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martes, 30 de junio de 2020

Fracasología

martes, 30 de junio de 2020
Protomártires de la Iglesia Romana

10:15
Paso por Cash&Carry para recoger la amoladora que compramos el lunes pasado, que se estropeó el miércoles y que han reparado hoy. Me cobran quince dólares por la reparación. La llevo a Torremendo.

11:00
Misa en Torremendo. 

12:30
Celebra la Misa don Juan B que se ordenó en Valencia el sábado pasado. ¡Qué bien! Asisten Concepción, su madre, doña Nati, Carmen, Teresa, Joan, Encarna, Carmela, Gloria… ¿quién más? Me falta alguien. 

19.30
Hoy he terminado de leer Fracasología. 
Hacer un comentario ameno y claro de La ética protestante y el espíritu del capitalismo tiene mérito. El capítulo que Roca Barea dedica a eso justifica todo el libro. El siguiente capítulo dedicado a los nacionalismos es de un sentido común apabullante. Y el último, dedicado al indigenismo, resulta de gran actualidad en estos días en los que vuelven a derribarse estatuas de fray Junípero Serra o de los Reyes Católicos. 
Como nada es perfecto, en las Reflexiones finales, la autora asegura que la Iglesia Católica ha sido completamente derrotada y que en ella y en las elites intelectuales hay que buscar a los responsables de la subordinación cultural de occidente al protestantismo. No lo dice en plan «je, je, me alegro de la Iglesia haya sido derrotada». Al contrario, parece sentirlo aunque no tanto por la Iglesia cuanto por la cultura. Bueno. No es la primera vez que alguien culpa a la Iglesia del desmoronamiento de la civilización. Naturalmente, cuando la civilización se desmorona la Iglesia Católica se resiente, pero no dedica ni un minuto a lamentarse porque tiene cosas más interesantes que hacer. Lo de «completamente derrotada» habrá que verlo. 
Por lo demás, un libro estupendo, oiga.
19:05
Y ahora me voy a Los Montesinos a celebrar la Misa. 
20:00
Misa. Me ayuda Jose Antonio. Observo que ha debido crecer unos dos centímetros desde que lo ví por última vez antes del confinamiento. Observa que he debido adelgazar unos dos kilos desde la última vez que me vio. 

19:45
Ensayo en casa de doña Nati. I the Lord of sea and sky.

21:45
Vuelvo a casa. 

viernes, 26 de junio de 2020

Último viernes de junio

viernes, 26 de junio de 2020
San Josemaría

Hoy he terminado el segundo tomo de los Sermones parroquiales de san Juan Newman. El último es el que publicó el 30 de noviembre de 1831 en la fiesta de Todos los Santos.  
Dijo entonces algo que podríamos decir nosotros ahora: «Fue en el pasado costumbre que las iglesias permanecieran abiertas todo el día, a fin de que los cristianos pudieran entrar en ellas en sus ratos de ocio (…). Todo ello ha terminado en la actualidad. No nos atrevemos a abrir las iglesias por miedo a que entren en ellas profanadores en vez de fieles». Inglaterra, 1831. 

El Ceremonial de los obispos dedica el capítulo VII de la parte séptima a la muerte y las exequias del obispo. 
Pide al obispo que sea ejemplar a la hora de la enfermedad y que reciba los sacramentos de la penitencia, la unción de enfermos y la Eucaristía. 
Pide a todos, especialmente al presbiterio y al Consejo de Consultores o al Cabildo que le presten asistencia espiritual durante su agonía y que recen por él. 
Cuando haya expirado debe revestirse su cuerpo con ornamentos de color morado y con las insignias de la misa estacional (sin el báculo). Si ha recibido varios palios, todos ellos deben depositarse en el féretro. Entonces se preparará la capilla ardiente donde los fieles puedan acudir a orar por él y donde se celebrará una Vigilia o la Liturgia de las Horas de difuntos. 
Las exequias las preside el presidente de la CE o el metropolitano. 
La sepultura se hace en la Catedral. 

