lunes, 29 de abril de 2024

Diario. Lunes, 29 de abril de 2024

 San Miguel de Salinas

lunes, 29 de abril de 2024


6:00

Suena el despertador. 

6:30

¿Hay  leche en la nevera? No hay leche en la nevera. ¿Prorrumpo en llantos? No: me preparo una tostada con mantequillas y mermelada. ¿No me siento un poquitín desgraciado porque sin el café con leches me falta algo? Confieso que echo en falta el café con leches pero  eso que echo en  falta en esta mañana lluviosa de abril me habla de este mundo —que no nos puede dar todo lo que esperamos de él— y de la vida eterna que nos dará lo que ni ojo vio ni oído oyó, etc. 

6:50

Salgo para el hospital. Segundo día de lluvia fina en San Miguel.

7:10

Preparo el altar y me siento para mirar fijamente al sagrario.

8:00

Misa de santa Catalina de Siena, patrona de Europa.

8:40

Oficio de lectura ylaudes. 

9:05

Llevo la comunión a Begoña. Ella no puede comulgar porque está entubada pero me dice que su amable esposo lo hará por él y por ella. Miro a su  amable esposo. Él asiente como diciendo: sí. Vamos, él y yo, a la capilla. Charlamos largamente. Pide absolución. Le  doy el ego te absolvo y el Corpus Christi. 

9:45

Como sigue lloviendo, hay atasco en el aparcamiento.

9:50

Como  sigue lloviendo, hay atasco en Torrevieja.

10:20

Llego a san Miguel. Como sigue lloviendo llego a la casa abadía  empapado y estornudando. Me cambio de camisa y voy a la iglesia.

11:00

Segunda misa. 

11:50

Voy al banco.

12:30

Hay que actualizar lascuentas parroquiales. Ya está.

Hay  que actualizar el libro  de misas. Ya está. 

Hay que seguir preparando la catequesis larga sobre la historia de la Iglesia.



Pasan cosas.



22:40

He cenado en casa de Ana Isabel y Wilder y, de vuelta a la casa  abadía, me he puesto a escribir esto. Quisiera escribir más. Quisiera escribir todas las cosas que han pasado,pero me muero de sueño.


domingo, 28 de abril de 2024

Diario. Sábado, 27 de abril de 2024

 San Miguel de Salinas

sábado, 27 de abril de 2024


5:30

Suena el despertador.

6:00

Desayuno una taza de café con leche y luego otra.

6:30

Desde el huerto, los pajarillos saludan a la tibia mañana abrileña iluminada aún por una brillante luna que, suspendida sobre la almazara, envuelve Lo Safareig en un halo de misterio más reconfortante, bueno y admirable que inquietante. 

No digo «¡detente, tiempo!» porque ni soy alemán, ni soy romántico,  ni me llamo Fausto ni tengo prisa. Falta casi una hora para que salga el tren de modo que me detengo yo para contemplar largamente ese espectáculo de música, olores, luces y vida, y para balbucir una acción de gracias a Dios.

6:45

Salgo de La Torre para Alicante.

7:00

Dejo el coche en el aparcamiento de la estación y me someto a esa litúrgia que nos obliga a desnudarnos y a dejar todos nuestros bienes materiales —incluso el teléfono móvil— en el escáner y a pasar por la puerta estrecha.

Recupero mis bienes materiales, saludo al guarda y voy a la vía 3. Subo al vagón número 8 y me siento en mi asiento dispuesto a disfrutar de dos horas y media de lecturas y oraciones.

9:52

Saludo a mi amabilísima sobrina Fátima que ha venido a buscarme a la estación de Chamartín.  

Vamos a la casa de su tía Almudena donde nos encontramos con  ella y su hermana gemela Fátima, madre de mi sobrina. 

Nos obsequian con un desayuno delicioso y charlamos y charlamos. 

