martes, 5 de marzo de 2024

Diario. Martes, 5 de marzo de 2024

 San Miguel

martes, 5 de marzo de 2024


A las  siete he abierto la iglesia. Una hora después, la oración fecha, me he metido en el confesonario para leer, escribir y esperar.

Allí me han encontrado, a las diez,  Joan y Wilder que necesitaban un intérprete. 

La misa, como siempre, a las once. Con homilía cuaresmal. 

A las doce he vuelto al confesonario. En en X de Mariana Pineda he encontrado la receta de una abuela italiana maravillosa para hacer la carbonara.

A las doce y media he llevado a Joan a su casa porque su coche se lo ha dejado a Wilder para que lo lave como él sabe. 

A la una estaba en la casa abadía. Había que realizar algunas tareas domésticas. 

A eso de las cinco y media he coincido en casa de doña Nati con Concepción y con el doctor B que venían a darle el pésame. Como hacía mucho   tiempo que no nos veíamos, hemos charlado largamente. 

Doña Nati recibe visitas a todas horas y se alegra. Como una reina, sentada en la butaca que compraron para Paco, recibe a todos con una sonrisa y tiene para todos palabras amables y cariñosas. Delante de ella, en la mesa camilla está el retrato de Paco con unas flores preciosas que le regaló Joan. La foto se tomó hace unos cinco años. Debió de ser en alguna celebración porque aparece vestido de traje y corbata, hecho un pincel. 



Mi hermano Gilbert


«En el otoño de 1899, nadie fuera de su entorno conocía a G.K. Chesterton». 

Así comienza el segundo capítulo de Mi hermano Gilbert cuyo título original es G.K. Chesterton, a Criticism

En el capítulo anterior, Cecil había dejado a Gilbert en el momento en que este, después de abandonar la Escuela de Bellas Artes, había decidido dedicarse al periodismo. 

La historia podría haber quedado ahí: un hombre inteligente y sensible como muchos otros que, después de un intento fallido de convertirse en pintor o en algo así, acaba en la redacción de un periódico inglés.

Pero la historia sigue así de bien: «En la primavera de 1900, todo el mundo preguntaba: “¿Quién es G.K.C.?”. Antes de concluir el año, su nombre y sus escritos eran mucho más conocidos que los de aquellos que habían alcanzado la fama mientras Chesterton no era más que un niño. No conozco ningún otro ejemplo en los últimos cincuenta años de un ascenso tan vertiginoso desde la oscuridad a la fama como el que trataré de describir y analizar en este capítulo». 

A uno, claro, le entran ganas  de seguir leyendo.



A última hora he vuelto a visitar a doña Nati, justo en el momento en que llegaba su hija Irene. Estábamos charlando cuando ha llegado Raúl el marido de Irene. Cuando se han marchado he mirado a doña Nati y le he preguntado «¿lo intentamos ahora?». Y ella: «Sí, sí». 

He conectado mi teléfono a su tele y hemos visto en su tele el segundo capítulo de The Crown, ese que acaba con una escena digna de Shakespeare: el rey Jorge acaba de morir y la madre del difunto, de riguroso luto, se arrodilla ante la nueva y joven reina, su nieta. 

Doña Nati no es muy dada a los excesos del aplauso ni, en general, a los excesos, ni, en particular, al ruido. Es una de esas raras personas que parecen estar siempre a gusto y confomes con la realidad no por apatía sino por la primera de las pasiones humanas que es el amor. Por eso, cuando ha terminado la peli y la he mirado sonriendo y me ha devuelto la mirada y la sonrisa, he pensado: «Le ha gustado lapeli». 

Pero doña Nati, que me conoce y sabe que necesito eso que los psicólogos llaman «refuerzo positivo» ha añadido: «Me ha encantado». 

Nos hemos despedido. He ido a la iglesia para rezar Completas y he vuelto a casa muy contento para escribir otra página de mi diario.

2 comentarios:

  1. Ese capítulo es,'para.mi, el mejor de esa Bonita serie.La reina María lleva el PESO de la corona

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Es usted muy amable. No lo olvide.