martes, 17 de octubre de 2023

Diario.17 de octubre de 2023

 martes, 17 de octubre de 2023

8:29

Abro la iglesia y enciendo las luces.

Llama don Javier Mira. Que la casulla que encargué está lista. Me felcito.

Oficio de lectura y laudes. 

9:01

Veo una llamada perdida de doña Nati. Me ha mandado un wasap invitándome a desayunar. Felicito a doña Nati que cumple hoy sesenta y cinco años de matrimonio con Paco. Declino la invitación. 

Evangelio  de San Juan.

Vuelvo a la casa abadía.

9:40

Otra llamada de don Javier Mira para concretar precio y modo de pago y envío de la casulla. 

Manual de teología dogmática, Ludwig Ott (pp 122-129).

10:00

Tercia.

Lectura del libro de Jonás. Termino el libro. Adiós, Jonás. 

10:22

Vuelvo a la iglesia. Saludo a Teresa que está preparando el altar. Registro los libros. Teresa me pide que le mande las Meditaciones sobre la misa, de Theodor Schnitzler. Tomo nota. 

10:33

Me pongo la sotana , voy al confesonario y escribo esto. 

Un penitente. Muy bien.

10:58

Voy a la sacristía. Saludo y felicito por segunda vez a doña Nati que deja un generoso donativo «para lo que haga falta» y se va respondiendo «todos le debemos más» a mi «Dios te lo pague». 

Ha venido Andrés.

Cuando voy a salir al altar, recuerdo que no me he puesto el micro de petaca. La misa empieza con tres minutos de retraso.

Misa. San Ignacio de Antioquía. Hay que encomendar a Nati y a Paco que celebran sus bodas de platino. Suena el órgano. Plegaria eucarística I. En el memento de vivos están Paco y Nati y sus hijos Tomás,  José María, Raúl, Eva e Irene.  

11:40

Voy a la sacristía y oigo la marcha nupcial interpretada al órgano por Andrés. Me alegro. Entra doña Nati, entra su hija Eva, entra Teresa. Doña Nati invita a Teresa porque esta noche, a las 21:00 vamos a cantar el cumpleaños  feliz en su casa. Teresa acepta, encantada, la invitación. 

Llega Analía que quiere hablar con Teresa —hablan— y conmigo. Nos vamos al salón de los tapices, nos sentamos, cada uno en su silla, y charlamos largamente. 

Nos despedimos. Vuelvo a la iglesia para recoger mi teléfono y mi ordenador.  Voy a la farmacia para comprar pastillas rosadas. Me encuentro con Tere y le pregunto cuánto le debo por las rosas que la parroquia ha encargado para doña Nati y que ella ha puesto esta mañana al pie del ambón. Prometo pagar la deuda. 

Voy al despacho y anoto los ingresos y salidas de caja. 

Echo un vistazo al Boletín de comunicación con los sacerdotes nº 15. Varias comunicaciones de la Vicaría General. Cuando leo que el obispo asistió a la convivencia de arciprestes y habló de «el ser del arcipreste en el ahora de la diócesis», recuerdo que el arcipreste de Torrevieja, ser humano excelente, me pidió que celebrase en Los Montesinos el jueves de la semana que viene. Lo anoto en mi agenda y le mando un wasap. Tengo treinta y cinco mensajes de WhatsApp. 

Empiezo por el de Miguel Sanchiz porque también tengo una llamada perdida suya y creo que ya sé lo que quiere de mí. Veamos. Sí, exactamente. Que si puedo echar una mano en las convivencias del 28 de octubre y del 4 y 11 de noviembre. Wasap a Miguel. Diez mensajes en el chat familiar. Buenas noticias. Me alegro. Analía me manda su contacto para que lo pase al grupo de catequesis. Lo paso. La añado a la lista de difusión de la parroquia. Mariano y Caridad. Asociación Tabarca. Biblioteca Tabarca. Patricia me manda la reflexión diaria. Veamos. Ya está. El archidiácono. Don Antonio Fernández Madero. Matthew desde Coventry: anoto nuestra cita telefónica para el domingo a las 17:00. Otro chat familiar. Mensaje irónico. Ya está.