Viene a verme Reinaldo. Viene a pedir consejo un joven, hijo único, a cuya madre han encontrado hoy muerta en su casa de Bilbao. Me enseña su foto y la reconozco: cuando estaba en San Miguel venía a Misa. Hablo con Pepa, catequista, sobre la organización de las primeras comuniones. 

En Misa somos catorce. 

Fracasología.
A la fascinación por Francia sucede la fascinación por Alemania. Roca Barea dice que Maeztu, Baroja y Ortega y Gasset fueron abducidos por esa moda germanizante. 
Pide Ortega que toda la instrucción superior en España exija el conocimiento del idioma alemán y escribe: «La cultura germánica es la única introducción a la vida esencial». Y comenta Roca Barea: «Cuando escribe esto, Ortega tiene veintiocho años y es natural que esté deslumbrado» dado que Alemania está en plena ascensión. Lo que no le parece tan normal es que su deslumbramiento no decaiga y que dedique su España invertebrada a probar que el problema de España es su carencia de material germánico desde la Edad Media. «Vino después una Segunda Guerra espantosa y Ortega no reflexionó sobre cuánto tuvo que ver en ella la adoración a los dioses germánicos». 
Del krausismo dice Roca Barea que «es una mística indigesta que, afortunadamente, leyó muy poca gente». Y de la Institución Libre de Enseñanza dice que fue un proyecto «pedagógico genuinamente hispano con disfraz alemán» y que «no consiguió derrotar el pesimismo (de los regeneracionistas y de su visión fracasológica) aunque estuvo a punto». 
Luego hace un gran elogio del sabio alicantino y liberal Rafael Altamira y de su personal cruzada contra la hispanofobia que él definió por primera vez y contra el catastrofismo. 
La Dictadura consideraba el patriotismo como algo exclusivo de ella, durante la Transición  ser patriota era ser franquista y en el Estado de las Autonomías ser patriota es ser españolista. Así, concluye Roca Barea, el patriotismo de Rafael Altamira nunca ha podido ser reconocido. 
Su elogio final va para la Generación del 27 «que es posiblemnte el grupo intelectual más desacomplejado que España ha producido en décadas». 
6:50 - 7:20
Me llama María y charlamos largamente. Me pone al día de las noticias familiares. 

7:30
Tengo que recoger a Wilder en Torremendo. Nos vamos a Crevillente. 

domingo, 21 de junio de 2020

El rayo que no cesa o la normalidad del Tiempo Ordinario

sábado, 20 de junio de 2020
Inmaculado Corazón de María

Cita con Newman.
En la fiesta de san Lucas de 1831 Newman abordó el tema de los sentimientos y la acción. La sensibilidad se nos ha dado para que se despliegue en acción. Pero el refinamiento a menudo se queda en el sentimiento. El hombre refinado ha aprendido a pensar, a sentir y a hablar bien y corre el peligro de quedarse en ese bien pensar, bien sentir y bien hablar. Por eso Newman se mostraba poco amigo de las ficciones religiosas: novelas o pinturas que idealizan la vida cristiana. «En un cuadro resulta hermoso lavar los pies de los discípulos, pero las arenas del desierto real no proporcionan lustre alguno que compense la naturaleza servil de tal acto». 

Ceremonial de los obispos
Entre los días señalados en la vida del obispo (Parte 7) el ceremonial se ocupa en el capítulo VI de su traslado a otra sede y de su renuncia. 
El obispo que ha sido promovido a otra sede o cuya renuncia ha sido aceptada por el Papa debe convocar al pueblo para despedirse y dar a gracias a Dios por beneficios recibidos durante el tiempo de su episcopado.

10:30 Misa. 

11:30 Cita con David. Sigue leyendo el Catecismo de la Iglesia Católica y preparámdose para su bautismo. 

12:30 Hay que darle un repaso a fondo a la casa parroquial y hacer la colada y la comida. 

14:30 Lectura. Homilía de Albert Vanhoye en el décimo segundo domingo del Tiempo Ordinario. 

15.00 Misterios gozosos del santo rosario con Benedicto XVI

15:20 Hay que tender la colada.

