domingo, 31 de marzo de 2024

Diario. Domingo, 31 de marzo de 2024

 San Miguel

domingo, 31 de marzo de 2024


El Jueves Santo no escribí en mi diario porque llegué a la casa abadía bien pasadas las doce de la noche.

Fue un día lindo. Vinieron a vistarme Pupé y Jaime  con Urraquita  y Ana y Pablo con Lucía. Doña Nati nos invitó a un aperitivo en su casa y charlamos largamente. 

Celebré la Cena del Señor en Toremendo y en San Miguel. 

Luego, en San Miguel, tuvimos la Procesión del Silencio. Muy bien.


El Viernes Santo, por lo mismo, tampoco escribí en mi diario. Fui a La Torre para devolver la visita a Pupé, a Jaime, a Ana y a Pablo. Habían preparado un arroz con mariscos porque era día de abstinencia. También era día de ayuno. Plato único. Muy bien.

Volví a San Miguel para celebrar el Oficio de Pasión y para la Procesión del Silencio. 


El Sábado Santo, por lo mismo, tampoco escribí en mi diario. 

Fue un día apacible, lleno de encuentros y dedicado a preparar la gran Vigilia Pascual. La celebré en Torremendo a las 21:00 y en San Miguel a las 23:00. 


Hoy, Domingo de Resurrección, estaba en Torremendo a las 9:00. Estaba lloviznado y todo era que si habrá o no habrá Procesión del Encuentro. 

A las 10:00 ha empezado la Procesión del Encuentro en Torremendo. 

Las chicas llevaban a la Virgen de Monserrate vestida de negro y con un velo sobre la cara. Los chicos llevaban el palio acompañando al Santísimo precedido por el archidiácono que llevaba el incensario humeante.

La Virgen de Monserrate y su Santísimo Hijo se han encontrado detrás de la iglesia. Los abanderados que acompañaban a la Virgen han medido la distancia que separaba a la Madre del Hijo. Tres pasos  para adelante. Una bandera negra extendida en el suelo y una bandera blanca extendida sobre la negra. Otros tres pasos para adelante y lo mismo. Otros tres pasos y lo mismo. Ya estaban los abaderados  ante el Santísimo con las banderas y las rodillas en el suelo. Tocaba volver para comunicar la buena nueva a la Señora. Tres pasos hacia atrás: banderas y rodillas al suelo. Otros tres pasos para atrás y lo mismo. Otros tres pasos para atrás y lo mismo. 

Entonces avanza la Señora hasta su hijo. La chicas dejan el paso en el suelo y le quitan a la Señora el velo y el manto negro y la coronan y  queda guapísma y contenta y todos aplauden y  empieza  a llover y corremos a la iglesia para celebrar la misa.

A las doce y media he celebrado en San Miguel. Los romanos, que el Viernes Santo andaban ultrajando al Buen Jesús, estaban hoy en el presbiterio  y asistiendo a la misa con piedad de conversos. 

Luego he ido con doña Nati a la casa de Armin  y Heidy. Habían invitado  también a dos matrimonios mixtos: las chicas  católicas, los chicos protestantes, la comida y la sobremesa de lo más pascual.

Hemos vuelto a San Miguel a eso de las 18.00 y me he puesto a escribir este diario. 

A eso de las 18.30 ha sonado el timbre. En la puerta me he encontrado con Francisco cuya larga barba blanca y cuya voz —sosegada, bien modulada y amable— inspiran tanto respeto y simpatía como su sonrisa  permanente y beatífica. Venía acompañado de un desconocido. Me ha dicho que deseaban hablar conmigo  y los he invitado a pasar. 

El desconocido ha resultado ser un ciudadadano belga de cincuenta años a quien la Guardia Civil —cumpliendo órdenes— ha desalojado de la vivienda  que ocupaba y no pagaba. Al parecer, los servicos sociales del Ayuntamiento no han podido solucionar sus problemas que, resumidamente, son estos: lleva cuatro días sin comer y  durmiendo debajo de un puente. Me ha explicado que está esperando que su papá —que tiene ochenta y dos años y está ingresado en un hospital de Bélgica— le mande algún dinero pero que, entre tanto, necesitaría un lugar para dormir.

