jueves, 18 de abril de 2024

Diario. Jueves, 18 de abril de 2024

San Miguel de Salinas

jueves, 18 de abril de 2024


6:00

Suena el desperador. ¿Por qué hace tanto frío? Porque anoche se quedó abierta la puerta del patio. La cierro.

6:30

Desayuno con lo que iba a ser un huevo frito y acaba siendo un amasijo revuelto. Muy bien. 

7:30

Después de poner una lavadora y hacer algunas tareas domésticas voy a la iglesia.

Oficio de lectura y laudes. 

Meditación con Mi secreto.

8:30

Visito La casa de los santos y encuentro a san Perfecto, martirizado bajo el reinado de Abderramán II por decir abiertamente —a instancias de sus interrogadores— lo que pensaba de Mahoma. Tomo nota de los límites del diálogo ecuménico y me acuerdo del discurso de BXVI en Ratisbona. 

Manual de Patrología.  

9:30

Me llaman del tanatorio para un entierro, mañana a las 16:00. Llamo al archidiácono porque quieren celebrar un responso. El archidiácono dice que vendrá a celebrarlo. 

Tercia. 

Leo un capítulo de Perder y ganar. Miro el reloj. Leo otro capítulo. 

10:15

Voy a la iglesia. 

10:30

Exposición del Santísimo con Andrés al órgano. 

11:00

Misa. Entra un vencejo y Anne Pourdon, que ha encargado la misa, se ríe estrepitosamente. Siempre se ríe estrepitosamente. Es esocesa. 

11:30

Invasión en la sacristía. Yo quiero —necesito— salir para no llegar tarde a La Lloseta pero Teresa,  Joan, Andrés e Iván, el belga, tienen asuntos que tratar conmigo urgentemente. Iván necesita permiso y dinero para comprar cemento porque ha encontrado un nido de cucharachas en los locales parroquiales y quiere emperadar a los animalitos. 

11:45

Consigo huir. 



Omito todo lo que se refiere al viaje a Alicante, a la estancia en La Lloseta, a la comida…

Lo hago  por dos razones. La primera es que se me hace tarde y quiero irme a la cama.

La segunda tiene que ver con don Daniel T —uno de los muchos intelectuales que están enganchados a este diario. Él lo lee con avidez pero con una mirada crítica y me acusa de escribir movido por algún tipo de obsesión. Don Daniel es jurista pero ¿acaso no deben espigar los juristas en los anchurosos   campos de la psicología y la psiquiatría?

Para demostrarme a mí mismo que no ando obsesionado con el relato pormenorizado de mis días me tomo todo tipo de libertades: cuento lo que quiero, me salto lo que quiero y envío un saludo a ese amigo sabio y bueno cuya amistad lo lleva a preocuparse por mi salud mental.

Pero no quiero omitir que, a las 18:15, cumpliendo con la palabra dada al arcipreste, estaba en Los Montesinos para dar la bendición con el Santísimo y para celebrar la Misa. Y tampoco quiero omitir que, al terminar la Misa, he dado una minicatequesis  sobre el O quam amabilis es.


10:00

Después de ver con doña Nati otro capítulo de The Crown y las noticias, voy al JJ, pido un bocata y una copa de vino y ceno hablando por teléfono con Ana Isabel  y Wilder que andan ocupados con la preparación de la primera comunión de Camila.

10:15

Completas. Cierro la iglesia. El vencejo se ha ido. 

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