Fracasología de Roca Barea.
Llego a la tercera y última parte: siglos XX y XXI. A los afrancesados suceden los regeneracionistas. Ellos se encargarán de consolidar la idea de que los problemas que tiene España no los tiene ningún otro país del mundo y de que, en realidad, España es el problema. 

domingo, 21 de junio de 2020

6:00
Suena el despertador y me despierto de un humor excelente. ¡Bendito sea Dios!

9:00 
Cita con Newman. 
¿Qué se puede decir de san Simón y san Judas? 
En 1834 Newman alabó el celo apostólico que mostraron esos dos apóstoles de Cristo. Cuando Newman  habla de «celo apostólico» los buenos se escandalizan y escriben en tuiter frasecitas del tipo «siempre he creído que Jesús odiaba a los fanáticos y amaba mucho a los que son open minded como yo». Me da la risa. Porque cuando Newman hablaba de celo apostólico no dedicaba su pensamiento a los cristianos open minded que lloriqueamos tuits en plan «si todos los cristianos fueran tan buenos como yo el mundo sería mejor». De lo que hablaba Newman era de Dios y del celo apostólico que Dios pone en el corazón de sus apóstoles y que es amor a la Verdad revelada en Cristo.
«El celo es una de las virtudes religiosas fundamentales: es decir, una de las que son esenciales para entender la auténtica noción de lo que es una persona piadosa». Pero una persona piadosa no se dedica a lloriquear sus penas y a proclamar sus propias bondades. Newman lo dice mejor. lo dice así: «el temperamento religioso es el propio de la lealtad con Dios, y todos sabemos lo que quiere decir ser leal por nuestra experiencia en los asuntos mundanos». Tomo nota.
El buen Newman, anglicano, terminaba su sermón advirtiendo sagazmente a sus oyentes: «La Iglesia de Roma se ha convertido en una fuerza política, mas cuidémonos de no incurrir en el extremo contrario suponiendo que, porque el Reino de Dios no es de este mundo, no tenga conexión alguna con él». 
Al celoso y sagaz Newman podemos invocarlo ahora como invocamos los católicos a los santos. ¡Ruega por nosotros! 

10:30
Salgo para Torremendo.

11:00
Misa de once en Torremendo. 

11:45
Reunión con padres de los niños que se preparan para la primera comunión.

12:00
Salgo con Wilder y con Javier para San Miguel. 

12:30
Misa de doce y media en San Miguel. Andrés Tafalla, el organista a quien suelo llamar Alfonso,  llega de Almoradí justo a tiempo para el canto de entrada. Al final de la Misa hago las últimas amonestaciones para el matrimonio de Juana María. 

13:00
Después de despedirme de todos en la puerta de la iglesia voy a quitarme los ornamentos en la sacristía y la hallo atestada de seres humanos. Allí están Teresa y Joan, trajinando, y Andrés Tafalla, contando cosas, y doña Nati sentada en un taburete, y Maruja que quiere encargar una misa por su difunto esposo, don Luis, cuyo santo celebramos hoy. Pienso en el camarote de los hermanos Marx y me da la risa por dentro aunque, por fuera, mantengo esa expresión grave que me caracteriza. ¡Bendito se Dios!
Cuando Maruja me dice que me espera fuera entiendo que quiere hablar conmigo a solas y echo de la sacristía a todos los demás sin contemplaciones. Antes de irse, doña Nati me da diez euros para el organista. Ese sencillo gesto me devuelve el buen humor con el que me desperté por la mañana. ¡Bendito sea Dios!
Cuando me despido de Maruja ya se han ido todos excepto Andrés Tafalla y Wilder. Andrés sigue contando cosas y Wilder lo escucha con una sonrisa muy natural en Colombia. 
En mi calidad de párroco pago a Andrés el estipendio debido al organista y en mi calidad de mendigo le ruego que lleve a Javier a Torreviaja. Andrés acepta el estipendio y el encargo y le pregunta a Wilder que si quiere acompañarlo a Torrevieja o prefiere quedarse conmigo. Wilder no duda ni un instante: se va con Andrés a Torrevieja para llevar a Javier. Viene Javier y le presento a Andrés llamándolo Alfonso. Andrés, que ya me conoce, ni se molesta en corregir mi error. Wilder, Andrés y Javier se van a Torrevieja. 
Cierro la iglesia y charlo largamente con Irene, que es sueca de Suecia, y con Richard,  su amable esposo que es estadounidense de los EEUU.

