrisa de siempre y con la tranquilidad de quien siempre es dueño de sí mismo, aunque reconoce que ha pasado unos días malos por eso. Tomo nota. 

Vuelvo a San Miguel. Bruno me trae el coche con una batería nueva. Me cobra solamente 115 —ciento quince— euros. Recuerdo que vino esta mañana para ayudarme arrancar el coche, que ha vuelto esta tarde para traérmelo, que en Navidad me regaló una cesta de golosinas y el Domingo de Ramos un pan hecho en casa y lo veo como a Emilio, como siempre, sonriente y sereno. 

Invito a Simon a tomar un güisqui. Lo tomamos sentados en las butacas de Ikea que están en un rincón de la antesacristía. Charlamos largamente. 

«Exultante» es el título del capítulo quinto de La luz del sol que Álvaro Galmés dedica a la hora quinta. Hora de la «exaltación de la luz» en la que «el espacio es plenamente transparente y el aire limpio y diáfano». Me demoro en la consideración de esa palabra —diáfano— tan griega, tan dulcemente sonora. 
El capítulo se abre ex abrupto con una paradoja zigzagueante: «No hay nada mejor que un mal escritor para expresar bien un pésimo tópico». Luego da la bienvenida a esos males escritores que han cantado la felicidad de esta hora como debe ser cantada «desde el exceso y la sobreexcitación». 
Entre esos malos y bienvenidos escritores aparece Alejandro Sawa con una cita de su diario y otra de Valle Inclán que lo recordaba así: «Tuvo el fin de un rey de tragedia: murió loco, ciego y furioso». Para terminar de justificar la bienvenida a Sawa, Álvaro Galmés añade: «Sin talento para la literatura, todo su genio se consumió en un vivir desaforado». Dios lo tenga en su Gloria. No debió ser mala persona porque, aunque confiesa que en los días de sol lee a Hobbes y a Schpenhauer, reconoce con gratitud hacia su Málaga natal: «Nacido en un país de brumas, en Inglaterra, yo sería malo quizás». 
¿Vas a contarnos aquí el capítulo entero? Bueno, puedo esforzarme un poco para resumirlo en una palabra. ¡Adelante! Pues no sé: ¿emocionante? Vale ¿has acabado ya? Hombre, si me dejas añadiría algo. ¿Qué? Una cita que he encontrado en este capítulo. es de un tipo que se preguntaba sobre nuestra conciencia de lo real. Tienes exactamente veinte segundos para añadir esa cita, luego a rezar Vísperas. Gracias, amigo. Allá va la cita: «Es el mismo mundo que conocemos, pero visto como en un día de fiesta». 

Vísperas. 

sábado, 25 de abril de 2020

Parroquia en estado de alarma (9)

sábado, 25 de abril de 2020
Amanece. ¡Ay de mí que no puedo contemplar desde la plaza la salida del sol de la que habla Álvaro Galmés! Puedo, sí, asomándome a la calle que llaman “del mar” entrever la agonía de las sombras que por allí se arrastran.
Oficio de Lecturas de san Marcos. Himno O vir beate y Te Deum porque es fiesta. 

Hay que mirar fijamente al sagrario durante media hora. 

Laudes. Himno Mentibus laetis tua festa y Benedictus.

Oficio de Lecturas de san Marcos. Himno O vir beate y Te Deum porque es fiesta. 

En la Epifanía de 1834 Newman predicó el sermón titulado La gloria de la Iglesia cristiana. No es un sermón corto: ocupa once páginas. ¿Que qué me ha parecido? Pues farragoso. 

Tercia. Himno Iam surgit hora tertia

Leo en el capítulo XV del Ceremonial de los obispos lo que se refiere a la bendición de una nueva fuente bautismal. ¿Leo, ya que estoy, el siguiente capítulo que va de la bendición de la Cruz? Vacilo. Miro la hora. No.

Anoche murió Miguel. Me llaman para confirmar que el entierro será a la una. Recuerdo que di la unción de enfermos a su madre y a su esposa. Descansen los tres en paz. 
Me llaman para decirme que ha muerto Lorenzo. El entierro será mañana en Torremendo. 
Me llama don Jose Luis Satorre desde Orihuela. Que si puede hacer el entierro de mañana porque es amigo de la familia. Y claro que que sí. Descanse en paz Lorenzo. 

