San Miguel
martes, 26 de marzo de 2024
21:36
Llego a la casa aabadía. He dejado a los del coro ensayando en la iglesia y me dispongo a escribir mi diario.
Desde ayer, a la misa de once se han unido los que suelen venir de Madrid por estas fechas. Después de la misa —con homilía— dos penitentes. Muy bien.
Me estaba esperando un ser humano que necesitaba ayuda de Cáritas. Hemos ido a Másy Más para hacer una compra.
¿Capítulo de The Crown con doña Nati? Sí. Y luego ha venido Fede y me ha ayudado a preparar el monumento para el Jueves Santo, a alinear los bancos, a despejar el presbiterio —que era un bosque de estandartes— y a llevar un montón de sillas a los locales parroquiales.
Ana Isabel me ha invitado a cenar a su casa. Nos ha hecho unos sandwiches maravillosos con jamón, queso, lechuga, champiñones, alioli y un pan como de gofres. Hemos recitado algunas poesías de Miguel Hernández porque Luciana lo está estudiando en el instituto y hemos aprendido que, cuando a un bebé le salen los dientes hay que decir: «mira, le están saliendo diminutas ferocidades». Y Wilder nos ha dado una buena noticia: le han hecho el precontrato que necesita para adquirir la residencia en Españita. Antier habíamos empezado una novena a san José pidiendo, precisamente, eso. El resto de la novena será de acción de gracias.
Luego he ido cerrar la iglesia pero, como estaba ensayando el coro, me he venido a la casa abadía para escribir mi diario. Se oyen los tambores en la calle.
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