viernes, 1 de noviembre de 2024

Diario. Viernes, 1 de noviembre de 2024

 San Miguel de Salinas

viernes, 1 de noviembre de 2024


8:00

Desayuno de mesa y mantel. 

8:30

Abro la iglesia.

Oficio de lectura y laudes. 

Me siento ante el sagrario con Dilexit nos. 

9:20

Voy a salir para Torremendo cuando leo un mensaje de WhatsApp de Wilder. Se ofrece a llevar la rueda pinchada a un taller de Torrevieja para que no tenga yo que andar con la de repuesto durante este fin de semana largo. ¡Qué amable! Le digo que pasaré por su casa para llevarle la rueda y así lo hago. 

9:45

Salgo para Torremendo.

10:00

Primera misa de Todos los Santos. 

Después, entre el archidiácono y yo, recogemos todo. Él se va al cementerio y yo vuelvo a San Miguel. 

11:20

Lectura del capítulo 6 de san Mateo. 

Lectura de «La felicidad donde no se espera». 

Tercia. 

11:45

Me tomo un Almax y aseo el aseo. 

12:00

Suena el volteo de campanas. Ángelus. 

Voy a la iglesia. 

Antes de misa, un penitente pide confesión. Muy bien. 

12:30

Misa. Me ayuda Samael. 

Acabamos cantando a la Virgen en el altar de Casi Todos los Santos. 

Samael y yo salimos a la puerta para despedir a la congregación. Un penitente pide confesión. Voy al confesonario. 

Luego voy a la casa abadía y actualizo las cuentas parroquiales. Hay que abrir un nuevo mes. Estoy en ello cuando me llama doña Nati para recordarme que hemos quedado a comer.

14:15

Voy a casa de doña Nati que ha preparado un delicioso arroz con verduras y sepia porque es viernes.

Después de la tertulia pongo en hora dos relojes de doña Nati que siguen con la hora de antes del cambio de hora. 

15:10

Pongo en hora el segundo reloj y me despido.

Visita al Santísimo. Me siento ante el sagrario con Dilexit nos. 

15:50

Me siento en la casa abadía para escuchar el Concierto X aniversario del coro de arquitectos de Málaga. 

16:55

Se me ha hecho tarde. Voy al cementerio.

17:05

Llego al cementerio con cinco minutos de retraso. Me esperan Zvignev el polaco, Carmen, Manola, Rita, Gloria y una forastera a la que no conozco. Misterios dolorosos por el cementerio. 

Al terminar, vuelvo dando un paseo con Gloria y Rita. Nos detenemos en el ayuntamiento donde están recogiendo víveres para Valencia. Saludamos a Luis y a Óscar. Como hacen falta pañales y en la parroquia hay 240 —doscientos cuarenta— les digo que, si pasan por la parroquia se los daré. 

Seguimos nuestro paseo hacia la iglesia y, al pasar ante la casa de Esperanza, vemos que allí está doña Nati jugando al parchís. 

18:05

Hago entrega a Luis de cuatro bolsas de pañales: dos de cincuenta y dos de setenta. Total: doscientos cuarenta. 

Vísperas.  

18:32 

Llamo a Rafa para decirle que no podré ir a La Torre esta noche porque mi Lamborghini va sin rueda de repuesto. Que iré mañana. 

Llamo a Wilder que me ha dejado un mensaje. Charlamos. Me dice que el neumático no tiene reparación posible. Hay que cambiar la rueda. Vendrá mañana a las ocho para llevarse el coche a Torrevieja. 

18:46

Reanudo la reconstrucción del documento «Meditaciones sobre el Evangelio de San Juan». 

19:30

Trasteo en las RR. SS. 

19:45

Voy a casa de doña Nati. 

20:00

Cierro la iglesia y vuelvo a la casa abadía para cenar: un yogur, doce uvas pasas y, de postre, Almax. 

Luego me siento y comienzo la lectura de «El Universo religioso de Dostoyevsky». Sonrío al recordar la manía que don Isidoro le tiene al  escritor ruso. Leo la «Observación preliminar» y no puedo resistir la tentación de ir directamente al capítulo VI titulado «Impiedad» para ver lo que cuenta Guardini de Stavrogin, el personaje de «Los demonios» a quien el Papa menciona en Dilexit nos como arquetipo del hombre sin corazón. 

Son 55 páginas. Es como estar releyendo «Los demonios» pero con la guía de un penetrante lector. De pronto, Guardini nos dice de  Stavrogin —con pocas palabras— todo lo que Dostoyevski nos ha contado y todo lo que el Papa está diciendo cuando cita a Guardini: «Stavrogin no se posee a sí mismo, como tampoco puede darse a los demás, ni recibir la devoción de estos. (…) Porque es el corazón el crea la cercanía. Cor ad cor loquitur. Es como estar releyendo Dilexit nos en sus fuentes. Da gusto.

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