
Alejandro ¡bienvenido!
Come mucho y cena poco.
Duérmete, bebé querido,
que -aunque el mundo ande algo loco
y tú estés recién nacido-
Dios es más fuerte que el Coco
y, con Él, vas protegido.
Come mucho y cena poco.
Duérmete, bebé querido,
que -aunque el mundo ande algo loco
y tú estés recién nacido-
Dios es más fuerte que el Coco
y, con Él, vas protegido.
(Se ve que ya estoy muy lelo
pues se me olvidó firmar
con la emoción de cantar:
soy cura, tu tío abuelo,
no me queda mucho pelo,
y, al otro lado del mar,
puedo ver el mismo cielo
que verás tú al despertar.)