12:00

Estoy leyendo Perder y ganar  en el cuarto de estar cuando hace su aparición gloriosa mi cuñado Pepe que acaba de levantarse y anuncia su propósito de salir a pasear por Madrid hasta la hora de comer. Como también mi hermana Fátima, su hija Fátima y yo tenemos que salir para la primera comunión de Bea y de Jorge, nos despedimos de Almudena agradeciendo su hospitalidad.

12:30

Llegamos a la parroquia de Las Tablas. Llueve y hace frío en Madrid.

13:00

Primera comunión de Bea y de Jorge, nietos de mi hermana Fátima.

14.00

Vamos a comer a cierto club de Somosierra. Aprovecho para pedir un taxi  para las 16:15.  Uso la App de Cabify. Muy bien. 

Charlamos y charlamos mientras nos ofrecen cosas como Capuchino de boletus que es una espumita deliciosa que, de entrada, sabe a setas pero que, como observa mi hermano Pablo, justifica su nombre de Capuchino porque lleva un toque de café.

16:18

Viene a recogerme Tarik, de Cabify. Me trata amabilísimamente desde el saludo —«perdone, señor Javier, por el retraso»— hasta la despedida: «que tenga un buen viaje, señor Javier». Y yo procuro no desentonar. A su saludo respondo: «No se ha retrasado usted, don Tarik sino que ha llegado justo a tiempo». Charlamos animadamente y me despido: «Salam alikum don Tarik».

16:30

Ya en Chamartín, vuelvo a someterme a la liturgia penitencial y, pasando  por la puerta estrecha, llego al tren que me llevará a Alicante, me acomodo en mi  asiento y —otravez— me dispongo a disfrutar de dos horas y  media de oraciones y lecturas.

19:40

Recorro dos veces el  aparcamiento de la estación de tren de Alicante y no hallo mi coche. Recapacito, vuelvo a buscarlo y lo hallo donde lo dejé esta mañana. Cuando voy a salir, el robot que custodia la puerta me informa de que  he rebasado el tiempo permitido para salir y de que  debo pagar otros 0,75 centavos antes de pasar por la puerta estrecha. Coste total del aparcamiento: 28 euros y 20 centavos. 

19:55

Salgo para La Torrre. 

20:10

La hallo desierta y hermosa. Paseo por el palmeral rezando el rosario, me doy una ducha.

21:10

Salgo para San Miguel.

21:55

Completas en San Miguel.

viernes, 26 de abril de 2024

Viernes, 26 de abril de 2024

 La Torre

viernes, 26 de abril de 2024

6:00

Me despierto.

6:00:01

Suena el despertador.

6:30

Tostada con mantequilla de fresas y café con leches.

7:00

Salgo para el hospital. Misterios dolorosos con BXVI.

7:20

Preparo el altar para la misa de san Isidoro de Sevilla y me siento para mirar fijamente el sagrario.

8:00

Misa. Fiesta de san Isidoro. 

8:35

Oficio de lectura y laudes.

9:10

Salgo para San Miguel.

9:30

Manual de Patrología.

10:30

Voy a la iglesia. Hay un penitente esperando. Muy bien. Me revisto y voy al confesonario. Tercia.

11:00

Segunda misa.

11:45

Vuelvo a la casa abadía. Escribo una carta al vicario general para adjuntarla al expediente matrimonial de Felipe y Anna.

Envío a Felipe la cuarta catequesis sobre el matrimonio.

Actualizo las cuentas parroquiales y el libro de misas.

Empiezo a preparar una larga catequesis sobre la Historia de la Iglesia.

Lectura del libro de Job.

Llaman a la puerta: citación del juzgado de Torrevieja para el 28 de mayo. ¡Glup! 

14:00

Voy al garaje donde he quedado con Teresa, Anna y Felipe. Por el camino, una señora inglesa me pregunta por cierta droguería. La acompaño. La droguería está cerrada. Voy al garaje. Salimos para comer enTorrevieja. 

Ann es rusa, de origen polaco. Felipe ha hecho de todo en la vida: ha trabajado en el campo, ha sido policía y, actualmente, es profesor de música en un instituto de Torrevieja.

