jueves, 21 de septiembre de 2023
8:30
Oficio de Lecturas y Laudes.
9:00
Envío la segunda catequesis matrimonial a Emma y Ángel.
Escribo la tercera.
9:30
Voy a la iglesia.
Hay en la iglesia un cirio pascual de verdad y treinta y una velas de mentira. Las de mentira tienen una carcasa exterior y, dentro, un depósito de cera líquida con la mecha. Ha llegado el momento de limpiar las carcasas exteriores y de cambiar algunos depósitos que se han roto —San Jorge nos ha enviado cuatro nuevos— y algunas mechas que se han quemado.
Limpio una carcasa, cambio y relleno un depósito. Llegan Joan y Laura. Me lavo las manos con Mistol porque, después de limpiar una vela, se le quedan a uno las manos negras. Me revisto y voy al confesonario.
Historia de la Iglesia de Hertling. En la segunda mitad del siglo XIII se sucedieron pontificados muy breves y largos periodos de sede vacante. Clemente IV, que había sido consejero de san Luis, coronó a Carlos de Anjou como rey de Nápoles y Sicilia. En 1282 se produjo el levantamiento contra Carlos conocido como «Vísperas sicilianas». Pedro III de Aragón invadió Sicilia que, desde entonces, quedó separada del reino de Nápoles. Los de la casa de Anjou hicieron todo lo posible por controlar a los papas. Carlos II decidió la elección del anciano Celestino V, un hombre santo que decidió abdicar a los seis meses. En su lugar fue elegido Bonifacio VIII a quien Dante puso en el infierno de su Comedia.
10:30
Exposición del Santísimo.
11:00
Llega don Paco. Nos saludamos y nos despedimos. Él se queda a celebrar la misa y yo voy a cambiarme de camisa. En el proceso encuentro 45 dólares que daba por perdidos. Convoco a los ángeles: «¡Felicitadme, he encontrado los 45 dólares que daba por perdidos!». Ellos y yo dedicamos un aplauso a san Antonio. San Antonio, humildemente, dedica el aplauso Dios». Sé que mi acción de gracias ha llegado al cielo.
Salgo para La Lloseta donde me reuniré con otros presbíteros para el retiro mensual. Voy rezando los misterios luminosos con Benedicto XVI.
15:00
Comida en Torrellano. Trasteo en Twitter y encuentro una cosa bonísima de Alonso Pinto en Infocatólica titulada La tiranía del materialismo.
16:00
Llego a La Torre. Me apetece acomodarme en mi butaca preferida, herencia de la abuela Paquita. Pero, ¿podemos nosotros, los intelectuales, acomodarnos así, sin más, en la butaca de la abuela como pequeños burgueses? ¡Jamás! Busco un libro en mi biblioteca. Tiene que ser muy gordo. Creo que este valdrá: segundo tomo de las Memorias de ultratumba de Chateaubriand. Y, ahora sí, me acomodo en la butaca de la abuela como un intelectual. Antes de abrir el libro ya me he quedado frito.
16:45
Me despierto. El libro de Chateaubriand, en mi regazo, me recuerda que soy un intelectual. Lo abro, al azar, por la página 2214 y encuentro esta perla: «Demócrata por naturaleza, aristócrata por costumbres, de buen grado entregaría mi fortuna y mi vida al pueblo con tal de tener poco contacto con la multitud».
17:00
Cojo las dos botellas de Rioja que he traído de San Miguel y, atravesando la almazara, entro a la despensa. A diez pasos de allí está la bodeguilla. Abro la trampilla, bajo los doce escalones, coloco el vino en la sección «Tinto Rioja» y anoto el depósito en el registro de la bodega.
Vuelvo a subir y dejo en la sacristía formas nuevas.
En la ermita Vísperas y 30 meditaciones con el evangelio, de Javier Mira. Meditación vigésima primera. Mt 9, 9-13. Responso por padres, abuelos y hermanos difuntos.
Riego los jazmineros y me vuelvo a San Miguel.
19:00
Llego a San Miguel. Han cerrado la plaza al tráfico. Bajo del coche, muevo la valla que corta la enttrada a la plaza y dejo el coche en el garaje. En casa me cambio de camisa —me pica un mosquito— fumigo las habitaciones y trasteo en Twitter.
19:30
Salgo para Los Montesinos moviendo vallas.
20:00
Misa. San Mateo, apóstol. Ayudan David y Daniel. La iglesia llena. Organista. Muy bien.
21:00
Cena ligera.
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