14:30 
Suena el teléfono. Es Andrés. Que ya han dejado a Javier en Torrevieja y que están aparcando el coche en San Miguel. Me voy a comer con Andrés y con Wilder. Durante toda la comida, cada vez que me dirijo a Andrés lo llamo Alfonso. Durante toda la comida Andrés sigue contando cosas y Wilder sigue sonriendo como si nada. 

16.30 
En mi calidad de mendigo ruego a Andrés —llamándolo Alfonso— que lleve a Wilder a Torremendo. Andrés dice que por supuesto y sigue contando cosas.

17:30 
Como Andrés sigue contando cosas y Wilder sigue sonriendo colombianamente y yo tengo que hacer la oración de la tarde me escabullo.

18:00
Hay que rezar los misterios gloriosos con Benedicto XVI. 

18:30
Hay que leer los 123 mensajes de wasap y responder —aunque solamente sea con un emoticono emocionado— a los treinta y dos que merecen una respuesta emocionada y agradecida. Y hay que pelearse un poco con un cuerpo que empieza a dar señales de cansancio y como de vejez prematura. Para vencer la pereza nada mejor que recordar a Mari Mar y a Manolo. Mari Mar siempre está contando cosas, como Andrés, y Manolo, su amable esposo, siempre está sonriendo como Wilder. Tienen cinco hijos. Por eso no se cansan de contar cosas y de sonreír. 

19:00
Hay que rezar Vísperas. Empiezo a rezarlas como de mala gana por mis pecados pero, nada más empezar, me encuentro con el himno O lux beata que me recuerda a don Damián Galmés y me da la risa como un conuelo. ¡Bendito sea Dios!

19:30
Fracasología
Roca Barea nos mete en la discusión que mantuvieron Américo Castro y Sánchez Albornoz en torno al apasionante tema de «El ser de España». Y lo hace confesando, para empezar, que no ha entendido nada porque ella es historiadora y eso del ser se le antoja una enormidad muy enorme. Voy a escribir solamente una cita que justifica la lectura de todo el cápitulo y del libro entero: «En los últimos tiempos de centrifugado autonómico esto del ser de España ha adquirido un interés cronológico. Como los secesionismos periféricos defienden sus posturas con fueros y otras modernidades medievales, parece que España tiene que atestiguar una antigüedad aún mayor porque, si es más vieja que nadie, tiene más derecho a existir. o algo así. No se ve el motivo. España es nuestro país ahora y da lo mismo que tenga cincuenta, quinientos o cinco mil años. Si defendemos su unidad política no es porque sea viejísma sino porque es nuestra casa común ahora y porque no hacerlo sería una gravísima irresponsabilidad». 
Todos, a una cierta edad, podemos añorar la casa que contruyeron y defendieron de nuestros padres. Pero justo entonces —y esto lo digo inspirado por Javier Gomá y por María Elvira Roca Barea— tenemos que construir y defender la nuestra. Para que sea nuestra de verdad y pueda albergar a muchos tendrá que fundarse en la amistad con Dios. Si el Señor no construye la casa etc. 

Que dice Octavio Paz que
Pasó ya el tiempo de esperar la llegada del tiempo. 