Nos invitan a un arroz con pescados en un acogedor restaurante, cabe el puerto. Charlamos por los codos. Muy bien. 

16:30

Ya en San Miguel, nos despedimos.

Voy a la iglesia para meditar con Mi secreto.

Vísperas.

17:45

Preparo mi maleta y me entrego a la lectura de Ganar y perder. de J.H. Newman.

18:45

Me llama doña Nati.

19:10

Salgo con doña Nati para Alicante. 

20:00

Dejo a doña Nati en casa de Gracia y José María y vengo a LaTorre.

20:30

En La Torre —sorpresa— encuentro a Antón con un montón de niños. Isabel está deshaciendo las maletas. Van a pasar el fin de semana con Noe,  Pablo y algunos amigos. Como mi tren sale mañana a las 7:00 y quiero acostarme pronto, no espero a que baje Isabel. Le mando un wasap de bienvenida y despedida hasta mañana.  Me preparo una cena ligera, la bendigo y me la zampo con sonatas de Chopin.

Escribo esto.


miércoles, 24 de abril de 2024

Diario. Miércoles, 24 de abril de 2024

 San Miguel de Salinas

miércoles, 24 de abril de 2024


¿Ha sonado el despertador a las 6:00? Sí.

¿Ha sido para Dios mi primer pensamiento? No podría jurarlo porque todo lo que ha pasado entre las 6:00 y las 6:30 ha sido algo maquinal.

Recuerdo que a eso de las 6:30 estaba preparando un desayuno: café con leches y una tostada con mantequillas y mermeladita de fresa. Recuerdo que durante el desayuno —casi con  toda seguridad cuando he probado la tostada—  me ha venido a las mientes una canción italiana intitulada Vacanze romane. Recuerdo que el recuerdo de esa canción alegre y triste me ha llevado al recuerdo del Papa y que el recuerdo del Papa  ha sido como un segundo despertador, este sí, de la presencia de Dios.

Luego la mañana ha transcurrido como de costumbre: el espectáculo del sol naciente sobre las salinas, la misa en el hospital, el atasco de vuelta a San Miguel, la segunda misa —la de las once—y esas cosas.

El resto de la mañana se me ha ido en llevar a Joan a Torrevieja para recoger su coche que estaba en el taller. 

Por la tarde he dedicado una hora a la lectura de Pereder y ganar. 

En la novela, Newman se disfraza de Charles Reding para contarnos su vida. Charles Reding es un adolescente que estudia en Oxford. Quiere ser amable con todos  pero, sobre todo, busca la verdad. 

En el capítulo 17 —penúltimo de la primera parte— lo vemos asistiendo a un té con un grupo de evangélicos:

«Número 3: El Papa Sixto XVI, parece que se convirtió antes de morir. 

Sensación. Charles parece interesado.

Número 2: La Revista lo dice de  buena fe.  Mr O’Niggins, el agente de la  SCSR —Sociedad para la Conversión de Sacerdotes Romanos— estuvo allí durante la enfermedad del Papa y le habló de la necesidad de un cambio del corazón y de la necesidad de abandonar toda mediación de las criaturas. Le anunció esa buena nueva y le aseguró que todo podía perdonarse. El Papa lo escuchaba con enorme atención y con emoción visible. Al terminar, le dijo a Mr O’Niggins que era su esperanza más ferviente que los dos pudieran morir en una misma comunión; o  algo por  el estilo. Todavía dijo  algo más pasmoso: dijo que esperaba llegar pronto al Paraíso lo cual, naturalmente,  significa negar el Purgatorio».

En el capítulo  18 —último de la  primera parte— Charles recibe la noticia  de la muerte de  su padre. Va al entierro y vuelve a  Oxford. La primera parte acaba así: «Charles salió de Oxford siendo un muchacho listo e inmaduro; cuando volvió era ya un hombre».

El  resto de la tarde se ha pasado volando. 

Ha venido Felipe con su  novia. Ella fue bautizada clandestinamente en Rusia y tenía que hacer una declaración jurada porque no hay registro de su bautismo. En el expediente de él había que incluir una solicitud  de dispensa del impedimento de mixta  religión. Antes de despedirnos hemos quedado para comer  el viernes. Luego he mandado a Felipe la primera catequesis prematrimonial. 

