lunes, 21 de octubre de 2024

Diario. Lunes, 21 de octubre de 2024

 San Miguel de Salinas

lunes, 21 de octubre de 2024


7:00

Abro la iglesia y salgo para el hospital.

7:20

Preparo el altar para la misa por las almas del purgatorio porque es lunes.

Anoche vi una película cuyo protagonista —un joven italoestadounidense— recuerda su infancia. De niño fue testigo de un asesinato pero admiraba al asesino y mintió a la policía para no delatarlo. Luego fue a confesarse, el sacerdote le puso como penitencia cuatro Padrenuestros y cuatro Avemarías y él se despidió muy contento: «¡Adiós, Padre!». Lo recordaba así: «Era maravilloso ser católico: siempre podías recomenzar». 

Antes había leído «El castigo eterno» donde Chesterton cuenta que conoció a un cochero que había estado en la cárcel y que, tras salir arrepentido, quiso dedicarse a vender flores. El periodista le prestó un dinero. Poco después se enteró de que, de nuevo, lo habían encarcelado. Esta vez por vender flores sin una licencia que no podía obtener por sus antecedentes penales. Observa  Chesterton:  «A los filósofos modernos no les agrada en absoluto la idea de un castigo eterno en la otra vida. Sin embargo, pueden estar satisfechos, pues han logrado el castigo eterno en esta vida. 

Recuerdo esto mientras preparo el altar y considero esa maravilla que es el purgatorio. 

Oficio de lectura y laudes. 

8:00

Misa por las almas del purgatorio. 

8:30

Mando un mensaje a AB, el encargado de mantenimiento, para decirle que estoy en el hospital. Recojo todo y preparo los libros para la misa del miércoles, memoria de san Juan de Capistrano. 

Llega AB. Nos saludamos. Le pregunto que si la limpieza de la capilla entra en el plan general de limpieza. Él no es el encargado pero se ofrece a llamar a F, el responsable de ese negociado. Se lo agradezco. Llama a F. Viene F, somos presentados y nos saludamos. Convenimos en que el equipo de limpieza pasará por la capilla cada quince días. Se lo agradezco y nos despedimos. Aprovecho para decirle a AB que necesitaría una credencia y le describo el tipo de mueble que imagino. Toma nota. Nos despedimos sacudiendo nuestras manos. 

Me siento ante el sagrario.

9:25

Subo hasta la azotea, bajo hasta la salida y salgo para San Miguel. 

9:50

Saludo a Joan y voy a la casa abadía. 

WhatsApp: Mari Luz me pide el contacto del archidiácono. Una feligresa de Torremendo propone que bauticemos a su hijo el 24 de noviembre. Ua feligresa de san Miguel, oriunda de Irlanda, pide que bauticemos a dos de sus hijos. 

Suena el timbre. Es Teresa: que si le puedo mandar la comunicación de la última boda para el juzgado. 

10:30

Había quedado con el genealogista francés y amable pero no ha llegado. Voy a la iglesia. Llega el genealogista. Lo llevo hasta el lugar donde está el archivo de los libros antiguos, le muestro la colección de los libros de defunciones —que es la que busca— y lo dejo trabajando. 

Al cabo de diez minutos viene a la sacristía para decirme que necesitaría consultar los libros más recientes de defunciones. Lo acompaño a los locales parroquiales y lo dejo allí trabajando. 

11:00

Segunda misa por las almas del purgatorio. 

11:45

Voy al banco para ingresar las colectas del fin de semana. 

12:10

Ángelus.

Apunto el ingreso en las cuentas parroquiales. 

Vuelvo a la iglesia para recoger el dinero de los lampadarios de Torremendo y lo llevo al banco. 

Apunto el ingreso en las cuentas parroquiales. 

12:35

Sexta.

Lectura del «Evangelio de San Juan».

Lectura de «La felicidad donde no se encuentra».

Reviso el correo. El genealogista francés me da las gracias por mi amabilidad. Me felicito. 

13:10

Me pongo mi bata de faena y me entrego al aseo de la casa abadía. 

13:49

Me aseo un poco y voy a casa de doña Nati. 

14:45

Nos despedimos. 

Visita al Santísimo. 

Wasap a Arquilatría, a Teresa y al arcipreste.

Noticias en Antena 3. 

15:28

Salgo para el hospital. Llevo el cáliz que he rescatado en la sacristía de Torremendo, vino y formas. 

Misterios gozosos con BXVi.

