San Norberto

sábado, 6 de junio de 2020

San Norberto

San Norberto nació a finales del siglo XI en el seno de una noble familia alemana. Una primera conversión lo llevó a abrazar el estado religioso y el emperador Enrique V lo nombró limosnero. 

Pero Dios quería algo más de él. Un día, cabalgando, tuvo un accidente y perdió el conocimiento. Cuando se despertó vino a sus labios una oración «Señor, ¿que quieres que haga» y a su memoria el salmo 34: «Apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella». A esta segunda llamada respondió retirándose durante cuarenta días para llevar una vida de penitencia entregado al ayuno y la oración. Después de su retiro recibió el orden sacerdotal.

Entonces pudo experimentar la verdad de aquellas palabras de san Pablo a Timoteo: «quien quiera vivir piadosamente en Cristo será perseguido». Lo acusaron de querer reformar la Iglesia sin tener autoridad para ello y esa contrariedad le sirvió para dar el tercer paso hacia su definitiva conversión: vendió todos sus bienes, repartió el dinero entre los pobres, fue a ver al Papa, le prometió obediencia y le pidió permiso para predicar.

Las dificultades no terminaron porque, como también había dicho san Pablo, los hombres no siempre soportamos al que nos dice la verdad y preferimos rodearnos de aduladores. Pero ahora estaba claro que Norberto era un hombre de Dios dispuesto a correr no tras la comodidad, sino tras la paz verdadera. 

En el valle frences de Prémontré fundó una abadía con doce compañeros. Pronto fueron cuarenta y luego se multiplicaron las abadías hasta formar una orden con más de diez comunidades. Otro emperador, Lotario, lo propuso como obispo de Magdeburgo y allí entregó el resto de su vida, hasta los cincuenta y dos años, empeñado en la reforma de la iglesia cumpliendo perfectamente el consejo de san Pablo a Timoteo: «proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, soporta lo adverso, cumple tu tarea de evangelizador, desempeña tu ministerio».

Pedimos por intercesión de Santa María que el Señor quiera suscitar entre nosotros santos pastores que vivan según el Corazón de Cristo. 

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2020 June th6, Saturday

Saint Norbert

Saint Norbert was born at the end of the 11th century into a noble German family. A first conversion led him to embrace the religious state and, under Emperor Henry V, became his almoner.

But God wanted something more from him. One day, riding, he had an accident and lost consciousness. When he woke up a prayer came to his lips, "Lord, what do you want me to do?" and to his memory psalm 34, "Get away from evil, do good, seek peace and run after it." To this second call he responded by retiring for forty days to lead a life of penance by fasting and prayer. After his retirement he was ordained a priest.

Then he could experience the truth of those words of Saint Paul to Timothy, "Whoever wants to live piously in Christ will be persecuted." They accused him of wanting to reform the Church without having the authority to do so, and that accusation helped him take the third step towards his final conversion: he sold all his goods, distributed the money among the poor, went to see the Pope, promised him obedience and asked permission to preach.

The difficulties did not end because, as Saint Paul had also said, men do not always endure the one who tells us the truth and we prefer to surround ourselves with flatterers. But it was now clear that Norbert was a man of God willing to run not after comfort, but after true peace.

In the French valley of Prémontré he founded an abbey with twelve companions. Soon there were forty and then the abbeys multiplied to form an order with more than ten communities. Another Emperor, Lothario, proposed him as bishop of Magdeburg and there he spent the rest of his life, up to the age of fifty-two, engaged in the reform of the church, perfectly fulfilling the advice of Saint Paul to Timothy, "Proclaim the word, insist in season and out of season, endure hardship, do the work of an evangelist, discharge all the duties of your ministry."

We ask through the intercession of Saint Mary that the Lord wants to raise up among us holy shepherds who live according to the Heart of Christ.