martes, 19 de diciembre de 2023
4:15
Me despierto.
Oficio de lectura.
A dormir.
6:00
Café con leches, paracetamol, laudes.
A dormir.
7:00
Me arrebujo en mi edredón. Oigo a Herrera.
Misterios dolorosos con Benedicto XVI.
8:00
Envuelto en mantas me siento en un sillón para escuchar la homilía de Es Cristo que pasa, titulada Vocación cristiana.
8:45
Me zampo un yogur y vuelvo a la cama.
9:45
Me hago un zumo de naranjas con naranjas que traje de La Torre.
10:30
Voy a la iglesia. La encuentro abierta porque ha venido Teresa. ¡Qué bien! Me saluda. La saludo por señas porque sigo afónico. Me voy al confesonario y pongo la calefacción a 24ºC. Intento leer alguna estampa de Gracia de Cristo pero me duermo.
Tercia.
11:00
Misa de la feria privilegiada del 19 de diciembre. Submissa voce porque sigo afónico.
11:45
Vuelvo a sentarme, envuelto en mantas, en mi sillón. Me entrego a la lectura de La taberna voladora, de Chesterton.
13:45
Voy a comer a casa de dN&P.
14:30
Nos despedimos. Visita al Santísimo, paracetamol y a la cama.
17:15
Voy a la iglesia para la primera confesión de los niños que comulgarán en mayo. Diez penitentes, muy bien. Me quedo en el confesonario para rezar vísperas porque se está muy calentito.
Teresa me dice que ha venido Analía. Salgo del confesonario, voy a la casa abadía, bajo con una cestita de Navidad, se la doy a Analía y salgo para Los Montesinos. Voy con tiempo.
Hay un coche bloqueando la puerta de mi garaje. Desde que toco el claxon por primera vez hasta que la amable conductora sale de la panadería y se lleva su coche, el semáforo se ha puesto en rojo cuatro veces y han pasado diez minutos largos. Ahora voy con el tiempo justo.
18:30
Misa no cantada sino tosida en Los Montesinos. Submissa voce, porque sigo afónico. Me ayuda José Antonio. No puedo dejar de recordar que, la primera vez que me ayudó en el altar, era un enanito. Ahora me saca cuatro cabezas. En la primera fila está su hermana María Cristina. Muy bien.
19:15
Vuelvo a San Miguel.
Más y Más.
20:10
Aparco en el garaje.
Me envuelvo en una manta y me siento en el presbiterio para mirar fijamente al sagrario.
20.45
Cierro la iglesia y voy a la casa abadía con la compra.
Me preparo una cena ligera.
Empiezo a escribir esto. Empiezo a tiritar un poco. Me tomo un paracetamol y me apresuro a terminar de escribir esto.
¡Uy, don Javier, que ya la ha pillado! ¡Cuídese mucho no vaya a tener que pasar la Navidad en la cama! Espero que se mejore.
ResponderEliminarGracias, Mercedes.
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