viernes, 19 de junio de 2020

Penúltimo día en estado de alarma

viernes, 19 de junio de 2020
Sagrado Corazón de Jesús

9:00
Cita con Newman:
El 29 de septiembre de 1831, habló de los ángeles. Pensar en ellos, decía, nos mueve a la humildad porque nos recuerda qué poco sabemos del mundo creado por Dios y con cuánta reverencia debemos acercarnos al trono de Dios. «Recreémonos con estos pensamientos acerca de los ángeles (…) y tengamos buen cuidado de no convertir su contemplación en un mero sentimiento, en una suerte de lujo de nuestra imaginación. Este mundo es un mundo de esfuerzo y trabajo; Dios nos revela un atisbo del Tercer Cielo para nuestro consuelo. Mas si nos recreamos en esos pensamientos como si fueran el fin de nuestra existencia presente, y no nos esforzamos a diario en purificarnos para conseguir en el futuro disfrutarlos en plenitud, entonces se convierten en una añagaza del enemigo». 
Ceremonial de los obispos:
Más momentos destacados en la vida del obispo, en este caso del arzobispo: la imposición del palio (7.V). El obispo encargado por la Santa Sede de imponer el palio preside la celebración hasta el momento de la imposición. Sentado en la sede y con la mitra recibe de manos del diácono el palio y lo impone al obispo que está de rodillas ante él. En la oración que acompaña a la imposición se menciona su significado: «este palio sea para ti símbolo de unidad y y signo de comunión con la Sede Apostólica».

10:00
Salgo para Torremendo. He quedado con Antonio para ver el tejado que se cayó con las últimas lluvias. Wilder se une a la inspección. Hace unos días limpió una de las terrazas y hoy se ofrece voluntario para desescombrar y limpiar otra. Saludo a Javier que hoy no ha ido a trabajar. 
Wilder y yo volvemos a Torremendo. Hoy cumple cinco años su hija Camila. Celebro la misa de doce y media con el Canon Romano mencionando entre los vivos a Camila y a Laura que pide oraciones desde los EEUU y, entre los difuntos, a Mercedes y a Alberto
Después de misa Teresa se ofrece para lavar un alba casulla. Es de fibra sintética y en la etiqueta dice, en italiano, que por nada del mundo debe lavarse con agua y que se limpie en seco. Teresa dice que vaya bobada y que la va a lavar con agua fría sin centrifugado. Le digo que me parece estupendo. Joan me enseña una foto de Laura. Se la ve feliz. Llega Mari para limpiar la iglesia y le digo que hoy cumple cinco años Camila. Me pregunta que quíen es Camila y se lo explico. No da crédito a Wilder cuando él le explica que tiene dos hijas porque a ella le parece muy joven. No da crédito a Wilder cuando él le dice la edad que tiene. Como los dos son de Medellín se ponen a hablar de sus cosas. Grabo un video de felicitación para Camila procurando usar expresiones que a mi me parecen muy colombianas: «Buenos días, mija, Camilita. Vea: soy el Padre Javier. Le mando mi felicitación desde España. Estoy acá con su papá que las quiere y las extraña mucho, ¿oyó? Ya su papá me contó que es usted una princesita muy linda y muy buena. Que Dios me la bendiga y que la Virgencita me las proteja a todas, ¿oyó? ¡Mejor dicho! Adiós Camilita, feliz cumpleaños». Mando el video a Wilder. Se emociona un poco: «Mejor dicho, Padre. Me emocionó su felicitación. Yo sí soy muy sensible, vea». Dejo a Wilder arreglando un ventilador y me voy a mis cosas. Me llama el cura del Pilar del la Horadada para recordarme nuestra cita del próximo martes. Escribo al cura de Los Montesinos para confirmar que iré a celebrarle las misas del 30 de junio y del 1 y 2 de julio. Me escribe Antonio para recordarme que el bautizo de su hijo en Crevillente no es mañana, como había ido diciendo yo por ahí, sino el sábado 4 de julio. Le agradezco el recordatorio y corrijo mi agenda para mañana y para el 4 de julio. 

14:00 
Vuelvo a la iglesia para recoger a Wilder. Nos despedimos de Mari, nos vamos a comer y hacemos planes para la tarde. Estamos haciendo planes para la tarde cuando llama un penitente. Que si puedo estar en San Miguel a las siete. Que sí.
15:00
Wilder vuelve a la iglesia para seguir arreglando cosas y yo a lo mío. 

18:00
Me voy con Wilder a Torremendo. Hacemos un plan de desescombro, limpieza y reordenación de muebles en la casa parroquial y vuelvo a San Migel.