15:55

Coloco las cosas en su sitio y me siento ante el sagrario. El cáliz que acabo de dejar en la sacristía —moderno pero no futurista, de copa casi tan ancha como larga y dorada por dentro, sin fuste ni nudo, con un pequeño pie cónico— empieza siendo una distracción. Llamo en mi auxilio a la imaginación y me veo revestido, con él en las manos y un poco inclinado sobre el altar para la consagración. A partir de ahí es fácil empezar a adorar el admirable sacramento con los ángeles y los santos. Ya estoy haciendo oración. Creo. 

16:35

Vuelvo a San Miguel. 

16:55

Voy a la casa abadía. Saco la ropa de la lavadora y la tiendo. Luego hago la cama con sábanas limpias. 

17:30

Vísperas.

Leo «La historia frente a los historiadores». Me desconcierto un poco cuando, al principio, leo: «a los niños tan sólo debería enseñárseles historia en la escuela». Me desconcierto un poco porque entiendo la frase así: «fuera de la escuela no habría que enseñar historia a los niños». Sigo leyendo y comprendo que he entendido mal la frase. Lo que Chesterton dice es que un niño solamente podrá intuir la importancia del latín, de la geografía, o de la aritmética cuando oiga hablar de Cicerón o de Napoleón y que, por tanto habría que empezar hablándoles de Cicerón y de Napoleón. O sea que, en la escuela, solamente habría que enseñarles y historia y que lo demás se les daría por añadidura. Vuelvo a desconcertarme cuando leo: «el álgebra puede resultar espantoso». Me desconcierto porque «álgebra» es un sustantivo de género femenino. Lo consulto en el DLE y sí: debería decir «el álgebra puede resultar espantosa». Al final me quedo con esto: «La historia es capaz de humanizar todos los estudios, incluso el de la antropología». Aunque lo mejor viene después, cuando Chesterton da un giro y reconoce que en el mundo moderno ya no hay hombres sino individuos, islas, y que, por tanto, no hay ninguna historia que contar porque ya no hay historias sino, tan solo, historiadores. O cuando dice que los historiadores modernos se dividen en dos categorías: la de los parciales que cuentan solamente la mitad de la verdad y la de los imparciales que no cuentan ninguna verdad. Y aunque todo el artículo es una maravilla que me obliga a consultar el diccionario y a tomar notas a cada paso, yo me quedo con lo que he dicho y hago el propósito de releerlo esta noche. 

18.22

¡Dios mío! ¡Otra vez voy a llegar tarde Los Montesinos!

Salgo pitando para el garaje, primero, y luego para los Montesinos.

18:40

Me llama el arcipreste para saber si estoy vivo. Le contesto que estoy vivo y aparcando en Los Montesinos. 

18:45

Empieza, con quince minutos de retraso, la misa de seis y media. Tercera del día por las almas del purgatorio a las que —tontamente— imagino como niños en la escuela aprendiendo, de su maestro —Chesterton o cualquier otro ángel bueno— historia, latín y todo eso. 

La misa empieza así: En el Nombre del Padre… El señor esté con vosotros…. Perdón por el retraso». Luego sigue como de costumbre. 

19:15

Vuelvo a San Miguel. Lo demás sigue, como de costumbre, de sorpresa en sorpresa, hasta las nueve y media. 

Justo entonces termino de escribir esto, el reloj de la iglesia da la media y me admiro al comprobar que —siendo tan fugaz y pudiendo ser tan aburrido— cada día es, en su rutina, una amable bendición.

domingo, 20 de octubre de 2024

Diario. Domingo, 20 de octubre de 2024

 San Miguel de Salinas

domingo, 20 de octubre de 2024


8:25

Abro la iglesia. 

Oficio de lectura y laudes. 

Me siento ante el sagrario. 

9:20

Salgo para Torremendo. Las calles están cortadas porque se celebra algún evento. El jefe de la Policía Local me franquea el paso amablemente. 

9:40

El archidiácono ha abierto la iglesia pero no hay nadie. Me dedico a organizar la sacristía y el altar. 

10:00

Primera misa del día. 

10:40

Catequesis. 

10:50

Dejo a los niños con Yoli. El archidiácono va a llevar la comunión a los enfermos. Recojo todo y limpio el cáliz, el lavabo, las vinajeras, la patena y la piscina. 

11:20

Salgo para San Miguel con la colecta del DOMUND. 