Sigo leyendo el Boletín de comunicación con los sacerdotes nº 15. Ya está.

13:20

Smith of Wooton Major. 

13:39

Twitter. Ricardo Calleja responde a un apologista. Miguel Ángel Quintana Paz pone un enlace al Gatestone Institute: los palestinos cristianos eran en 1948 el 18% de la población (80% en Belén). Hoy solo el 2% (12% en Belén). En otro tuit: «Echo en falta a Mordor en el listado de nuevos países de la ONU encargados de vigilar por el cumplimiento de los Derechos Humanos». Enrique García-Máiquez, Su propio afán. 

13:50

Me cambio de camisa y voy a casa de doña Nati. Paso por la iglesia para recoger las flores que le regala la parroquia. Llevo unos versitos hechos para la ocasión.

Saludo a Paco y a Nati, a Eva y a Miguel. Samira no está. Digo mis versos. Me hacen caer en la cuenta de que he confundido a un Roberto con un Raúl. Prometo enmendar el error. 

15:10

Nos despedimos. Llega Samira y me da un regalo: una botella de sidra vacía para que la arroje al contenedor de vidrio. Me encantan los regalos. Lo agradezco. 

Visita al Santísimo. 

En casa arreglo los versos y los imprimo. Sé que, si me siento, me duermo.

15:30

Vuelvo a la iglesia con la Imitación de Cristo pero no me siento. 

16:05

Dieciocho mensajes de WhatsApp. Aurora y Martín me saludan desde Villena y me piden un enlace. Asociación Tabarca. Doña Nati. Los padres de un bautizando: que están esperando que Teresa se ponga en contacto con ellos, chateamos. Wasap a  Teresa, chateamos. Joan, chateamos. Un ser humano pide ayuda de Cáritas. Chateamos para quedar: mañana a las 18:00. Arciprestazgo de Torrevieja. Chat familiar. 

16:29

Termino de chatear. Salgo para el hospital. Misterios dolorosos con Benedicto XVI. Mucho tráfco hasta Torrevieja y, allí, atascazo. 

Subiendo dos rampas, llego del aparcamiento a la puerta del hospital. Subiendo cuarenta y tres escalones llego a la habitación de Genoveva. Saludo a su madre que se llama Concepción Genoveva, aunque en su casa la llaman Conchi Geno. Hago la recomendación del alma de Genoveva, rezamos la salve y, cuando me estoy despidiendo, llegan la hija y el padre de Genoveva. Nos saludamos y nos despedimos. 

Voy a ver a don José Luis. Está despierto. Lo saludo. Me saluda mirando al techo y me ofrece asiento porque, dice: «yo quisiera que estuvieras muy cómodo aquí». Rezo un padrenuestro y me sigue. Rezo un avemaría y me sigue. Le doy la bendición y me dice: «¿Estás cómodo aquí?». Le estoy diciendo que estoy muy cómodo y que le han dado la mejor habitación del hospital, con cuarto de estar y todo, cuando llegan Mercedes y su hermano. Mercedes me presenta a su hermano. Charlamos. Cuando me despido he olvidado el nombre de su hermano. Pero vive en Cartagena. Eso no lohe olvidado. 

Me voy. Si me encontrara con los vigilantes del hospital y me preguntaran que por qué no llevo la bata, tendría que explicarles que me la llevé a La Torre para lavarla y que, aunque la lavé dos veces poniedo, incluso, un poco de jabón sobre las manchas y frotando bastante antes de meterla en la lavadora por segunda vez, las manchas no salieron. Y que luego la tendí al sol y se me olvidó recogerla antes de volver a San Miguel. Y que, como empezaba a llover, tuve que llamar por teléfono a Pablo para que fuera a buscarla y la pusiera en el galán de noche de mi habitación. Y que debe de estar allí. Tendría que explicarles que he comprado una bata nueva por Amazon pero que no llega hasta el viernes. 

Voy al aparcamiento procurando evitar a los vigilantes del hospital. 

Mando un wasap a Concepción y salgo para Los Montesinos. Atasco en Torrevieja. 

Al llegar a Los Montesinos mando un wasap a don Paco para que sepa que he llegado y esté tranquilo. Me revisto y voy al confesonario. Un penitente. Muy bien. 

