lunes, 12 de febrero de 2024

Diario. Lunes, 12 de febrero de 2024

Lunes, 12 de febrero de 2024

— ¿Que hora es? 

— El reloj de la iglesia acaba de dar la media después de las diez. 

— ¿De la noche?

— Sí de la noche.

— ¿Qué estás haciendo?

— Estoy hablando solo y escribiendo mi diario de hoy. 

— ¿De dónde vienes?

— Si me dejas en paz seguiré escribiendo mi diario.

— Vale.


Hoy he celebrado solamente una misa: la sexta en sufragio por  el alma de Pepe. 

Anoche me mandó un wasap el arcipreste. Él sabe que me cuesta horrores   asistir a las reuniones de clero y que, asistir a las reuniones de clero me hace bien. Pero me conoce, me quiere y nunca me dice: «eres un bicho raro y tienes que asistir a las reuniones de clero te guste o no te guste». Su mensaje de anoche decía, con estas o semejantes palabras: «Hermano: mañana hay reunión de vicaría en el seminario de Orihuela. Yo daré la bendición con el Santísimo en mi parroquia a las doce. No me costaría nada pasar luego a buscarte para que vayamos juntos a Orihuela». Le contesté con estas o semejantes palabras: «Jo, qué amable. Ganaremos tiempo si voy yo a tu parroquia cuando termine la misa de once». 

Así que, hoy, al terminar la misa de once y después de atender a un ser humano interesado en bautizar a su hijo, he salido para Los Montesinos. Cuando he llegado, a las doce en punto, el arcipreste no estaba dando la bendición con el Santísimo que seguía expuesto sobre el altar. Me he arrodillado   para adorarlo —al Santísimo— justo en el momento en que el arcipreste salía al presbiterio. ¿Salía inquieto como quien llega tarde a una cita? No. Salía tranquilamente,como quien está en oración y va a adorar a Dios. Y, en efecto, se ha sentado en la sede y nos ha invitado a recitar la hora sexta. Lo hemos hecho sin prisas, como Dios manda. El cielo no puede esperar, la reunión de clero, sí. Después, en un ambiente amabilísimo de silencio y de paz nos ha dado la bendición con el Santísimo.

A eso de las doce y veinte hemos salido para Orihuela. Yo conducía mi León y don Paco —que puede hacer varias cosas a la vez y por eso es arcipreste— iba hablando por teléfono e indicándome el camino. 

Hemos llegado al seminario de Orihuela a eso de la una, justo a tiempo para recibir la segunda bendición con el Santísimo en la capilla. 

Luego el vicario de zona nos ha dado 10 minutos de asueto tras los cuales tendríamos que reunirnos otra vez en la capilla para la presentación del nuevo ritual de exequias. He aprovechado los diez minutos de asueto para estrechar algunas manos y para decirle al cura de El Pilar de la Horadada que ya no me duelen los huesos y que, auque estoy medio sordo y medio afónico por el COVID, podríamos reanudar nuestras caminatas por la sierra de San Miguel. 

La presentación ha sido muy interesante. 

Después de la presentación del ritual de exequias, he bajado a Orihuela para comer con el archidiácono. Él ha pedido una hamburguesa y yo un bocadillo de morcillas. Quince euros en total, con vino y café. Una ganga. 

Luego hemos vuelto a subir al seminario para recoger a don Paco, lo hemos dejado sano y salvo en Los Montesinos, he llevado al archidiácono a Torremendo y he vuelto a San Miguel. 

Tarde serena. Oración . 

A eso de las 21.30 he ido a ver a doña Nati y Paco. Paco estaba muy agitado. 

A las 22:30 empezaba a escribir este diario después de rezar Completas y de cerrar la iglesia.

—¿Qué hora es?

— Las 23:20.

2 comentarios:

  1. me encanta el dialogo consigo mismo del diario de hoy.Tal vez es una secuela del Covid aunque creo qu no la contabilizó el experto Simpn

    ResponderEliminar

Es usted muy amable. No lo olvide.