Francisco me miraba sonriendo y el belga  me  miraba angustiado. Como esperaban que yo dijera algo,  he tomado la palabra y he preguntado al belga: «¿Sabes que  tu amigo Francisco es evangélico?». El belga ha mirado a su amigo Francisco que ha asentido con una sonrisa. He vuelto a hablar: «Los evangélicos no vienen a misa porque consideran que  la misa  es una  superstición aberrante y que los curas, a diferencia de sus líderes, somos unos charlatanes corruptos». El belga  ha mirado con horror a Francisco que seguía  asintiendo y sonriendo tras su larga barba blanca. Entonces, poniéndome en pie, les he preguntado: «¿Queréis seguirme?».  Y, sin esperar su respuesta, me he dirigido al gran salón de la catequesis. Allí les he mostrado la cama que compramos para el maestro relojero y que el maestro relojero usó solamente durante un par de noches. Al belga le ha parecido bien. Luego les he mostrado el aseo de los locales parroquiales. Al belga  le ha parecido bien. Se  han ido para recoger el equipaje   del belga y yo he vuelto  a escribir mi diario. 

Luego tocaba rezar y he ido a la iglesia. 

A eso de las 20:30 he mandado un wasap a Ana Isabel: «¿Os apetece probar el bizcocho ucraniano?».  El bizcocho ucraniano tiene su historia. Una familia de Ucrania suele traerme cada año dos pasteles pascuales para que los bendiga. Cada año los bendigo. Cada año se llevan uno para celebrar la Pascua y me regalan el otro para que la celebre yo. Son encantadores y el bizcocho es delicioso. 

Ana Isabel  me ha contestado yhemos quedado en su casa a las 21:10. he calculado que tenía tiempo para cerrar la iglesia y para volver a casa y terminar de escribir  el diario. He cerrado la iglesia y he vuelto a casa para terminar de escribir el diario. 

miércoles, 27 de marzo de 2024

Diario. Miércoles, 27 de marzo de 2024

 San Miguel

miércoles, 27 de marzo de 2024


21:02

Vuelvo a la casa abadía y me dispongo a escribir algo en mi diario.


A las once, como siempre, la misa de once. ¿Con homilía? Sí: Judas consuma su traición. Hay conversiones repentinas pero a la traición se llega poco a poco. 


Después de la misa me he sentado en el confesonario. Seis penitentes. Muy bien. 


Por la tarde, celebración penitencial en Los Montesinos —veinte penitentes— y en Torremendo: no ha venido nadie. Bueno, sí, ha venido el archidiácono y ha venido una pareja formada por un inglés y una inglesa que querían ver la iglesia. Me han preguntado “Who is this?”, señalando una imagen de san Rafael y “And this one?”, señalando la imagen de Tobías. Les he contado la historia de Tobías. Luego, señalando a San Miguel: “Who is this?”. Les he contado lo de la batalla en el cielo. Hemos sacudido nuestras manos y se han ido muy contentos.


21:15

Interrumpo el diario para hacerme una cena ligera. 


21:30

Me siento ante el ordenador y me pregunto: ¿qué más? 

Recuerdo que he recibido un mensaje de PDG desde Urugay.

Recuerdo que he estado leyendo las primeras siete octavas reales de Perito en lunas, tan complejas y gongorinas: haz la degollación tras el ordeño.

Recuerdo que he estado viendo Ha nacido una estrella. Pero no la de Bradley Cooper de 2018, ni la de George Cukor de 1954, sino la de Wellman, de 1937. 

Recuerdo que, después de comer, he visto llorar a doña Nati por primera vez. Samira se había ido a la cocina, estábamos solos doña Nati y yo. Le he preguntado: «¿Cómo estás?». Y ella, sonriendo: «Cuanto más tiempo pasa, más lo echo de menos». Luego han venido las lágrimas. Solamente dos o tres que se ha apresurado a disimular con un pañuelo y una pregunta: «¿Quieres otro café?».


21:49

Acabo de escribir el diario de hoy. En la calle, los tambores acompañan la procesión del encuentro de La Verónica con Jesús. Y recuerdo otros encuentros de este este día que no se pueden contar.

martes, 26 de marzo de 2024

Diario. Martes, 26 de marzo de 2024

 San Miguel

martes, 26 de marzo de 2024


21:36

Llego a la casa aabadía. He dejado a los del coro ensayando en la iglesia y me dispongo a escribir mi diario.


Desde ayer, a la misa de once se han unido los que suelen venir de Madrid por estas fechas. Después de la misa —con homilía— dos penitentes. Muy bien. 

Me estaba esperando un ser humano que necesitaba ayuda de Cáritas. Hemos ido a Másy Más para hacer una compra. 


