sábado, 31 de agosto de 2024

Diario. Sábado, 31 de agosto de 2024

 San Miguel de Salinas

sábado, 31 de agosto de 2024


7:00

Oficio de lectura y laudes. 

7:30

¿Me voy a pasear por el monte? Me voy a pasear por el monte. Pero, primero, me tomo un café con  leches y una tostada con jamón. 

Camino durante una hora por la carretera de Rebate. Hoy mi oración de la mañana es la oración del caminante. Veo un conejo, pero ni lirios del campo ni pájaros del cielo. Vuelvo a San Miguel a campo traviesa. 

10:00

Me doy una ducha. 

Tercia. 

10:30

Voy a la iglesia. Saludo a Joan y a Teresa. 

11:00

Misa de Santa María en Sábado. 

11:45

En la casa abadía, repaso la IGMR. 

12:30

Leo las lecturas del domingo y hago un esquemita para la homilía. Luego aprovecho para poner orden en el archivo de mi Mc titulado TOB, dentro de la carpeta titulada PREDICACIÖN. 

13:30

Doy un repaso al despacho.

14:00

Voy a comer con doña Nati, Samira y Evangelina. 

Mensaje del arcipreste: que ya ha vuelo y que no tengo que ir a celebrar en su parroquia esta tarde. 

Evangelina —negra tono chocalate 100% cacao—nos cuenta su historia. Nació en Colombia y fue bautizada en la Iglesia Católica. Quedó huérfana y los abuelos se repartieron a los hermanos. A los catorce años,  un buen día se sentó, cruzó las piernas y se puso a cavilar. ¿Qué va a ser de mi de mayor si no he ido a la escuela y no sé leer ni escribir.? Entonces decidió empezar a ir a la escuela. Tenía que trabajar al mismo tiempo y solía llegar tarde. Se detiene un momento: «Toda mi vida la he pasado llegando tarde a todas partes». Lo dice sonriendo. Siendo aún muy joven se convirtió en madre soltera y conoció a un grupo de Acción Católica pero, al parecer, no la admitieron. Eso la enojó un tantico. Entonces conoció el culto evangélico. La emocionaba escuchar la palabra de Dios y le encantaba alabar a Dios. Entre los evangélicos pasó de ser oyente a reunir en su casa a los amigos para anunciarles la Palabra. Le pidieron que dejara su trabajo para dedicarse a la predicación pero tenía compromisos que no podía eludir y no aceptó la invitación. Ahora cree que le faltó generosidad para con Dios que es Todopoderoso. En su cuento hay un salto. Viene a España y empieza a cuidar de una hermana de doña Nati. A partir de ahí todo son recuerdos de Basilia y de doña Nati. Recuerdos emocionados y agradecidos. Ha venido a pasar unos días con doña Nati. Por las mañanas la acompaña a Misa. 

Cuando vamos a despedirnos, doña Nati me acompaña a la puerta y me dice en voz bajita y con cara de pilla: «Antes, cuando venía a Misa, no se santiguaba ni decía las oraciones. Ahora sí». Me acuerdo del dicho de Teresa de Lisieux: «Los niños dan pasitos». Y me alegro de que a Evangelina se le haya pasado el enojo aquel. 

15:15

Visita al Santísimo y misterios gozosos. 

16:00

Vuelvo a la casa abadía y pongo una lavadora. 

Lectura de La Nueva Jerusalén. 

16:45

Vísperas. 

17.10

Empiezan a sonar las campanas de la iglesia, que se han vuelto locas. Voy a la iglesia, detengo las campanas y me siento delante del sagrario. 

17:30

Entra un feligrés y me pregunta que si no hay misa. Ha oído las campanas. Le explico que andan desconcertadas y se va. 

17.45

Vuelvo a la casa abadía. Voy a sentarme en el despacho cuando las campanas empiezan a sonar otra vez. Corro a la iglesia para detenerlas y trasteo un rato en la pantalla de programación para ver si consigo arreglar el problema. A las 18:00, el reloj da las horas normalmente. Espero quince minutos más para ver que pasa. No pasa nada. ¿Habré resuelto el problema?

18:15

Vuelvo a la casa abadía. He visto que los horarios de misas que están la cartelera se han mojado y están borrosos e ilegibles. Mando un correo al archidiácono y le pido que imprima los horarios porque mi impresora no funciona. 

Finian McKinney: que ha vuelto de Irlanda y que a qué hora es la misa. 

Veinticinco mensajes de WhatsApp. 

Escribo esto. 

19:00

El reloj de la iglesia da las horas normalmente. 

Tiendo la ropa. 

19:30

Voy a la iglesia, saludo a Teresa que se sorprende al verme llegar tan pronto. Le explico que el arcipreste ha vuelto y que no he ido a Los Montesinos.  Me revisto y me siento en el confesonario.

Lectura de Las Moradas.

Lectura del Evangelio de san Lucas.

20:00

Misa. Homilía de cinco minutos. 

20:45

Teresa y yo cerramos la iglesia y nos despedimos. 

En la casa abadía me preparo una cena ligera, la bendigo y me la zampo. 

Miro mi agenda para mañana: primera Misa en La Mata a las 9:30, segunda en El Salvador a las 11, tercera, otra vez en La Mata, a las 20:30. Muy bien.

Escribo esto.

2 comentarios:

  1. pasito a pasito tendria yo,que hace mil años dejé de ser niña, que andar con muchisimo cuidado.

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  2. :-) Hay que andar con pies de plomo.

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Es usted muy amable. No lo olvide.