San Miguel de Salinas
jueves, 29 de agosto de 2024
10:25
Un penitente. Muy bien.
10:30
Exposición del Santísmo porque es jueves. Al órgano, el organista.
11:00
Primera Misa del martirio de san Juan Bautista.
11:40
Entra en la sacristía una señora española que se casó con un italiano. Vivieron largos años en los EEUU y ha venido recientemente a San Miguel para disfrutar de un retiro al sol. Cuando vio el estado en que se encuentran las puertas de la parroquia se conmovió y se propuso no descansar hasta arreglarlas. Ha hablado con el alcalde y ha conseguido que se haga cargo de la mano de obra. Ella pondrá los materiales. Se lo agradezco y me felicito.
11:50
Salgo con Damaris y con su sobrino Yusael para Alicante. Por el camino, Yusmael se duerme y Damaris me cuenta cosas de Cuba.
12:45
Los dejo en la comisaría de Policía y les digo que me manden un mensaje cuando terminen. Busco aparcamiento. Tercia. Trasteo en las redes.
13:13
Mensaje: que ya han terminado y que me esperan en el mismo sitio donde los he dejado.
13:20
Los recojo y vamos a comer a Torrellano. No han podido conseguir la cita. la policía les ha dicho que hay que pedirla por Internet pero necesitan ina clave que viene en el DNI y no tienen DNI. Mañana habrá que ir a la gestoría.
16:30
De vuelta a San Miguel veo que las RRSS está alborotadas con unas declaraciones del Papa sobre las migraciones. Un amigo me manda una captura del ABC con titular — «El Papa: “Repeler sistemáticamente a los inmigrantes es un pecado grave”»— y entradilla: «El papa asegura que los cristianos no pueden admitir muros contra los migrantes».
Mi meditativa atención se aplica a la hermenéutica.
Recuerdo las líneas generales de la doctrina de la Iglesia sobre el tema.
La Iglesia reconoce el derecho de las personas a migrar aunque distingue:
1) Ningún Estado puede impedir a los ciudadanos que salgan del país. Aquí las excepciones son muy pocas. El Estado puede retirar el pasaporte a una persona que va a ser juzgada para evitar que huya de la justicia y, por ejemplo, en caso de guerra, podría prohibir la salida de los que tengan una obligación con el ejército para evitar la deserción.
2) Todos los Estados tienen el derecho y la obligación de regular la inmigración.
¿Cómo se puede entender, entonces la frase atribuida al Papa en el titular: «Repeler sistemáticamente a los inmigrantes es un pecado grave»? Creo que se puede entender muy bien teniendo en cuenta lo anterior, sobre todo si se subraya la palabra «sitemáticamente». El Papa se estaría referiendo a esos Estados que, en vez de regular la inmigración, la prohiben. Probablemente está pensando en países más parecidos a Cuba, a Corea del Norte o a Arabia Saudí que a Suiza, España o Italia.
Y ¿cómo se puede entender la doctrina atribuida al Papa en la entradilla según la cual los cristianos no pueden admitir muros contra los migrantes. Pues también, en mi opinión se puede entender distinguiendo. Hay muros que se levantan para impedir la emigración (por ejemplo, el ya caído muro de Berlín) y que convierten los países en cárceles. Un cristiano no puede aprobar eso. Pero hay muros y barreras que se levantan para impedir la inmigración ilegal y la doctrin de la Iglesia nunca ha negado a los Estados el derecho a defender sus fronteras. La doctrina atribuida al Papa solamente podría entenderse referida a los primeros y así puede entenderse sin ninguna dificultad.
Desde —por lo menos— los tiempos de Juan Pablo II, la Iglesia insiste mucho en que, junto al derecho a migrar, está el derecho elemental a no hacerlo, a vivir allí donde uno ha nacido y tiene sus raíces. Pienso en los millones de venezolanos que han tenido que huir de la tiranía bolivariana y en Maduro que, en sus discursos, suele hablar de Cristo como de un palestino, víctima del imperialismo español.
19:30
Salgo para Los Montesinos.
20:00
Segunda misa del martirio de san Juan Bautista.
20:45
Vuelvo a la casa abadía, me aseo un poco y me cambio de camisa.
21:00
Voy a cenar a casa de Ana Isabel y Wilder. Ana Isabel prepara una cena estupenda. Luciana y Camila se ocupan del postre: fresas con nata y chocolate.
22:00
Me despido. De camino hacia la iglesia leo el diario de Elena M Tascón y un poema de EGM twiteado por Corina Dávalos.
Completas.
Cierro la iglesia y vuelvo a la casa abadía.
22:20
Se me ha hecho muy tarde y tengo que escribir a toda prisa esta página de mi diario. Ya está.
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