sábado, 6 de junio de 2020
San Norberto
Cita con Newman:
En la fiesta de Santiago, apóstol, de 1830 Newman predicó un sermón difícil porque hablaba de un tema difícil: la predestinación.
Empezó sentando que, para los primeros cristianos no había duda: siendo la gracia de Dios absolutamente necesaria de principio a fin hasta el punto que ni palabra, ni obra, ni pensamiento pueden agradar a Dios sin ella, no obstante, el alma humana tiene también de principio a fin la facultad de resistir a la gracia y, por tanto, la determinación última de su propio destino.
Sin nombrar a san Agustín, se refirió luego a él así de anglicana y elegantemente: «Sin embargo, a principios del siglo V, cuando caían algunas sombras sobre la Iglesia, surgió un famoso doctor, cuyo nombre siempre hemos de honrar por sus innumerables dones, su diligencia y la amplitud de su enseñanza, con independencia del juicio que merezcan algunas de sus opiniones». Y, a continuación le atribuyó la paternidad de una doctrina de la predestinación que excluiría la cooperación de la libertad humana.
Ceremonial de los obispos:
Hablando de los Días señalados en la vida del obispo (Parte VII) el Ceremonial se refiere al día de su elección (Cap 1) y luego al de su ordenación (Cap 2). Debe preceder a la toma de posesión del oficio y, en la medida de lo posible, ha de realizarse en los tres meses siguientes a la recepción de las letras apostólicas. Muy bien. Conviene que se celebre en su catedral y, en ese caso, la ceremonia incluye la toma de posesión. Siguiendo una antigua tradición deben ser al menos tres los obispos ordenantes aunque cabe dispensa. Normalmente será el Metropolitano quien ordene al sufragáneo y el ordinario del lugar al obispo auxiliar. Muy bien.
A las once y cuarto me voy a Torremendo para buscar a Wilder. Mientras él hace algunas compras yo me voy al confesonario. Número de penitentes: 1.
A las 12:37 empieza la Misa. Memoria de san Norberto. Empiezo pidiendo perdón por el retraso. Creo que todos me perdonan. Recuerdo que han venido: Concepción y Antonio, Rosario, Carmen, Teresa, Joan, Wilder, Encarnita, Gloria, Carmela… Me faltan dos porque éramos trece. Jeanette no ha venido y Rita tampoco.
Cantada la Salve, porque es sábado, voy a la puerta para despedirme de los amables feligreses. Luego me voy a comer a Casa Antonio con Wilder y a las cinco lo devuelvo a Torremendo.
Esquilo:
Habíamos dejado al coro de los ancianos rectores de Persia cantando su preocupación por Jerjes que ha partido contra Grecia. Llega la viuda de Darío y madre de Jerjes y cuenta que ha tenido un sueño. Dos mujeres estaban enfrentadas. Una de ellas vestía a lo persa (Asia) y la otra a la moda griega (Europa). Darío puso sobre ellas un yugo y, mientras la persa lo recibía dócilmente, la griega lo rompía. Al despertar, la reina fue a ofrecer un sacrificio para alejar los malos presagios pero la vigilia fue peor que el sueño porque vio un águila junto al altar de Febo y cómo caía sobre ella un milano.
El Coro le aconseja que haga algunos ritos y libaciones para atraer las bendiciones de los dioses. Luego ella pide que le den noticias de la guerra. Pregunta, por ejemplo, qué caudillo dirige a lo griegos:
—No se llaman esclavos ni vasallos de nadie.
—Y, ¿cómo, pues, resisten el ataque enemigo?
—¡Incluso destruyeron las huestes de Darío!
Entonces llega un mensajero anunciando la derrota de los persas. Llora el coro; narra el mensajero la desgracia interrumpiendo el relato con sollozos; llora la reina y pregunta quién no ha muerto. Entonces, una buena noticia del mensajero:
—Jerjes vive y la luz del sol contempla.
—Inmensa luz para mi casa has dicho,
fúlgido día tras infausta noche.
El mensajero pasa revista a los caídos entre los persas y sus aliados. Luego cuenta cómo la armada persa superaba en mucho a la griega y cómo Jerjes cayó en una trampa. Porque un griego vino a decirle que los suyos se preparaban para huir en cuanto anocheciera. Jerjes lo creyó y mandó vigilar durante toda la noche para impedir la huida de los griegos:
Y es que ignoraba el futuro
que le reservaba el númen.
Entre tanto los Helenos
sin perder la disciplina
preparaban su cena.
En vez de huir, los griegos se preparan para atacar a la flota persa al amanecer. Tras el desastre:
Viendo Jerjes la hondura
de sus males lanza un grito
—se sentaba sobre un trono,
en la cima de un collado,
junto al mar, y desde donde
toda la escuadra veía—
al punto rasga sus ropas
rompe en agudo alarido
y al ejército de tierra
da órdenes a toda prisa;
y, sin orden ni concierto,
inicia la retirada.
A las seis hay que rezar las Vísperas de la Santísima Trinidad y a las siete Misa.
Luego, hasta la hora de la cena, sigo con mi investigación acerca de qué cosa sea la tristeza.
Después de cenar, para ir activando el parasimpático, una tila y una Nana de Enrique García Máiquez que acaba durmiendo a su hijita y el resultado final
es un completo
silencio
en el que casi puede oírse
su corazón
latiendo
y no se oye
pero llena
…tan-tán, tan-tán…
el universo.
Y Tú, Señor, oyes todos los corazones latiendo y conoces cada ...tan-tán, tan-tán... que llena el universo.
ResponderEliminarAsí es, oiga.
ResponderEliminar