19:00
Llego a San Miguel justo a tiempo para abrirle la iglesia al penitente. Encuentro la casulla que ha lavado Teresa y que, según la etiqueta, no se podía lavar, lavada y perfumada y colgada en la sacristía. ¡Qué bien!

19:30
Fracasología.
Roca Barea habla de las hambrunas provocadas en Irlanda y en la India por el sistema colonial británico. 
En el capítulo 8 se dedica a estudiar cómo la historiografía del siglo XIX contribuye a consolidar la Leyenda Negra sobre Españita. La intolerancia religiosa, por ejemplo, que ha sido un fenómeno universal acaba percibiéndose como un rasgo exclusivo de los católicos españoles. «Los historiadores franceses no hablan de su Inquisición. No queda bien». En los países de mayoría protestante no hay Inqusición pero hay «leyes civiles perfectamente vigentes durante siglos, y no están ocultas, para condenar la disidencia religiosa. En muchas ocasiones más agresivas e inhumanas que las que existían en territorio católico». 
Dedica un apartado a los judíos, minorías perseguidas en toda Europa. Según la Wikipedia, en versión francesa, fueron los ilustrados —franceses claro— quienes denunciaron esa persecución. Roca Barea lo pone en duda con sabrosas citas de Voltaire y siguiendo la pista al antisemitismo frances antes y durante la Revolución Francesa, en el periodo del Terror, con Napoleón y has la Segunda Guerra Mundial. Luego pasa a revisar el tema del antisemitismo en el sacro Imperio Germánico antes y después de la Reforma protestante. Y no olvida que durante siglos, el antisemitismo europeo consideraba a todos los españoles como infectados de judaísmo. A pesar de todo ello la historiografía del siglo XIX en adelante pinta las cosas de manera que «parece como si España demostrara su naturaleza bárbara y cerril en no haver sido capaz de integrar las minorías mora y judía, como si todos los demás sí lo hubieran hecho». 
Un poco de Dignidad.
A la paletada de cal de Roca Barea, añade Gomá la de arena. «Mientras fuera de nuestras fronteras hay europeos que impulsan la nueva empresa capitalista (…) el español, que hizo la Reconquista en el Medievo subido a un caballo, tiene la tentación de no bajarse de él y seguir sobre la cabalgadura durante la Edad Moderna». Pero, a renglón seguido, advierte que llamando la atención sobre ese anacronismo español no pretende «ignorar los méritos sobresalientes acumulados por nuestro país en ese mismo periodo ni su capacidad de anticipación en tantos aspectos decisivos». Con todo el triunfo de la burguesía en Europa —y con ella el de ese modo de vivir cuyo ocaso describe Zweig en “El mundo de ayer”— no tiene en España la misma magnitud. «Sufrimos las consecuencias de carecer de una clase media educada, pragmática, pactista, templada en sus juicios y actitudes y promotora de una tupida trama de costumbres cívicas». ¡Ay! Se llega así, después de una guerra, «al anacronismo de una dictadura en el corazón de Europa de la segunda mitad del siglo XX». 
«Tarde pero bien» es el título del último capítulo de Dignidad. Durante la Transición «acabó prevaleciendo un insólito espíritu de concordia». Si, formalmente, fue «una transición de la ley a la ley (…) atendiendo a su contenido (…) fundó un nuevo demos político edificado, por primera vez, sobre la amistad cívica entre los ciudadanos». En fin, tarde —porque ya en todas partes «empezaban a hacer ensayos contraculturales de posmodernidad»— pero bien, en España «culmina definitivamente nuestro larguísimo, interrumpido y sinuoso proceso de modernización». FIN. 