Hay que preparar el altar, el ambón, el libro de la sede, los ornamentos rojos y la homilía. 

A las doce misa. Hay que ofrecerla por Miguel. 

A la una entierro. Llueve y hay llanto. Bendigo la sepultura y rezamos un responso. 

Hay que recoger la comida que doña Nati ha preparado para Simon y llevársela a Simon. 

Hay que comer. ¡Viva doña Nati que ha preparado algo para mí!

Hay que escribir la homilía y traducirla al inglés porque ayer David O' Mahoney me dejó un mensaje en Facebook que decía: “As there are a lot of English speaking parishioners, would it be too much to ask to have an English translation? Even occasionally would be nice in the spirit of inclusivity.”
¡Viva Irlanda!

Misterios gozosos. 

Hay que ir a la iglesia para gozar mirando al sagrario durante media hora. Fijamente, claro. De paso hay que tirar la basura. 

Hay que buscar una partida de bautismo. No aparece el libro de bautismos. Llamo a Teresa. Que el libro está en Torremendo desde la visita pastoral. Mañana habrá que ir a Torremendo. 

¿Qué hay hoy de La luz del sol? Pues la hora tercera, luz penetrante, que pasa del anaranjado al amarillo. Es la hora de Musia. Los que ya hemos cantado los Laudes podemos pasar al breakfast room. El autor nos guía hasta el Sir John Soane's Museum (13 Lincoln's Inn Fields) donde el arquitecto del Banco de Inglaterra se ingenió un alambique solar para disfrutar de esa tercera hora en la que los fantasmas han huido y toca periódico y mermelada de naranja (amarga, a ser posible). Yes sir. 
Ahora la luz es tiempo que se piensa. (Octavio Paz citado por A.G.)

Dejo La luz del sol y tomo mi tablet. Toca rezar Vísperas, ya revestidos para la Cena del Cordero. 