18.30

Misa en Los Montesinos. Al terminar me tomo una pastilla rosada. 

19:10

Vuelvo a San Miguel. Voy a Más y Más y luego a casa.  Aparco el coche en la calle porque le he dicho a Mariano que voy a dejarle libre el garaje para que pueda aparcar cuando venga esta noche a dar el concierto de flauta sorpresa en casa de doña Nati y de Paco. 

Busco en la casa parroquial las pastillas rosadas que compré esta mañana y nada. Voy a la farmacia y compro otra caja. 

Vuelvo a la casa abadía y escribo esto. 

Vísperas. 

Veintiún mensajes de WhatsApp. Del grupo de poscomunión. Ya son catorce. Nati me manda un video del coro de niños que dirige su hijo Roberto. Belén: que ya ha añadido a los nuevos al grupo de catequesis. Concepción: quedamos en quela llamaré mañana por la mañana. Ya está. 

20:13

El voto femenino y yo. Mi pecado mortal, de Clara Campoamor. 

20:45

Voy a casa de doña Nati. llevo los versitos arreglados. Doña Nati y Paco esperan que vayamos a cantarles el cumpleaños feliz Ana Isabel, Wilder, Luciana, Camila y yo. Han invitado también a Teresa, a Eva y a Miguel. No saben que van a ir, también, otros sus hijos y nietos y otros sus amigos de la parroquia. Ni saben que, a las 21:15 llegará el flautista mundialmente famoso, Mariano Bas para dar un mini concierto en su casa. 

A las 21:00 ya han llegado algunos visitantes sorpresa: José María y Gracia, Paco y Mercedes. Doña Nati ha preparado la mesa como para el día de Navidad. Mantel de fiesta, platitos y cucharillas para la tarta de almendra. ¿Se le han presentado cuatro comensales inesperadamente? No importa. Aparecen, mágicamente, otros cuatro platos y cucharillas y sillas.

Entonces empieza el desfile: Pablo, Rita y Gloria y David. Otros cuatro. Abrazos y muacs, muacs y platos y cucharillas que salen de la cocina como por ensalmo. Contando a Samira somos ya diecinueve. 

Llegan Irene y Raúl, Laura y Joan. Veintitrés. Muacs, muacs… doña Nati impertérrita, recibiendo a todos y acomodando a todos en lo que empieza a parecerse al camarote de los hermanos Marx. 

Armin y Heidy. Ella silenciosa, sonriente y discreta. Él saludando a todos como un político. Doña Nati: muac, muac y «pasad, qué alegría, bienvenidos». Veinticinco. Y Paco: «¡Caramba, esto es lo nunca visto! ¡Pues no es na!».

Hay sitio para todos, platos y cucharillas para todos, muacs, muacs de Nati y Paco para todos. Y Samira, un poco asustada al principio, ahora se monda de risa. 

Llega el maestro flautista de Hamelin, Mariano Bas. Algarabía entre los que lo conocen —muchos—, rumores de «este se ha colado en la fiesta que no es de aquí» entre los que no lo conocen. Doña Nati no lo reconoce pero le da dos besos igualmente. Luego, en un aparte, me pregunta que quién es. Y yo: «es el mundialmente famoso flautista… que viene a dar un concierto». Y ella, como si eso de que, de pronto, lleguen a tu casa veintiséis personas, la mayoría sin avisar, y de que planeen organizar un concierto en tu comedor, fuera la cosa más normal del mundo: «¡Ah, bueno!». Y Paco: «Esto es lo nunca visto».

Wilder enciende las velas de la tarta. Doña Nati y Paco las apagan soplando al son del «cumpleaños feliz». 

El flautista toma la palabra y se hace el silencio. Explica el programa: tres piezas. Primero las introduce, luego las interpreta magistralmente ante un público entregado. A Luciana le da la risa floja porque Camila está haciendo el tonto. 

Termina el concierto y nos despedimos. Muacs, muacs y todo eso. 

Acompaño a Mariano hasta el garaje. Nos despedimos. Se va. Aparco mi coche en el garaje y voy a la iglesia. 

22:30

Completas. 

Apago las luces y cierro la iglesia.

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