lunes, 15 de junio de 2020

Parroquia en fase 3 (1)

lunes, 15 de junio de 2020
Santa María Micaela

Cita con Newman:
En la fiesta de san Mateo de 1835 Newman advertía contra el peligro de las riquezas, y no solo contra el amor a las riquezas sino contra el peligro que supone su posesión. 
A Israel no se le ha dado «imagen alguna de Dios que no sea este mundo creado». Sabe que ha de ganar el pan con el sudor de su frente y, después del esfuerzo, recibe esta bendición: «anda y come tu pan con alegría, y bebe tu vino con buen corazón, que Dios ya se ha complacido en tus obras». Los mismos apóstoles habían sido educados en la idea «de que las riquezas eran una de las principales recompensas que Dios otorgaba a quienes amaba». 
Jesús en cambio se lamenta por los ricos «porque ya habéis recibido vuestro consuelo». Y ese consuelo se opone al consuelo que ofrece el Espíritu Santo que cancela la maldición original. No es que trabajar ya no cueste sino que el discípulo puede vivir sin preocuparse por el qué comerá o qué beberá si busca ante todo el Reino de Dios y su justicia porque se le ha prometido que lo demás se le dará por añadidura mientras el rico, atareado por la compra del campo o del la nueva yunta de bienes, rechaza la invitación al banquete. 

Ceremonial de los obispos:
Otro momento destacado en la vida del obispo es el de su recepción en la catedral (7.IV). Si lo recibe el metropolitano, sale a la puerta de la iglesia y allí lo presenta a la primera dignidad del cabildo y luego preside la procesión de entrada y ocupa la sede para pedir que se lean las Letras Apóstolicas. Una vez leídas invita al obispo a ocupar su cátedra.
Si no lo recibe el metropolitano ha de hacerlo la primera dignidad del Cabildo o, si no hay Cabildo, el rector de la iglesia. Después de rezar ante el Santísimo, se revisten en la sacristía. Al comenzar la Misa se leen la Letras Apostólicas y, omitido el cato penitencial, se recita o canta el Gloria.
A partir de ese momento en todas las misas que se celebren en la diócesis se nombra al obispo. 

A las once llega Teresa con una bolsa de fruta para Wilder y Javier. A las once y media me voy a Torremendo para buscar a Wilder y Javier. Dejamos a Javier en San Miguel y Wilder se va a comprar pegamento para arreglar un ventilador. 

A las doce y media, cuando empieza la misa, somos diez. A la una menos cuarto somos trece. Ha venido David. Después de misa me dice que quiere hablar conmigo un día de esta semana. Ya se ha leído la mitad del Catecismo de la Iglesia Católica. Tiene alguna duda que desea aclarar. Quedamos para el jueves. 

Después de misa, mientras Wilder arregla el ventilador, escribo la homilía y mando la traducción a Joan para que la corrija. Luego me voy a comer con Wilder. Después dejamos el coche en el taller para que le cambien las ruedas de atrás. Volviendo del taller nos encontramos con Inma que nos invita a entrar en su flamante gestoría. Está muy bien. Wilder va a la iglesia para hacer arreglos y yo voy al despacho para preparar dos expedientes matrimoniales. 

Mensajes:
De Juana María. Que espera respuesta sobre el día de la boda. 
Del taller. Que ya está listo el coche y que son 160 dólares.
De un ser humano que necesita superurgentísimamente una partida de bautismo de su churumbel. 
Del Banco de Sabadell. ¿Que me regalan mil dólares? No que me han cargado cincuenta y un dólares con cincuenta centavos por la gasolina que he puesto en Global Oil. 
Llamo a Wilder. Que Javier Molina (me he aprendido el apellido) ya ha llegado. Nos vamos a recoger el coche. En el taller no puedo pagar con tarjeta. Me toca ir al banco y volver al taller. Llevo a Wilder y a Javier a Torremendo. Wilder está contento porque le han ofrecido un empleo y puede empezara trabajar la semana que viene. Me enseña el trabajo que ha hecho pintando el patio, el despacho y la escalera de la casa parroquial de Torremendo. Muy bien.
Vuelvo a San Miguel para meditar con Llamados a la vida de Jacques Philippe. 
Vísperas. Inmense caeli conditor de san Gregorio Magno. 