11:45

Saludo a Joan, guardo la colecta de Torremendo y voy a los locales parroquiales donde empiezan a reunirse los chicos de la catequesis de poscomunión. Saludo a Julian a Valentina y a Martina y voy a la casa abadía. 

Lectura del «Evangelio de San Juan». 

Escucho la homilía de hoy predicada por don AFM. 

12:10

Vuelvo a la iglesia. 

Un penitente pide confesión. 

Valentina, Martina y Luciana vienen para vender evangelios y colgaduras para los balcones con la imagen de san Miguel. 

12:30

Segunda misa del día. Me ayuda Samael. Él no sabe a quién alude su nombre. Espero que sus amables padres tampoco lo sepan. 

12:45

Salgo con Samael a la puerta para despedir a la congregación. 

De vuelta a la sacristía, hallo a doña Nati recogiendo la colecta. Me recuerda que hoy comemos en casa de Heidi y de Armin. 

Llegan Ana Isabel, Wilder y Camila. Me invitan a cenar esta noche. Charlamos. Ellos se van a comer a la playa: pollo asado. 

13:15

Voy a la casa abadía. Nona. 

Me cambio de camisa, ordeno un poco la casa abadía, trasteo en WhatsAppp y voy a buscar a doña Nati.

13:55

Vamos a casa de H&A. Doña Nati les lleva una ensaladilla rusa y yo un sacacorchos que les he comprado por Amazon. 

14:10

Saludamos a H&A y les entregamos nuestros obsequios. 

Han preparado la mesa en la terraza, con vistas al mar. 

La tertulia se prolonga hasta las cuatro y media.

16:30

Volvemos a San Miguel. Me despido de doña Nati.

Visita al Santísimo. 

Me siento ante el sagrario.

17:15

Vuelvo a la casa abadía y juzgo que ha llegado el momento de abrir una obsequio que me hicieron Isabel y Carlos la semana pasada. 

Viene envuelto en un plástico de esos con bolitas de aire. 

Quito el plástico y aparece una carpeta de cartón en la que puede leerse: «Calcografía Nacional. Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando». Abro la carpeta y encuentro un pliego de 256 x 393 mm con un preciosos grabado de la Virgen María, obra de Juan Antonio Carmona que hizo la plancha en 1795. Viene acompañado de una garantía de autenticidad con sello de la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando. ¡Me encantan los regalos!

Escribo a P&P para agradecerles el obsequio. Ese mismo día recibí otro regalo más precioso aún, si cabe. Un ejemplar en braille del «Evangelio de San Marcos» que perteneció a Jimena, la niña que recuperó la vista milagrosamente el día de la Virgen de las Nieves en la JMJ. Pienso encargar una linda caja de madera para conservarlo como recuerdo de un milagro que viví muy de cerca. 

17:30

Misterios gloriosos. 

Lectura de «La felicidad donde no se espera». 

18:11

Escribo a Arquilatría para agradecerle el obsequio del precioso grabado. 

Escribo a Isabel y a Carlos para lo mismo. 

18:22

Me acomodo en la sala de estar y cierro los ojos para escuchar una selección musical que tengo entre mis listas de reproducción YouTube. No me duermo. 

19:25

Vísperas. 

Leo «La ortodoxia de Hamlet» y me quedo con esto: «Esto es la fe. Aquello capaz de sobrevivir a un estado de ánimo». 

19:53

Voy a cenar a casa de Ana Isabel y Wilder. 

Encuentro a Camila recogiendo la mesa en la que ha estado haciendo manualidades. Va guardando en perfecto orden lápices, tijeras, pegamento… en su estuche rosa de Hello Kitty. Lo cierra y me muestra el exterior forrado con una especie de pelusa blanca y con una cara de gato. Me lo muestra y me invita: «¿No quieres acariciarlo?». Como para animarme, lo acaricia ella. Luego lo acaricio yo. Es muy suave. 

El la cocina, Ana Isabel y Wilder están preparando una de sus cenas maravillosas. 

Luciana está en el parque con sus primas. 

Después e cenar oímos Bohemian Rhapsody

21:00

Nos despedimos y voy a la iglesia. 

Completas: Alma Redemptoris Mater

Apago las luces y cierro las puertas tratando de recordar lo que leí del Cielo en la segunda lectura del oficio de hoy. Al llegar a la casa abadía vuelvo a leerlo: «En aquella morada, los días no consisten en el empezar y en el pasar uno después de otro ni el comienzo de un día significa el fin del anterior; todos los días se dan simultáneamente, y ninguno se termina allí donde ni la vida ni sus días tienen fin». 

