jueves, 14 de diciembre de 2023

Diario. Jueves, 14 de diciembre de 2023

 jueves, 14 de diciembre de 2023

8:00

Bajo las escaleras de la casa abadía y me sale al paso Sergio. Nos saludamos. Me pregunta que como he dormido y, sin entrar en detalles, le digo que bien. ¿Y él? Él apenas ha dormido. ¿Ha pasado frío? No, sino que la incertidumbre lo ha tenido en vela. 

A trotecito lento recorremos el Paseo hasta la iglesia. La abro, enciendo las luces y saludo al Santísimo con una genuflexión. Sergio se quita la gorra y se santigua. Me da su tarjeta: «Sergio Jara. Maestro relojero». Le pregunto si aún está en condiciones de arreglar relojes y me contesta que puede arreglar relojes de pared, como los que aparecen en la tarjeta, y que espera poder volver a arreglar todo tipo de relojes cuando le operen del ojo derecho. 

Le hago una llamada para que tenga mi teléfono y le informo de que es mi intención sentarme a mirar fijamente al sagrario. Él me dice que agradece infinitamente mi hospitalidad de anoche y pregunta si, por ventura, podrá volver a molestarme esta noche, caso de que su hija no se avenga a recibirlo en casa. Le digo que sí, que no es molestia. Creo que me entiende porque me da las gracias y se va. 

Oficio de lectura y laudes. 

Meditación con el evangelio de san Marcos. 

9:00

Joan no va a venir porque está en Colorado Springs. Teresa no va a venir porque ha muerto la hermana de Vicente. Laura no va a venir porque, al no venir Teresa, si yo fuese a buscarla nadie podría devolverla a casa. Me toca prepararlo todo para la exposición con el Santísimo y la misa. Ya está.

Ahora hay que abrir la caja que mandaron ayer de San Jorge y colocar las botellas de parafina en el cajón que arreglé ayer o antier. Ya está. 

Tercia.

Ahora hay que ir al banco para pagar las facturas de San Jorge.

Ahora hay que anotar los movimientos del banco en las cuentas de la parroquia. 

Me llama Sergio. Su hija se niega a recibirlo en casa. Le ha permitido entrar para lavarse y coger algo de ropa limpia. ¿Tiene dónde comer? Va a ir a Torrevieja para comer con un amigo. 

10:20

Vuelvo a la iglesia. Acaba de llegar Andrés. Me revisto y doy el primer toque de Misa. 

Andrés incoa el Pange lingua. Empieza la exposición del Santísimo. 

11:00

Misa de la memoria de San Juan de la Cruz. Me acuerdo de algunos poetas que me honran con su amistad y de doña Aurora Pimentel que escribió ayer un lindo twitt sobre las celebraciones de diciembre. 

11:30

Carmen y doña Nati, viendo que no han venido ni Joan, ni Teresa ni Laura, acuden en mi auxilio para recogerlo todo. Doña Nati, que cada jueves trae diez dólares para contribuir al pago de los servicios del maestro organista, anuncia que ha olvidado el monedero en casa. Registro mis bolsillos y solamente hallo dos billetes de cinco dólares, una moneda de mil guaraníes y una moneda de un florín. En cestillo de la colecta hay tres dólares. Andrés, poniendo cara de músico incomprendido, empieza a recordar los tiempos en que los maestros organistas eran estimados por todos… Voy corriendo a la casa abadía, rebusco por todas partes y vuelvo a la iglesia con ciento cuarenta dolares. Cuarenta son para Andrés. 

Nos despedimos y salgo para La Lloseta. 

Tengo que parar en una gasolinera de BP para repostar. Pago 70 dólares con algunos centavos. Me quedan 30 dólares en el bolsillo. Me siento rico. 

12:50

Llego a La Lloseta con diez minutos de retraso. El círculo ha comenzado. 

14:00

Salgo para Torrellano porque he quedado con MGC para comer. 

14:15

Llego al restaurante Juanín quince minutos antes de la hora fijada con MGC. 

14:20

Llega MGC cargada de regalos, como siempre. Llega diez minutos antes de la hora convenida, como siempre. Me felicita porque, por primera vez en la vida, he llegado antes que ella. 

15:30

Nos despedimos. Ella se va a La Horna, yo a La Torre. 

16:00

Hay que regar las plantas. Ya está. 

Hay que dar con el paradero de ciertas piezas de la vajilla —un par de vasos y una taza de café— que, al parecer, se extraviaron. Ya está. 

Habrá que rezar los misterios luminosos. Se pueden rezar paseando por el  palmeral arriesgándose a morir aplastado por una palmera tumbada por el viento. Se pueden rezar en la ermita, ante la imagen de la Virgen  del Carmen. Como he venido sin casco, opto por la ermita. 

Vísperas.

17:15

Salgo para San Miguel. 

18:00

Hay que mirar fijamente al sagrario.

18:30

Cierro la iglesia y voy a la casa abadía. 

Empiezo a anotar los gastos del día. Suena el timbre. Bajo para abrir la puerta, es Sergio. No tiene ganas de hablar ni de cenar. Agradece, en cambio, y mucho, las mantas que han traído Teresa doña Nati. 

Lo dejo descansar en paz. 

Yo, en cambio, sí necesito cenar algo. Ya está. 

Hay que tender la ropa de la lavadora que puse de mañanita. Ya está. 

Hay que preparar una catequesis. Ya está. 

20:56

Me llama el vicario de zonas. Que si puedo hacer un responso en el tanatorio el sábado a las 11. Que sí.

Hay que avisar en Fbk y en la lista de difución de la parroquia que el sábado no habrá misa de 11 en San Miguel. Ya está. 

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