San Miguel de Salinas
jueves, 3 de octubre de 2024
10:00
Me felicito: he conseguido preparar otra hoja de cálculo para mis cuentas personales. «Nosotros, los técnicos informáticos de toda la vida», me digo mientras pongo una lavadora. Acto seguido llamo a Teresa que ha pasado bien la noche, limpio la mesa de mi despacho, me aseo un poco y voy a la iglesia.
Saludo a Joan y a Laura. Llega Teresa. Joan le trajo ayer un bizcocho y un tarjetón porque era su cumpleaños. Se lo entrega. Luego examinamos su brazo, que está terriblemente hinchado y amoratado, y le damos muchos consejos médicos contradictorios.
10:30
Expongo el Santísimo, Andrés incoa el Pange lingua etc.
Joan tiene una extraordinaria sensibilidad para la liturgia y se nota el cariño que pone en la sacristía y en los preparativos de cada acto.
10:50
Doy la bendición con el Santísimo.
A continuación ordenamos el altar orientándolo hacia el pueblo porque va a celebrar el arcipreste.
Llega el arcipreste, nos saludamos, nos despedimos y me voy.
11:10
Meto mi nuevo Mc en una maletita, cierro las ventanas de la casa abadía y salgo para La Lloseta. Estoy en el garaje cuando me llama Belén para recordarme que hoy cenamos en el chino co Delia.
Misterios gozosos con Benedicto XVI.
Durante el camino suena el teléfono, es María. No puedo contestar.
Al llegar a La Lloseta llamo a María. No contesta.
14:00
Voy a comer a Torrrellano. Luego en La Torre, paseo por el palmeral rezando los misterios del día: luminosos.
Acto seguido, me siento ante mi nuevo Mc. Compruebo cómo está la sincronización con mi iPhone. Todo va bien.
Rehago el formulario para las comunicaciones de matrimonio y me queda más bonito que el antiguo. Me felicito.
Me siento en el sillón de la abuela Paquita con «Amigos de Dios» para hacer un rato de oración.
Vuelvo a mi Mc. Me da consejos para que pruebe las mil y una maravillas que podría hacer con él si supiera usarlo. Juzgo que no es momento para aprender cosas nuevas y empiezo a rehacer, pacientemente, el largo y lindo informe sobre la parroquia que tanto le gustó al obispo emérito, Monseñor Murgui, cuando hizo la visita pastoral. Incluye una breve historia de la parroquia, estadísticas y gráficos de población y todo eso.
A las seis —después de comprobar seis veces que todo lo que he hecho está en la nube— cierro el Mc, leo el Evangelio de San Juan, recojo todo y salgo para Los Montesinos.
Misterio dolorosos con BXVI.
19:15
Expongo el Santísimo y me siento en el confesonario.
Me dispongo a rezar vísperas cuando llega un penitente. Luego otro. Luego otro. Luego otro. Luego otro.
Me dispongo a rezar vísperas cuando llega Ainoa y me presenta a un pintor colombiano cuyas pinturas están expuestas ante el altar. Quieren que bendiga las pinturas, al pintor y a todos los que se dejen. Les digo que lo haré con mucho gusto después de la homilía. M explican que, durante la procesión de entrada, el pintor colombiano y una niña del pueblo llevarán una bandera de Españita y otra de Colombia hasta las gradas del presbiterio y las erigirán allí. Les digo que me parece muy bien.
Aún tengo tiempo de rezar vísperas antes de dar la bendición con el Santísimo.
20:00
Misa de san Francisco de Borja.
La homilía —una diatriba contra los iconoclastas— recuerda que el Buen Jesús, que podría haber escrito libros maravillosos, decidió, en cambio dejarnos solamente dos autorretratos: uno en el velo de la Verónica, durante su Pasión, y otro —que puede verse en Turín— en el momento exacto de su gloriosa Resurrección.
La homilía acaba con un «¡Viva Colombia!» Que hace sonreir a la congregación y llorar al pintor.
A continuación imploro la bendición de Dios sobre las pinturas y los presentes con la fórmula del bendicional de san Ambrosio de Capadocia que parece pintiparada para la ocasión: «¡Oh Dios, que nos has dado en tu Hijo Jesucristo una imagen de tu rostro! Dígnate bendecir estas piadosas pinturas. A su autor y a cuantos las veneren con fe y devoción, concédeles perpetua salud de alma y cuerpo, por Jesucristo, nuestro Señor».
Luego viene la oración de los fieles que, en la parroquia de Nuestra Señora del Pilar, siempre trae alguna sorpresa. La de hoy, viene cuando el monitor nos invita a orar «por todos los que pasan largas noches de insomnio».
La misa continúa como de costumbre.
21:00
Me siento en una mesa del chino.
Llega Belén. Charlamos.
Llega Delia.
Yo pido arroz tres delicias, Belén pide unos tallarines de Corea, Delia pide pato a la pekinesa. Lo compartimos todo mientras planeamos el comienzo de la catequesis.
22:30
Nos despedimos. Voy a la iglesia, rezo completas, apago las luces y cierro las puertas.
Ya en la casa abadía, saco la ropa de la lavadora y la tiendo.
Juzgo que ha llegado el momento de recapitular el día. ¿Recapitular? Sí: recordar sumaria y ordenadamente lo que por escrito o de palabra se ha manifestado con extensión.
¡Qué bonita la bendición! Y el pedir por los que pasan largas noches de insomnio. Que el Señor les conceda un sueño reparador.
ResponderEliminar¡Amén!
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