¿Capítulo de The Crown con doña Nati? Sí. Y luego ha venido Fede y me ha ayudado a preparar el monumento para el Jueves Santo, a alinear los bancos, a despejar el  presbiterio —que era un bosque de estandartes— y a llevar un montón de sillas a los locales parroquiales. 


Ana Isabel me ha invitado  a cenar a su casa. Nos ha hecho unos sandwiches maravillosos con jamón, queso, lechuga, champiñones, alioli  y un pan como de gofres. Hemos recitado algunas poesías de Miguel Hernández porque Luciana lo está estudiando en el instituto y hemos aprendido que, cuando a un bebé le salen los dientes hay que decir: «mira, le están saliendo  diminutas ferocidades». Y Wilder nos ha dado una buena noticia: le han hecho el precontrato que necesita para adquirir la residencia en Españita. Antier habíamos empezado una novena a san José pidiendo, precisamente, eso. El resto  de la novena será  de acción de gracias.


Luego he ido cerrar  la iglesia pero, como estaba ensayando el coro, me he venido  a la casa abadía para escribir mi diario. Se oyen los tambores  en la calle.

lunes, 25 de marzo de 2024

Diario. Lunes, 25 de marzo de 2024

 San Miguel

lunes, 25 de marzo de 2024


21:41

Llego a la casa abadía y me dispongo a reseñar en mi diario lo más memorable del día.


El desayuno, por ejemplo, preparado y servido a las 9:00 por nuestra hostelera belga, flamenca —que no valona— por más señas. 

A eso de las diez de la mañana, Heidy, Armin y yo hemos salido del hostal  rumbo a Alicante. Normalmente el viaje dura dos horas pero ha habido que hacer una parada porque al motor del coche le faltaba, al parecer, algún tipo de aceite. Luego hemos ido a Torrevieja porque H&A querían comprar café. Total, que mehan dejado en San Miguel a las 13:45. Justo a tiempo para deshacer la maleta e ir casa de doña Nati. 

Con doña Nati he visto otro capítulo de The Crown.

Misa y homilía a las 18:00. Un penitente. Muy bien. 

Luego he ido a cenar a casa de H&A. Desde el amplio ventanal de su comedor veíamos la luna llena y, después de contar historias de luna llena hemos cantado Lobo hombre en París, de La Unión. Después de la crema de champiñones y la ensalada con queso parmesano, he recitado un poema. La velada ha terminado con ravioli y salvia y con anécdotas de Suiza. 

De vuelta a San Miguel he encontrado todas las calles cortadas porque la banda de tambores anda ensayando. He tenido que mover una valla para llegar al garaje. 


21:58 

Termino de escribir mi diario. Todavía se oyen los tambores.

domingo, 24 de marzo de 2024

Diario. Domingo, 24 de marzo de 2024

 Ráfol de Almunia

domingo, 24 de marzo de 2024


Ha amanecido un día desapacible. 

A las diez, procesión de ramos y misa en Torremendo. A las doce, lo mismo en san Miguel. Solo que en San Miguel, al terminar la misa, nos hemos despedido de Jean y Michael O’Bryan que ha vivido en san Miguel durante veinte años y se vuelven al Reino Unido. 

A las 16:00 han pasado a recogerme Heidy y Armin y nos hemos venido a Rafol de la Almunia para participar en la décima sexta temporada de Musica Sacra a la rectoría.

De San Miguel meha llegado un mensaje: han tenido que suspender la procesión de Las Mantillas por causa de la lluvia. 

El concierto —Requiem de Mozart—ha terminado hace cosa de media hora. Muy bien. Son las 22:10.

sábado, 23 de marzo de 2024

Diario. Sábado, 23 de marzo de 2024

 SanMiguel

sábado, 23 de marzo de 2024


El miércoles no escribí mi diario. ¿Por qué? Porque anduve muy  ocupado con la visita del obispo que vino para devolver al culto la capilla del hospital que había sido profanada en noviembre del año pasado.

Reunidas unas treinta y cinco personas, Andrés atacó el canto de entrada  y el archidiácono abrió la procesión  llevando la Cruz robada y devuelta por los amables profanadores. 

El altar estaba desnudo: sin velas, sin flores, sin manteles. Así, desolado, está el altar de una capilla que ha sido profanada. El sagrario limpísimo —gracias, Analía— vacío y abierto: «Se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». 