También ha venido a  verme Javier. Ha montado una ONG llamada Merecen vivir. Muy bien. Se centran en la ayuda a las familias más pobres. Muy bien.

Y ahora, a las 23:10, termino de escribir esta página de mi diario.

martes, 23 de abril de 2024

Diario. Lunes, 22 de abril de 2024

 San Miguel de Salinas

lunes, 22 de abril de 2024


¿Eran las 23:30 de ayer cuando fui a cerrar la iglesia y encontré en la puerta a un vecino que quería hablar conmigo?

Sí.

¿Me preguntó el vecino que si podía alojarlo en la parroquia?

Sí. 

¿Le dije que no?

Sí.

¿Insistió amablemente?

Sí. Insistió amablemente.

¿Me sentí obligado a explicarle que el albergue parroquial está ocupado desde hace más de cuatro años por un ciudadano británico y que los locales parroquiales están ocupados desde hace tres semanas por un ciudadano belga?

¿Me desahogué con él hablando de los servicos sociales del ayuntamiento que mandan a la parroquia a los necesitados pero que no ayudan a la parroquia?

Sí.  Me desahogué con él.

¿Lo vi recogiendo su petate y marchándose cabizbajo?

Sí.

¿Recé completas antes de cerrar la iglesia?

Sí.

¿Me fui contento a la cama?

No.

6:00

Suena el despertador. 

Apenas he dormido pensando el vecino que se fue anoche cabizbajo. Podría haberle ofrecido el coro de la iglesia para pasar la noche.

6:30

Desayuno.

7:00

Salgo para el hospital.



El día transcurre como de costumbre pero en mi corazón, o en algún lugar de mis entrañas, se ha alojado el vecino cabizbajo. Si volviera le ofrecería alojamiento en el coro de la iglesia pero no vuelve. Tengo ganas de explicarle al pueblo entero que lo único que no se compra con dinero es la vida eterna y que eso es, precisamente, lo que nos daría Jesús —de gratis— si viniéramos a la iglesia dispuestos a acogerlo en el  corazón. 



21:00

El pueblo duerme. ¿A quién puedo explicarle lo que quiero explicar? Llamo a Iván, el belga. Me dice que ya está en la cama.

21:05

Llamo a Ana Isabel. La invito a cenar con Wilder y con las niñas en el chino. Aceptan la invitación. 

Uno sabe que tiene amigos jóvenes cuando puede invitarlos a cenar diez minutos antes de la cena y acuden encantados. 

21:15

Me encuentro el restaurante chino con Ana Isabel, Wilder, Camila y Luciana.

Les pregunto: ¿qué cosa no se puede conseguir con dinero? Dicen lo que sesuele decir: amor, amistad, salud… 

Les hablo de un libro de  un libro titulado «Lo que el dinero no puede comprar» en el que  se demuestra que todo eso se puede conseguir en gran medida con dinero. 

Incluso eso que llamamos «amor» y que no es más que la benevolencia o el afecto de las mascotas se consigue facilísimamente cuando uno es rico y la mascota o el pobre dependen de uno. 

Luego les hablo de la vida eterna y de la misa dominical en la que esa vida eterna que no se puede comprar se nos da de gratis.

Le pregunto a Camila, la más joven, que si se entiende lo que digo. Me dice que sí y  veo en sus ojos que no miente. 

Luego empezamos  a contarnos unos a otros cómo ha ido  el día y nos reímos mucho. 


23:15

Nos despedimos. 

Ana Isabel y Luciana se vuelven a casa.

Wilder y Camila me acompañan a la iglesia. Nos ponemos de rodillas ante el sagrario, rezamos un rato, cerramos la iglesia y nos despedimos.

Antes de entrar a la casa abadía, me vuelvo y alcanzo a ver cómo se alejan Wilder —como un rey— y Camila —como una princesa— de la mano.