lunes, 25 de noviembre de 2019

lunes, 25 de noviembre de 2019

8:00
Desde mi ventana observo la plaza. Las palmeras, inmóviles, me dicen que no es un día ventoso. 
8:30
Abro la iglesia. Joan ha encendido ya las velas del sagrario y está haciendo oración. Me siento en silencio para no hacer nada más que mirar fijamente el sagrario. Me había traído el último libro del cardenal Sarah pero no quiero leer. 
9:00
Una puerta se abre y se cierra justo cuando el reloj del campanario da las nueve. Es Concepción. Se sienta y se pone a mirar fijamente el sagrario. Yo me voy al confesonario. Laudes y Oficio de Lectura.
9:30
Empieza la misa. Somos 10. Durante el acto penitencial se unen tres más. Somos trece. Carmen sale a hacer la primera lectura y se pelea con el nombre de Nabucodonosor. Los jóvenes israelitas se niegan a comer alimentos impuros y piden que les den solamente legumbres. Otras dos feligresas entran en la iglesia. Somos quince. Durante el ofertorio oigo que se abre y se cierra la puerta. Cuando me vuelvo para el «Orate fratres» observo que ha entrado otra feligresa. Somos dieciséis. Me concentro en la plegaria Eucarística. Suena un teléfono con esa música del grito de tarzán. El grito de Tarzán se repeite y se nota que se va alejando hasta que se abre y se cierra la puerta. Entonces se oye desde fuera de la iglesia la voz de una señora que dice: «Dime. Estoy en Misa». Más puertas que se abren y se cierran. Cuando me vuelvo para el rito de la paz veo que una feligresa que estaba delante se ha ido atrás y que se han unido otras dos feligresas. Somos dieciocho. 
10:15
Desayuno en casa de doña Nati. Joan me ha traído los ingredientes y la receta para una sopa antoixidante: un turmeric, seis carrots, un pepper, una cabeza de garlic, y una raíz de ginger. Se lo agradezco y salgo pitando porque tengo que ir al hospital, a la farmacia, al banco y al taller y preparar la charla de esta tarde. 
12:15
Vuelvo del hospital. Dejo lo demás para la tarde y me pongo a preparar la charla. ¿Dígame? Es Armin, que está en la puerta de la iglesia y que ha traído los bártulos para colgar la placa con el Ut queant laxis. Que voy volando. Colgamos la placa junto a la puerta del coro. Instalamos los altavoces para el concierto de Adviento. 
13:00 
Ayudo a Armin a llevar sus bártulos al coche admirándome —tan pesados son— de que haya podido llevarlos él solo a la iglesia. Armin es muy bueno,. Le digo: «gracias, te vas a ganar el Cielo». Se ríe y me contesta que su mujer le ha dicho alguna vez: «Sí sí, tú irás al Cielo pero vas a ser el único allí y echarás de menos a la gente normal». Su mujer aún es más buena que él. 
Me pongo a preparar la charla. ¿Dígame? Es un viejo amigo del colegio. Me informa de que ha muerto el padre de otro compañero y me da su número de teléfono. Se lo agradezco mucho. También me informa de que está escribiendo un libro y de otras cosas muy interesantes. 
Leo rápidamente el opúsculo de santo Tomás sobre los Mandamientos y tomo algunas notas para la charla. No hay tiempo de más. Son las…
14:10
…y me esperan para comer en casa de doña Nati. 
15:30
Toca mirar fijamente el sagrario. Vísperas. 25 mensajes de WhatsApp. Uno es de Teresa: que recuerde que hay catequesis a las 18:00. Le digo que empiece sin mi. 
16:30
Me concentro en la lectura del último libro del Cardenal Sarah. 
17:00
Salgo para la casa de Concepción donde es la charla. 
18:30
Vuelvo a San Miguel, paso por el taller para pagar los 88 € con 88 centavos que debía de la ITV. Bruno me perdona tres centavos. Se lo agradezco y me felicito. Llego a la iglesia donde Teresa ha comenzado con la catequesis. «¿Te acuerdas de nuestros nombres?» me pregunta uno de los niños. No me acuerdo. Los invito a que me sigan hasta el altar de la Inmaculada haciendo una genuflexión al pasar ante el sagrario. La hacen muy bien. En el altar de la Inmaculada toca hablar de Adán y Eva, del pecado original y del bautismo que no necesitó la Virgen María porque ella fue concebida sin pecado original. Toca también hablar de los dos abuelos de Jesús que solamente tuvo dos porque era el Hijo de Dios. Terminada la explicación uno levanta la mano: «¿Cuándo te vas a aprender nuestros nombres?». Y yo: «Ahora». Y empezamos. Al primero, un niño rubio: «¿Por qué letra empieza tu nombre?» Y él: «Por G. Pero no es Jorge». Y yo: «Guillermo». Y todos: «¡Sí!». Y así con Daniel, Ivan, Álvaro —el más pequeño— y con… «Mi nombre empieza por I y significa paz»… «Mi nombre también empieza por I y es vasco y también es una selva»… Irene e Irati se mueren de risa porque acierto sus nombres.
19:15 
Los dejo con Teresa. Aún tengo tiempo de ir a casa para coger la receta médica, ir a la farmacia para pedir metotrexato, volver a casa para coger la tarjeta de la seguridad social que se me había olvidado y volver a la farmacia para lo mismo.
19:30 
Pelo las zanahorias y todo lo demás, lo troceo y, siguiendo las instrucciones de Joan lo sofrío todo con aceite de coco. Luego cubro el potaje con agua y dejo que hierva. Bajo el fuego, tapo la olla y me dispongo a esperar 40 minutos. Como hay que removerlo de vez en cuando me llevo a la cocina una silla y el ordenador para enterarme de lo que pasa en el mundo de Twitter, YouTube, WhatsApp y eso. ¿Dígame? Es mi tía María Isabel. ¡Que bien! Charlamos y yo voy removiendo el potaje en la olla. 
20:40 
Parece que las zanahorias ya están blanditas. Siguiendo las instrucciones de Joan reservo dos partes para mañana y pasado mañana y me zampo la parte de hoy. Me felicito. Recojo todo, saco la basura. 
21:30
Hay que echarle un vistazo a la agenda de mañana. ¡Oh! Análisis en el ambulatorio a las 8:00. ¿Dónde están los papeles del análisis? ¡Ah sí, en la mesa del despacho! 

¡Qué bien!