lunes, 9 de octubre de 2023
8:00
Desayuno con chocolate Valor porque la cafetera está averiada. Trato de poner en marcha el lavaplatos, y nada.
Oficio de lectura y laudes.
Nuevo forcejeo con el lavaplatos y nada.
Lavo a mano los corotos.
8:45
Hoy es fiesta en el Reino de Valencia. Se nota. Ni un alma en la calle. Abro la iglesia y enciendo las luces.
Meditaciones sobre la misa, de Theodor Schnitzler.
9:25
Doña Nati me invita a tomar un café con leches. Voy y vuelvo. Hay que limpiar a fondo el despacho.
Sonata para violonchelo nº 2 en sol menor, op. 5
Primero quitar los libros de la estantería. Ya está. Limpiar la estantería con Pronto jabonoso. ya está. Colocar los libros de nuevo. Ya está.
Ahora la mesa. Ya está.
La silla está rota. Esta tarde vendrá Wilder para ayudarme a montar la nueva, regalo de doña Nati y de Paco.
Hay que fregar los suelos. Llamo al mayordomo. Que hoy es fiesta en el Reino de Valencia y que su contrato no lo obliga, etc. Me pongo a fregar los suelos.
Hago inventario de los objetos hallados durante la limpieza:
1) Un cadáver de cucaracha.
2) Una llave.
3) Una caja sin abrir de Ezer for self testing flu & COVID.
4) Una caja de GrinTuss que caducará en 2025.
5) Un cáliz que retiré de la circulación hace doce años, cuando llegué a la parroquia.
10:30
Voy a la iglesia. En la plaza: Morning, Father! Es David que, según su costumbre, reza el rosario sentado al sol.
Saludo a Teresa, registro los libros, me revisto y voy al confesonario.
Tercia.
Libro de Las fundaciones de santa Teresa.
11:00
Misa. San Dionisio y compañeros mártires.
11:40
Un ser humano reza, arrodillado, ante el sagrario. Es irlandés. Me pregunta que si tenemos Mass cards. Le digo que, lamentablemente, no. Me dice que mañana me traerá una para que se la firme.
11:50
Vuelvo al despacho parroquial que huele a Pronto jabonoso.
Correo. RENFE me dice que tengo 104 puntos. Muy bien. Me llama doña Nati. Que el archidiácono ha dejado en su casa unas cosas para mí. Más correo. Leo un resumen de prensa. Borro veinticinco mensajes.
Capítulos XXXIX-XLV de la segunda parte de Don Quijote puesto en castellano actual por Andrés Trapiello.
13:30
Voy a comer a casa de Concepción y Antonio.
16:15
Vuelvo a San Miguel.
Visita al Santísimo.
Imitación de Cristo, libro 1, capítulos 17 y 18.
17:00
Resulta que el cáliz que retiré de la circulación hace doce años es de plata. Después de frotar y frotar la base he descubierto el contraste de la platería Suñer de Barcelona. Toca limpiarlo a fondo.
En la limpieza del interior he empleado media hora, un rollo entero de algodón mágico y tres gamuzas que han quedado negras.
Limpiarme las manos ha sido casi más difícil.
Limpiar el exterior será más complicado. Luego habrá que mandarlo a un taller para que lo doren por dentro. Lo he dejado guardado en una linda bolsa de tela.
17:45
Wasap de Wilder. Que si puede venir a montar la silla. Que sí, que nos vemos en casa de doña Nati. Voy a casa de doña Nati. Saludo a Samira, doña Nati no está. Recojo la correspondencia que me ha dejado el archidiácono y me siento a charlar con Paco. Como Wilder no viene propongo a Paco que escuchemos la Sonata para piano a cuatro manos en re mayor, opus 6 de Ludwig. La escuchamos y Paco se alegra. Yo también. Como Wilder no llega, Paco me muestra un aparato que le han regalado sus hijos y que a él se le antoja un misterio. Lo ponemos en marcha y suena Vivaldi. Como Wilder no llega, lo llamo y le digo que me voy a casa. Me despido y me voy rogándole a Samira que, cuando llegue Wilder, le den el gran paquete de Amazon con el sillón del despacho y le digan que estoy en la casa abadía.
18:10
Misterios dolorosos.
18:30
Llegan Wilder, Ana Isabel, Luciana y Camila. Nos saludamos y los dejo en en el salón de los embajadores montando el nuevo sillón del despacho parroquial mientras yo leo y archivo la correspondencia que me ha traído el archidiácono. Mayormente cuentas de Iberdrola y eso.
19:17
Estamos llevando al despacho el nuevo sillón y sacando el viejo cuando me llama Armin. Que me está esperando en la plaza. Que ya voy. Me despido de Wilder, Ana Isabel, Luciana y Camila. Ellos se van con el sillón viejo para tirarlo a la basura y yo me voy a Los Alcázares con Heidy, Armin, Belén y Delia.
19:45
Llegamos a Los Alcázares y aparcamos el coche en un aparcamiento que parece —por la alucinante acumulación de pilares— un bosque encantado. Vamos a un restaurante próximo y, allí, nos encontramos con las hadas y los duendes: María y Juan Diego, Mariano Bas —que es como Peter Pan y anuncia que va a tener un nuevo churumbel—, Ana y Óscar —concejal de cultura de San Miguel—, Felipe, Miguel, Guillermo y su amable esposa, Cristina. Armin propone un brindis y brindamos. Charlamos. ¿Por los codos? Sí, por los codos. Armin hace un discurso emotivo diciendo que tiene setenta y ocho años y que espera poder seguir organizando el concierto de Adviento, al menos hasta los ochenta. Heidy se emociona un poco pero, como es suiza, apenas se le nota. Los demás, como somos españoles, seguimos charlando. Al final nos despedimos a la española: muac, muac y eso.
23:15
Llegamos a San Miguel. Me despido de Armin, de Heidy, de Belén y de Delia. Voy a la iglesia.
Completas.
Apago las luces, cierro la iglesia y voy a la casa abadía.
Me siento en mi flamante sillón del despacho parroquial y escribo esto.
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