martes, 12 de diciembre de 2023

Diario. Martes, 12 de diciembre de 2013

 martes, 12 de diciembre de 2023

4.00

Me despierto. Me levanto.

Oficio de lectura. 

Me acuesto. Me duermo. 

7:15

¿Hace frío en el Paseo? La verdad: no. 

Abro la iglesia y enciendo las luces y las velas del altar.  

Laudes. 

Oración. 

8.00

Apago las velas y voy a la casa abadía para tomar un café con leches y para recoger mi maletita. 

8:30

Salgo para el obispado. No tengo ninguna prisa porque la reunión con el obispo es a las 10:00. Voy rezando los misterios dolorosos con el papa Benedicto XVI. 

  Al llegar al Realengo, paro en la gasolinera porque he terminado con los misterios dolorosos y quiero poner mi lista de poemas preferidos de YouTube sin infringir ninguna norma de circulación y sin poner en peligro mi vida. 

Al llegar a Alicante calculo que me da tiempo a pasar por La Torre antes de ir al obispado. Voy a La Torre, dejo allí mi maletita, doy trescientos pasos (del coche a la balsa y de la balsa al coche) y salgo para el obispado.

9:45

Al llegar al obispado saludo a Óscar que está detrás del mostrador de recepción y me pregunta: «¿Es usted Fancisco Hualde?». Como ha acertado dos de cuatro, le digo que sí. Me comunica que, en el departamento de nóminas, arden en deseos de verme. Le digo que vengo en mi calidad de coordinador de tanatorios y pregunto que si sabe dónde es la reunión. Me dice que nadie le ha informado de que tal reunión  vaya a tener lugar. Me retiro del mostrador para observar el belén que han puesto cabe el mostrador. Oigo a otro sacerdote que saluda a Óscar y le pregunta si la reunión de coordinadores de tanatorios va a ser en la sala de obispo Leproso. Oigo a Óscar que responde algo así como: «esa sala está reservada para una reunión de profesores de modo que los coordinadores de los tanatorios tendrán que pàsar por encima de mi cadáver si quieren reunirse allí». Justo entonces llega otro sacerdote que saluda al primero  con un abrazo y le dice: «La reunión es en la sala Fratelli tutti». Charlando amigablemente, ambos suben por las escaleras hacia a la sala Fratelli tutti. Yo me quedo mirando el belén que está rodeado de una como muralla de ponsetias. luego me uno a un grupo de sacerdotes que se ha reunido en la entrada. Nos saludamos. Ya son las 10:10. Entonces aparece el vicario de pastoral que nos invita a bajar por las escaleras hasta el sótano donde tendrá lugar la reunión de coordinadores de tanatorios.                          

11:30

La reunión ha terminado. No ha habido que lamentar víctimas. Don Aurelio me recuerda que el lunes tenemos reunión de arciprestazgo. Vuelvo a mi coche algo aturdido, como siempre después de una reunión sacerdotal. 

11:40

Me siento en mi León. Intento recapacitar un poco y me quedo dormido. 

12:00

Me despierto en mi león. Rezo el Ángelus y salgo para La Torre. 

12.20

Llego a La Torre y riego las plantitas. 

Pongo en la biblioteca los libros que he traído de San Miguel. 

13:00

Nona. 

Salgo para Torrellano. 

13.45

Aparco en Torrellano y miro el WhatsApp. 

14:00

Pido en Juanin un plato de fabada y unas pechugas de pollo empanadas. AZV me devuelve una llamada. La invito a cenar en Madrid el 22 de enero con MAQP y la animo a invitar a su primo IPZ. 

14.30

Pago y vuelvo a la Torre.

15:00

Sentado en sillón de la abuela Paquita me entrego a la lectura de la Comedia. 

16:30

Dejo la lectura al final del canto XXVIII del Paraíso, que dice asína: e vero fruto verrà doppo ‘l fiore. 

Salgo para San Miguel. 

17.15

Llego a San Miguel. Teresa está con los niños de catequesis y me ha dejado todo preparado para la misa. 

17.30

Misa de la memoria de la Virgen de Guadalupe. 

18:00

Antes de salir para Los Montesinos me da tiempo a  rogar a Teresa que haga una labor para el sagrario del hospital. me responde: «Nada más fácil». 

18:20

Llego a Los Montesinos y encuentro un wasap del arcipreste que me recuerda que tengo que celebrar en Los Montesinos. El pobre arcipreste vive siempre en un «ay» con mis despistes. 

Le mando un wasap: «Estoy en LM». 

Habría que contar más cosas pero son las nueve de la noche y mi teléfono —un teléfono muy inteligente— me recuerda que es hora de irse a la camita. 

Ya.

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