Detrás del archidiácono y de la Cruz, el arcipreste de Torrevieja, el capellán del hospital, el secretario del obispo y  el obispo.  Andrés sigue cantando y tocando el órgano. El archidiácono erige la Cruz junto al altar y el obispo va a la sede sin besar el altar desolado. Bendice  el agua, la asperge sobre el altar y sobre los fieles, hace la oración colecta  y todos se sientan para escuchar la proclamación de la Palabra. 

Toma la palabra el obispo para explicar la Palabra proclamada.  Todos los ojos están fijos en él. 

Oración de los fieles. En la última prez suplicamos al Buen Dios que conceda el descanso eterno a don José Luis Arnal, el anterior capellán que murió en ese mismo hospital pocos días después de la profanación y rezando por los amables profanadores.

Entonces, el archidiácono y el capellán, extienden sobre el altar los manteles, ponen las velas sobre los manteles y las encienden. Extienden sobre el altar el corporal y preparan  las ofrendas. Cuando todo está listo, el capellán invita al obispo —ahora  sí— a venerar  el altar con un beso. Y el obispo —obedientísimo— obedece  al capellán y, acercándose al altar, planta allí un beso que expresa la locura de amor que se desata cuando la Iglesia se encuentra  con Cristo. 

La misa siguió como de costumbre. 


El jueves tampoco escribí mi diario porque anduve ocupado con otras cosas. Por ejemplo, con el cumpleaños de Yolima.


El viernes tampoco escribí mi diario porque llegué a casa muy tarde, después de la misa de  la Virgen de los Dolores y del Via Crucis.


Son las once de la  noche del sábado.  Ando escribiendo este diario en la víspera del Domingo de Ramos. Hemos celebrado la misa de las cofradías y el presbiterio de la iglesia parece un bosque encantado porque cada hermano mayor ha plantado allí su estandarte.  Después de la misa, Miguel ha anunciado su despedida con un bonito discurso y la banda del pueblo ha dado un concierto. 


22.35

Mari Sol me manda un wasap: «Hemos terminado». Quiere decir que  —con la ayuda de Wilder y de Fede— han terminado de preparar el paso de la Virgen de los Dolores y que tengo que bajar a cerrar la iglesia. 

martes, 19 de marzo de 2024

Diario. Martes,19 de marzo de 2024

 San Miguel

martes, 19 de marzo de 2024


Hoy, san José, ha sido un día de wasaps. Entre los enviados y los recibidos  suman 118. Mucho «felicidaes en el día de tu santo patrono», mucho «gracias». Mucho «¡viva san José!», mucho «¡viva!». Mucho «felicidades por el aniversario de tu ordenación», «gracias». Un “Hi Father. Can I go to confession this morning?” ¿Penitentes? Sí, cinco. Muy bien. 

También ha sido un día de felicitaciones en las puertas de las iglesias de Torremendo y de San Miguel. Muy bien.

Tres conversaciones telefónicas no cortas. Con FFdC desde las 17:51 hasta  las 18:20. Con AVH desde las 20:28 hasta las 20:45. Con FVH desde las 21:00 hasta las 21:15. Me cuentan que Carlota se ha ido a estudiar a Maastricht, que Blanca está haciendo un especie de maestría de restauración en Granada y que Alejandra y Jacobo vuelven con sus niños de Portugal para instalarse en Madrid. 

El desayuno en el JJ.

La comida en Crevillente con las tres generaciones de una familia numerosa. Muy bien. 

¿Y el té? El té —con pastas— desde las 18:35 hasta las 19:25 en la casa de Joan y Laura Collins. Muy bien. 

¿Qué más? ¡Ah, sí! Esta mañana, en la iglesia, durante el oficio de lectura, a todo volumen, para empezar con energía el Te Deum. ¿El de Lully? Si, el de Lully. II Patrem inmensae maiestatis. III Te ergo quaesumus. IV Dignare Domine.

lunes, 18 de marzo de 2024

Diario. Lunes, 18 de marzo de 2024

 San Miguel

lunes, 18 de marzo de 2024


7:00

Oficio de lectura y laudes.

Meditación con la segunda lectura del oficio, tomada del Comentario de mi querido san Juan Fisher sobre los salmos. Tomo nota: la misa es el sacrificio que nuestro Sumo Sacerdote ofreció en la tierra sufriendo una muerte dolorosísima y que ahora, revestido de la nueva inmortalidad, presenta ante el trono del Padre. 

8:00

Voy a desayunar a la panadería porque no hay leche en la nevera y el JJ está cerrado. 

