sábado, 27 de septiembre de 2025

Diario. Sábado, 27 de septiembre de 2025

La Torre

sábado, 27 de septiembre de 2025

San Vicente de Paul


0:00

En El Paseo sigue la fiesta. ¿Dormir? ¡Oh, no! ¡Imposible!

Oficio de lectura. 


0:30

Sigue la fiesta. 

Me pongo una orejeras de protección auditiva Peltor H4A, que me regaló mi hermana María, y me aplico a la lectura de Mil ojos esconde la noche (2).


1:00

¡Albricias! Con Y nos dieron las diez, de Sabina, acaba la fiesta. 

Cierro la novela y me acuesto esperando que cesen los últimos ruidos del Paseo y llegue, por fin, el conticinio. 


MISA


A las once celebro la misa de la memoria de san Vicente dePaúl. La celebro por Miguel. Sus deudos dejan en el cestillo un sobre que contiene un generoso donativo. ¡Gracias, san Vicente de Paul!

YOUTUBE


San Vicente de Paúl

De par en par (3)

Munilla sin complejos

Los diez grandes libros de teología.


LECTURAS


Nehemías.

Evangelio de san Mateo. 

Mil ojos esconde la noche. 

Riesgos y derivas de la vida religiosa.

De la cábala al progresismo. 

Confesiones. 



¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y he aquí que tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te andaba buscando; y deforme como era, me lanzaba sobre las bellezas de tus criaturas. Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo. Me retenían alejado de ti aquellas realidades que, si no estuviesen en ti, no serían. Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y ahuyentaste mi ceguera; exhalaste tu fragancia y respiré, y ya suspiro por ti; gusté de ti, y siento hambre y sed; me tocaste, y me abrasé en tu paz.



Da lo que mandas y manda lo que quieras. 


LA TORRE


Después de comer en casa de doña Nati, salgo para La Torre huyendo de la fiesta que están preparando debajo de mi ventana para esta noche. 

Al llegar a la Torre observo un amontonamiento de juguetes en el camino de entrada. Colijo que hay niños y espero que estén acompañados de alguien con uso de razón. Mando un mensaje al grupo La Torre: «¿Quién está en La Torre?». Me responde Ana: «Están Isa y Antón con sus hijos y con unos amigos». 

A eso de las ocho y media recibo un mensaje de Isa: «Hola tío, estamos haciendo una barbacoa en el palmeral». Le digo que ya he cenado —cinco huevos de codorniz con chorizo de Pamplona— pero que iré a saludar antes de acostarme. 

A eso de las nueve menos cuarto paso a saludar. El ambiente en el palmeral es excelente. Todas las luces encendidas, olor a barbacoa, once niños que ríen con el que trepa a un árbol y lloran con el que se cae del árbol, seis adultos que parecen haber venido al mundo para darme la bienvenida… 

Me invitan a una copa de vino tinto.

A eso de las nueve y cuarto me despido personalmente de Isa —muac, muac—, de Antón —estrechando su mano— y —levantando los brazos y agitando ambas manos— de todos los demás. 

Vuelvo a mi piso y escribo esto.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Es usted muy amable. No lo olvide.