San Miguel de Salinas
jueves, 11 de julio de 2024
8:00
Desayuno de fiesta porque es San Benito y no hay que ir al hospital.
8:30
Ofcio de lectura y laudes.
Oración de la mañana.
9:30
Me pongo mi bata de trajinar y friego la casa abadía.
Luego me doy una ducha mientras oigo en YouTube video de Adictos a la filosofía titulado Diez paradojas que debes conocer. De pronto el video se interrumpe porque está entrando una llamada. Es Wilder que necesita que le firme unos papeles. Interrumpo la ducha para decirle que podemos vernos después de misa. Le parece bien. Sigo con la ducha y con las paradojas.
10:20
Llamo a Wilder para decirle que después de misa tengo que salir para Alicante y que, si está cerca, puedo firmar los papeles ahora. Está cerca, en la seguradora que hay al lado de la farmacia. Voy a la aseguradora, saludo a Wilder y al asegurador, firmo los papeles (2) y voy a la iglesia.
10:30
Exposición del Santísimo con Andrés —el maestro organista y organero— al órgano.
Después de la bendición, mientras me revisto en la sacristía para la misa, se oye algo así como un cántico o una lamentación muy triste. Me asomo a la iglesia y veo que todos están mirando hacia atrás. Atrás está Bernardo cantando a su bola.
11:00
Primera misa de la fiesta de San Benito con Andrés al órgano. Creo que nunca olvidaré estas misas de los jueves en San Miguel, tan lindas.
Cuando voy a proclamar el evangelio, Bernardo se va y entra Encarnita.
Cuando me vuelvo hacia el pueblo para decir «La paz del Señor esté con vosotros», entran dos turistas.
Cuando me vuelvo hacia el pueblo para decir «Este es el Cordero…», los dos turistas se han ido.
11:40
Me despido de Andrés, de doña Nati, de Teresa y de Joan y voy a la casa parroquial para cambiarme de camisa y apuntar en las cuentas parroquiales: orgnista, 40 euros; donativo de doña Nati para pagar al organista, 10 euros.
12.00
Salgo para La Lloseta. Misterios luminosos con BXVI. Me detengo en una gasolinera que yo me sé para llenar el depósito —el tanque— de gasóleo.
12:50
Llego a La Lloseta. Don Javier está bastante baldado por un problema muscular. Don Jesús me recuerda que mañana tenemos Círculo de cooperadores o algo así en Bigastro.
13:50
Salgo para La Torre.
14:05
Llego a La Torre. Rosario me pregunta que si he traído las velas para el sagrario. Le digo que he vuelto a olvidarlas aunque las puse en el garaje para no olvidarlas. Sonríe con una sonrisa que puede querer decir «te comprendo perfectamente» o «mi cuñado es bastante inútil». Me pregunta que si ya he sacado del coche los pantalones que compré el otro día en El Corte Inglés. Le digo que no, que siguen en el coche. Me dedica otra de esas enigmática sonrisas cuya interpretación dejaría perplejo al mismísimo Wittgenstein.
14:30
Empezamos a comer en el comedor de La Torre. Alguien ha puesto la mesa primorosamente con unos manteles individuales redondos de pita roja, bajoplatos de cristal azul y la vajilla de San Claudio.
El vino —tinto, de Albacete— lo he sacado yo de la bodega. Es una de las botellas que regalaron los amigos suizos de Armin y Heidy. Seguiremos bebiendo a su salud y a sus costillas durante todo el verano.
Pablo P ha preparado el plato único y delicioso: una especie de ensalada de verano aderezada con una crema exótica a base de mango o algo asi.
A los postres salen unos cuencos de cristal con forma de media nuez llenos de taquitos de melón y un Pedro Ximénez con sabor a uva pasa. Pregunto si, por ventura, se trata de uno de esos melones de El abuelo que nos regalaron el otro día los encargados de la plantación de melones El abuelo. Rosario me dedica una sonrisa que puede decir «no es de buen gusto hablar de la comida en la mesa» o «come y calla» o «no, querido cuñado, esos melones nos los zampamos ayer». Sonrisa Wittgenstein.
La tertulia se prolonga hasta las 4:30 o así.
16.45
Salgo para Torrevieja.
17:40
Llego al hospital Quirón. En la capilla hago la visita al Santísmo, rezo vísperas, me pongo mi bata de capellán y llevo la comunión a Josefina, madre de familia numerosa —numerosa de las antes— y a su amable esposo, Jesús. Si les hubiera llevado un millón de dólares no me lo habrían agradecido tanto.
18:30
Salgo para San Miguel.
18:50
Llego a San Miguel con tiempo para darme una ducha, cambiarme de camisa y salir para Los Montesinos.
19:20
Salgo para Los Montesinos.
19:35
Llego a Los Montesinos. Dos penitentes me piden confesión. Muy bien.
20:00
Segunda misa de la fiesta de san Benito. En la homilía —cuatro minutos— comento la bienaventuranza reservada para los pobres de espíritu. Pongo algunos ejemplos de pobres de espíritu bieneventurados pero se me olvida mencionar el ejenmplo de Josefina y Jesús, padres de familia numerosa de las de antes que esperan cada día con impaciencia el momento de la misa y que agradecen la comunión como niños. Me ayudan José Antonio —muy serio— y Marcos que es incapaz de contener su carácter risueño. Los dos me alegran la misa.
20:40
Salgo para San Miguel.
20:45
Llego a Más y Más.
21:15
Completas en la iglesia.
21:30
Me preparo una cena ligera, recojo la cocina y me siento delante de mi Mc para escribir esto. Temperatura en San Miguel de Salinas con calentamiento global y todo: 25º C. Aunque no tuviera el ventilador seguiría diciendo que estamos teniendo uno de los veranos más amables que se recuerdan por aquí.
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