Diario. Jueves, 17 de octubre de 2024

 San Miguel de Salinas

jueves, 17 de octubre de 2024

Anoche don Jesús Haya me preguntó que si había ido a ver a FS. Revisé sus wasaps. Me había mandado un mensaje el siete de octubre hablándome de FS y lo había olvidado. Le dije que iría hoy, sin falta. 

8:00

Abro la iglesia.

Oficio de lectura y laudes.

8:20

Salgo para el hospital con un montón de cosas que tengo que dejar en la sacristía. Entre ellas el nuevo cuenco para el lavamanos que compré ayer para reponer el que hice añicos. 

8:45

Voy a la sacristía. Coloco todas las cosas que he traído, cojo el portaviático, me pongo mi bata de capellán y subo a ver a FS. Tiene noventa y cuatro años. Está hablando con dos empleadas del servicio de atención al paciente. Estoy detrás de ellas y no pueden verme. Espero en la puerta hasta que terminan. Cuando se dan la vuelta, me sonríen y me saludan. Les devuelvo el saludo y la sonrisa y entro en la habitación. Empiezo pidiendo disculpas por mi tardanza. Me disculpa con una sonrisa maravillosa. No ha desayunado porque le han traído café y él toma tila.  Cuando termino mi visita me despido de F hasta mañana y mando un wasap a don Jesús Haya. Misión cumplida. 

9:30

Vuelvo a San Miguel. 

10:00

Saludo a Joan y a Laura. Teresa me ha mandado un mensaje diciéndome que hoy no podrá venir. Preparamos todo para la exposición del Santísimo. 

Un penitente pide confesión. 

10:30

Empieza la exposición del Santísimo con Andrés al órgano. 

10:55

Me estoy quitando los ornamentos cuando llega el arcipreste que va a celebrar la misa. Nos saludamos, nos despedimos y salgo con Joan y con Laura para La Torre. 

11:45

Llego a La Torre y saludo a Araceli. Dejo allí a Joan y a Laura y dejo en mi piso algunos libros que he traído de San Miguel.

12:25

Salgo para la Lloseta. 

Llego justo a tiempo para saludar a don Richi que está preparado para dirigir la primera meditación del retiro y aguarda pacientemente en la entrada del oratorio a que termine la lectura espiritual. 

14:10

Terminado el retiro, salgo para La Torre. 

14:29

Recojo en La Torre a Joan y a Laura y mando un mensaje a MGC diciéndole que salimos de La Torre para La Horna. 

Por el camino, Laura me cuenta que está haciendo un trabajo sobre Dickens para la universidad a distancia de Londres. Joan lo alaba mucho. No es pasión de madre: Laura está sacando las mejores calificaciones en todos sus trabajos y, a menudo, recibe felicitaciones de su tutora. 

15:00

Llegamos a La Horna. Aparco cabe un acebuche más que centenario. La finca, que siempre estuvo muy cuidada, es ahora un prodigio de limpieza y de orden que se debe a la experta y amorosa atención que le dedica MGC.

Es la misma atención que dedica a sus huéspedes. 

16:40

Joan, Laura y yo nos despedimos de MGC y volvemos a San Miguel. La primera parte del camino la dedicamos a ponderar la hospitalidad de MGC. Conforme crece nuestro entusiasmo por el buen rato que hemos pasado en La Horna, crecen también nuestros deseos de dar gracias a Dios.

La segunda parte del viaje la dedicamos a rezar los misterios luminosos con BXVI. Al terminar las letanías, Joan exclama: Beautiful, Father. A lo que replico: Yes, My Lady. Desde el asiento de atrás, Laura suelta una carcajada. Colijo que ha estado todo el tiempo pensando en Dickens. 

17:25

Dejo a Joan y a Laura en San Miguel. En la puerta de la casa de doña Nati, por más señas. Joan tiene que recuperar su teléfono porque se lo dejó esta mañana en la iglesia y lo tiene doña Nati. 

Salgo pitando para Los Montesinos. 

17.50

Empieza, con cinco minutos de retraso, la exposición del Santísimo en Los Montesinos. 

Después de exponer e incensar al Santísimo me siento en el confesonario. Puedo hacerlo porque, aunque no es mi parroquia, tengo permiso expreso del arcipreste que es el párroco de aquí. Sin su permiso expreso no lo haría a menos que, en caso de necesidad, juzgase que tengo su permiso presunto. Conociendo, como conozco, al arcipreste no me costaría nada presumir su permiso en caso de necesidad. 

Vísperas. 

Un penitente. 

18:30

Misa.

19:00

Salgo para Torrevieja porque me han hablado muy bien de Lidl y quiero aprovechar mi día de asueto para conocer esa maravilla. 

Cuando llego al lugar donde yo pensaba que estaba Lidll no lo hallo. Lo más parecido que hay allí se llama Aldi. MGC me ha dicho hoy mismo que allí venden gran variedad de quesos. Aparco en Aldi.

19:30

Salgo para San Miguel. 

19:50

Estoy aparcando en mi garaje cuando me llaman del hospital. Que si puedo ir. Qué voy volando. 

Estoy diciendo «que voy volando» cuando Belén aparca su coche delante del garaje. Viene a buscarme porque hemos quedado en ir a cenar a Los Alcázares con Heidi, Armin y los músicos que participarán en el Concierto de Adviento. 

Explico a Belén, en pocas palabras, la situación y se hace cargo de todo en un plis plas. Le digo que, si me da tiempo, iré a Los Alcázares con mi Lamborghini y que, si no me da tiempo, les mandaré un wasap. 

Voy a la casa abadía, me zampo dos galletas, me aseo un poco y voy al hospital. 

Por el camino constato, con cierta inquietud, que he dejado mi teléfono en la casa abadía y que no recuerdo el número de la habitación ni el nombre del paciente a quien debo visitar. Contra inquietud, paz. La felicidad se encuentra donde menos se espera. Lo dejo todo en manos de mi Custodio.

20:40

Doy con la habitación de S. La encuentro —a S— muy contenta y rodeada de seres humanos amistosos. Charlamos y charlamos. Le doy la unción de enfermos y la comunión. Luego S se queda dormida y yo sigo de tertulia con su parentela en el pasillo. 

21:35

Aparco mi coche en el garaje de San Miguel. Como supongo que, a estas horas, ya nadie me espera en Los Alcázares y me duele un poco el dedo pequeño de mi pie izquierdo, subo a la iglesia —solitaria y oscura— y reposo mis rodillas en el mullido comulgatorio. 

Paso un buen rato allí, medio dormido y descansando mucho. Toda mi meditativa atención está puesta en la lamparita que brilla ante el sagrario. 

Luego vuelvo a la casa abadía para recapitular el día.