El reloj del campanario da las diez.

sábado, 19 de octubre de 2024

Diario. Sábado, 19 de octubre de 2024

 San Miguel de Salinas

sábado, 19 de octubre de 2024


8:00

Entro en la iglesia y cierro la puerta detrás de mí. Todo está preparado para la boda, con alfombra y eso, y no conviene que haya paseantes. 

Oficio de lectura y laudes. 

Me siento ante el sagrario. 

8:50

Vuelvo a la casa abadía dejando la iglesia cerrada. 

Preparo la homilía de esta tarde. 

Leo la introducción al tomo 3 de los «Sermones parroquiales» de Newman. 

Lectura del «Evangelio de san Juan». 

Leo «El inglés curioso», de Chesterton. 

9:45

Voy al JJ y me tomo un café con leche y un sándwich de jamón y queso. 

10:00

Joan ha abierto la iglesia. La saludo y mando un mensaje a Teresa. Necesito el expediente de la boda. Llega Teresa con el expediente de la boda. Hago la comunicación para el juzgado. 

Mensaje de Laura: acaba de morir en Pamplona el padre de Alejandro. 

Actualizo el libro de misas que dejé ayer a medias cuando tuve que salir para Los Montesinos. 

Sexta.

11:00

Misa de santa María en sábado. 

11:45

Llega el archidiácono que va a celebrar la boda. Me voy. 

Aseo un poco la casa abadía. 

12.30

Repaso mi librito de Patrología. A la una suena un gran estruendo de tracas: quiere decir que ha terminado la boda. Yo sigo con mi Patrología. 

Lectura de «La felicidad donde no se espera». 

Visito a san Pedro de Alcántara y a san Pablo de la Cruz en «La casa de los santos». 

13:42

Recojo todo y voy a buscar a doña Nati. Hoy comemos en casa de Irene. 

14:00

Llevo un queso de Trujillo. Doña Nati lleva cuatro limones. Nos abre la puerta Raúl padre, lo saludamos y le damos nuestros obsequios. Saludamos a Roberto y a Irene. Luego llega Raúl hijo y también lo saludamos. Luego llegan Eva y Miguel que, después del aperitivo, huyen. Observo atentamente a Raúl padre que está haciendo un alioli con limones, un huevo, aceite de girasol, aceite de oliva y un diente de ajo descorazonado. Irene le echa sal y lo bate con una batidora. La operación ha durado cuatro minutos y ha sido un éxito. Charlamos animadamente hasta las cuatro.

16:00

Acompaño a doña Nati a su casa y voy a la iglesia. 

Visita al Santísimo. 

Me siento ante el sagrario pero me da sueño y paseo y me siento y paseo. La iglesia está bastante desordenada por la boda. 

16:50

Voy a la casa abadía y me cambio de camisa. 

Vísperas. 

17:30

Vuelvo a la iglesia y saludo a Teresa que ya ha dado el primer toque para la misa. Me entrega un sobre con la limosna de los novios. 

Hay que preparar los libros y colocar el comulgatorio porque lo han echado a un lado, probablemente para hacer fotos. 

Teresa me comenta que ha tenido que llamar la atención al fotógrafo, un forastero indisciplinado y rebelde. 

18:00

Primera misa de víspera. Anuncio que la colecta es para el DOMUND. 

18:40

Salgo para Los Montesinos. 

19:00

Segunda misa de víspera. En la homilía comento el empeño de Jesús que, camino de Jerusalén, anuncia por tres veces su pasión y va instruyendo a sus discípulos en el misterio de la Cruz. 

19:45

Han venido Carmen y Jose María que están haciendo su cursillo prematrimonial con Arquilatría y conmigo. Nos vamos los tres a La Posada. Arquilatría no viene porque está en Madrid. Charlamos y me invitan a cenar. ¡Qué buenos!

20:50

Pagan, paseamos hasta nuestros coches y nos despedimos. 

Salgo para San Miguel. Misterios gozosos.

Termino de rezarlos en la iglesia. 

Apago las luces y cierro la iglesia. 

En al casa abadía, con mucho sueño, recapitulo el día. 

Recuerdo que los novios se han ido en un Rolls Royce negro y dorado y que, al comentárselo a Carmen y a José María, me han dicho que lo han visto en la autopista. 

El reloj del campanario da las diez.