Ya está, ya estoy en casa. Ahora un poco de Dignidad.
Javier Gomá cita a Lewis: La amistad «no tiene valor de supervivencia; más bien es una de esas cosas que le dan valor a la supervivencia». Para proponer su ideal de una amistad universal o de una república de amigos, Gomá sigue a Aristóteles para quien «la concordia parece ser una amisyad civil». Si esa concordia se extiende, y en la medida en que se extiendia, no hará falta la imposición de otra ley. 
Estudia Javier Gomá el acceso de Occidente a la modernidad y la variante española que resume así: «tarde pero bien». Y sonrío al pensar que por cada pala de cal de Roca Barea, Javier Gomá va a echar una de arena. 
Solo con la Transición de los años setenta y la consolidación de la democracia entró España en «la mayoría de edad como país moderno». Aunque no cita a Ortega advierte con él de un peligro: sin educación tendemos a pensar que los frutos de la civilización son, en realidad, frutos naturales y que basta con alargar el brazo para apropiárselos porque, sin educación, no somos conscientes del esfuerzo y del sacrificio con el que se ha levantado el edificio de esa civilización. 

Y un poco de Fracasología:
Sobre el colonialismo inglés y el libre mercado escribe Roca Barea: «La expansión colonial inglesa del siglo XIX se sostiene sobre dos pilares básicos: el control maltusiano de la población y la promoción teórica del libre mercado. La primera (sic) dio como resultado tantos millones de muertos que jamás acabarán de contarse, y a segunda (sic), un gigantesco empobrecimiento de todos aquellos que, leyendo libros, se creyeron la teoría y no tuvieron la precaución de contrastarla con la práctica económica de aquellos que la crearon». 
Luego explica la diferencia entre el Imperio español, que protegía su comercio en bloque y propició la creación de riqueza en América, y el Imperio Británico que protegía el comercio de Inglaterra a costa de sus colonias. Hasta que las elites criollas y españolas se creyeron lo que escribían y no hacían los teóricos ingleses sobre el libre mercado. Inglaterra dedicó sus esfuerzos durante el siglo XVIII acabar con el gran mercado hispanoamericano y, durante el siglo XIX, a defender su monopolio. 
El apartado termina con la denuncia que hizo Edmund Burke en el Parlamento británico sobre la situación en la India: «La invasión tártara fue dañina, pero es nuestra protección lo que destruye la India». 

Y hay que terminar Los Persas de Esquilo. 
Después de llorar por las noticias del mensajero, la reina se retira para hacer una ofrenda a los dioses. Queda el coro lamentándose:
El Asia entera gime,
privada de sus hombres.
¡Jerjes se los llevó, ay, ay!
¡Jerjes los ha perdido, ay, ay, ay! 
Vuelve la reina y pide al coro que conjure el alma de Darío. El coro obedece y, a sus conjuros, aparece la sombra de Darío y pregunta:
¿Qué nuevo mal gravita sobre Persia? 
Cuando la reina le dice que el imperio persa ha sido aniquilado, la sombra sigue preguntando: 
¿Fulminado de peste o por guerra intestina? 
Sigue el diálogo y la reina pide consejo. Darío dice que los persas no deben tratar de invadir el suelo de Grecia porque la misma tierra protege a los griegos y matará de hambre a los soldados. Aconseja a la reina que se prepare para recibir a Jerjes, se despide de los ancianos y vuelve a la región de las sombras. 
Entonces llega Jerjes. Lo que sigue, hasta el final de la tragedia, es un diálogo entre el rey persa y el coro. 
Las primeras palabras de Jerjes son:
¡Io!
¡Ay de mí, qué destino,
que imprevisto destino
me ha tocado!
Y las primeras del coro:
¡Ototototoi!
¡Mi rey, mi pobre hueste!
Y sigue el coro lamentándose por la juventud que el rey ha amontonado en el Hades. 
Han muerto, sí, sin gloria.
Las últimas palabras del coro a Jerjes:
Te escoltaré con lúgubres gemidos. 
Lentamente van abandonando todos la orquestra y acaba la tragedia de Los persas. Muy bien.

En Libertad bajo palabra, viajo con Octavio Paz a la India y me quedo prendido a esta imagen de Mutra:
…las buganvilias rojas negras a fuerza de encarnadas, moradas de tanto azul acumulado… (p. 211)
¡Es verdad!