domingo, 11 de agosto de 2024

Diario. Domingo, 11 de agosto de 2024

San Miguel de Salinas  

domingo, 11 de agosto de 2024


8:30

Ofcio de lectura y laudes.

9:00

Abro la iglesia de par en par. 

9:15

Salgo para Torremendo. 

9:30

Saludo a Yoli y al archidiácono y tramamos convocar a los feligreses de Torremendo para la adoración eucarísitica de los jueves. 

Me revisto y voy al confesonario. 

10:00

Misa. 

Homilía de siete minutos y veintisiete segundos:

«La Eucaristía se nos da como alimento de vida eterna con la promesa de nuestra propia resurrección. Pero también se nos da como presencia para ser adorada. 

Escribía san Agustín: “nadie come esta carne sin, antes adorarla”. 

Adorar es reconocer la grandeza de Dios que supera todo bien creado. Por eso resulta bastante cómico decir que un perrito o un niño son adorables. Solamente Dios es digno de adoración. 

¿Cómo adorar?

La misa es una gran acto de adoración y una escuela de adoración. Hemos recitado el himno Gloria: “te bendecimos de adoramos, te glorificamos…”. A la proclamación de las lecturas hemos respondido: “Te alabamos, Señor”. “Gloria a ti, Señor Jesús”. 

Durante la consagración estaremos de rodillas. El sacerdote elevará la Hostia para que todos adoren en silencio y él mismo hará una genuflexión en señal de adoración. Así, con gestos y con palabras, nos disponemos, por la adoración a la comunión. También en el momento de la comunión, cada uno, antes de comulgar, adora poniéndose de rodillas o inclinando la cabeza. 

“Nadie come esta carne sin, antes adorarla”.

¿Cómo dejar de adorar cuando se descubre la presencia de Dios?

Cuando termina la misa, Jesús sigue, presente y vivo, en tabernáculo. Por eso la Iglesia nos enseña que, después del “Podéis ir en paz” debemos salir de la iglesia en silencio o, aún mejor, permanecer durante unos minutos recogidos en acción de gracias. 

Quiere la Iglesia que el sagrario esté en un lugar verdaderamente noble, no en un rincón, y que, al pasar ante él, hagamos algún signo de reverencia. Y quiere que las iglesias estén abiertas no como museos  sino como casas de oración en las que podamos estar en silencio ante el Santísimo. También sería cómico que entrásemos a admirar la casa o a contemplar las imágenes de los santos olvidándonos del Señor de la casa y de los santos que está allí presente no en imagen sino en verdad. 

Y quiere la Iglesia que, en todas las parroquias, se exponga el Santísimo —especialmente los jueves— para que todos rindamos culto a la Eucaristía. 

En el Cielo ya no habrá comunión sacramental pero habrá, para siempre, adoración. 

Pedimos por intercesión de Santa María que nuestra adoración nos prepare para la comunión en esta vida y para la visión de Dios enla eternidad». 

11:00

Salgo para San Miguel. 

11:30

Tercia.

Lectura del Evangelio de San Lucas. 

Lectura de Las Moradas. 

12:00

Voy a la iglesia. Me revisto y me siento en el confesonario. Viene un penitente. Cuando sale se me olvida poener el semáforo en verde y, cuando salgo yo, me encuentro con otro sufrido penitente que estaba esperando la luz verde. Como ya no hay tiempo, quedamos para mañana. 

12:30

Misa. 

Homilía de siete minutos y algunos segundos. 

Al terminarla misa salgo a la puerta de la iglesia para despedirme de la congregación. Ana Isabel y Wilder me invitan a cenar a su casa. Acepto la invitación. 

13:40

Voy a la casa abadía para cambiarme de camisa y recoger algunos libros que van a La Torre, 

14:10

Salgo para La Torre. Tengo que parar en la gasolinera para repostar.

15:00

Llego a La Torre justo a tiempo para comer. Me he perdido el aperitivo. 

16:30

Dispersión. Voy a mi piso y ordeno algunos libros. Me siento en la butaca de la abuela Paquita para trastear en WhatsApp y en X. 

Me pongo a leer La Nueva Jerusalén y me quedo traspuesto. 

17:45

Me doy una ducha.

18:15

Voy a la ermita para preparar la misa. 

18:33

Empieza, con tres minutos de retraso, la misa. 

19:20

Me despido de muchos, no de todos, y salgo para San Miguel. Misterios gloriosos con BXVI. 

20:00

Llego a San Miguel y me siento ante el sagrario con dos ventiladores. 

20:30

Vísperas. 

Miro el WhastApp y veo un mensaje de Wilder. Respondo que iré a las nueve. Voy a la casa abadía, me cambio de camisa. 

20:50

Salgo para casa de Ana Isabel y Wilder llevando un bote de pimientos del piquillo. 

22:00

Nos despedimos. Voy a la iglesia. Completas.  

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