8:30

Voy al banco. 

Manual de Teología dogmática.

9:22

Llamo al archidiácono: que si puede acompañarme al hospital. Que sí.

9:30

Patrología de JA Gil-Tamayo Y José Manuel Fidalgo. 

10:23

Llamo a Rosa R porque encuentro una llamada suya y perdida. 

10:30

Voy a la iglesia.

11:00

Misa. Homilía cuaresmal. 

11:45

Llamo a la secretaria del ecónomo porque tengo una llamada perdida y suya.

Llega el archidiácono y nos vamos al hospital con casi todo lo que necesitamos para la misa del día 20. Movemos los bancos, desnudamos el altar, preparamos la credencia y los libros. Hacemos una lista de algunas cosas que no hemos traído. 

13:45

Vuelvo del hospital con el archidiácono. Él se va a Torremendo y yo voy a casa de doña Nati después de rezar nona y de mandar un wasap a Analía para preguntarle que si puede venir con Fede al hospital porla tarde. Que sí. 

14:45

Me despido dedoña Nati, de Irene y de Raúl.

Visita al Santísimo y rosario paseando por las capillas de la iglesia. 

15:15

Voy a la iglesia y me pongo a hacer cuentas. 

Llamo al archidiácono para que me diga cuánto se recaudó en la colecta del Seminario. 19 euros. 

15:40

Meditación: la misa es el sacrificio que nuestro Sumo Sacerdote ofreció en la tierra sufriendo una muerte dolorosísima y que ahora, revestido de la nueva inmortalidad, presenta ante el trono del Padre. Como estamos en la víspera de San José y de mi trigésimo sexto aniversario de ordenación, paso la media hora pidiendo perdón y dando gracias. Se me pasa volando. 

16:15

Pongo una lavadora y hago la cama con sábanas limpitas. 

16:45

Suena el timbre. Es Teresa: que si puedo ir a la iglesia porque hay un problema con la nueva corona de la Virgen. 

Creo que Wilder tiene la solución para el problema. Llamo a Wilder. Quedamos en vernos cuando yo vuelva del hospital 

17:10

Fede me ayuda a cargar en el coche la sede para el obispo y otras dos sillas para el arcipreste —una— y para mí. Entre tanto, Analía va a comprar algodón mágico. 

Salimos los tres para el hospital. Descargamos los muebles y los llevamos a la capilla. 

Analía se queda sacándole brillo al sagrario y Fede me acompaña a Mercadona para hacer una compra  para Cáritas. 

20:20

Volvemos a San Miguel. Fede queda con mi coche para llevar a Analía a casa y para entregar la compra a una familia. 

Wasap al arcipreste.

Vísperas.

20:45

Llego a la casa abadía y saludo a Delia que tiene una reunión en los locales parroquiales. 

21:00

Llamo a Wilder. Que está llegando de Torrevieja y que me avisa cuando llegue. Muy bien. 

Me meto en X (antes Twitter). Amèlie pregunta: «¿Qué pensáis que va a anunciar la Casa de Windsor en el comunicado». Me entero de que la Casa de Windsor va a hacer un comunicado. Krupskaya cuenta una divertida anécdota. Bishop Robert Barron se felicita porque la revista The New Ressourcement tiene ya más de dos mil suscriptores. Javier Barrientos recoge las declaraciones de una periodista y educadora social que no quiere tener hijos porque, dice, «me costaría asumir la responsabilidad de cuidar a una persona (…) dejándomea mí en un segundo plano». Sonrío al recordar este tuit de Ana Rodríguez de Agüero que retuiteé esta mañana. Y aún sonrío más al recordar a Pupé y a Jaime que -siendo seres humanos excelentes- han crecido lo indecible desde que gravitan en la órbita de su linda Urraquita. 

21:15

Suena el timbre. Es Analía que me trae el mando del garaje. Se lo agradezco y le digo que estoy esperando a Wilder. Me dice qeu Wilder y Fede están de tertulia en la puerta de la iglesia. Salgo con ella y nos unimos a la tertulia. 

21:30

Analía y Fede se van. Wilder y yo vamos a ajustar la nueva corona de la imagen de la Virgen de los Dolores. Wilder hace un trabajo perfecto. Le mando una foto a Marisol que, cinco minutos después, se presenta en la sacristía para asegurarse de que el trabajo está bien hecho. 

22:00

Nos despedimos. Cierro la iglesia.