San Miguel de Salinas
martes, 30 de septiembre de 2025
San Jerónimo
LA MAÑANA
La lluvia ha dejado limpísimo el aire y todo.
Antes de misa de once hay que ir al banco.
En la misa de once —memoria de san Jerónimo— hay que encomendar a Enrique, el maestro, a Doriannys y a Mariángeles, que cumple años.
Después de misa de once hay que atender a Zakaría que necesita ropa de abrigo. Trasteamos en el despacho de Cáritas y llena cuatro bolsas con mantas y eso. Luego hay que llevarlo a su casa con el cargamento.
Hay que terminar el expediente matrimonial de Kevin y Emma: delegación para el archidiácono, comunicación al juzgado y comunicaciones a las parroquias para la anotación marginal.
Hay que poner una lavadora con ropa de casa, tender la ropa, poner una lavadora con manteles de altar, recoger la ropa tendida, tender los manteles, recogerlos y llevarlos a la iglesia.
Hay que leer:
Las Confesiones de san Agustín.
El libro de Nehemías.
El evangelio de san Mateo.
LA TARDE
Antes de las seis hay que comer con doña Nati y con Samira, hay que hacer la visita al Santísimo, volver a la casa abadía, saludar a Zakaría que me está esperando el puerta para regalarme unas uvas, darle las gracias, poner las uvas en la nevera, reposar un poco, recitar vísperas y los misterios dolorosos y sentarse para mirar fijamente al sagrario.
Hay que cerrar las cuentas de septiembre y limpiar a fondo el despacho parroquial.
También hay que leer el correo. Hay uno muy interesante. Dice así:
«Soy la enfermera Elizabeth Maradonna, del Hospital General de Watford. Una mujer que ha estado luchando por su vida en nuestro hospital, llamada Sra. Mary Ange, quien falleció ayer, dejó un cheque a su nombre por la suma de un millón quinientos mil dólares (1,5 millones de dólares estadounidenses).
Dejó este nombre: ( PADRE JAVIER VICENS, el párroco de la iglesia de NUESTRA SEÑORA DE MONSERRATE ) y esta dirección de correo electrónico: (yovicens@gmail.com), para contactarlo y asegurar que este dinero se le envíe correctamente, según sus últimas instrucciones, para una donación benéfica. También le pidió que orara por ella mientras se unía a su creador. Soy la enfermera que la acompañó antes de su fallecimiento. Por eso me comuniqué con usted, Padre.
Le daré más instrucciones sobre cómo recibir este dinero tan pronto como tenga noticias suyas.
Espero su respuesta urgente, Padre.
¡Gracias!
Saludos cordiales,
Enfermera jefa Elizabeth Marradonna
Hospital General de Watford.»
A las seis hay que volver a la iglesia para saludar al archidiácono y a los novios irlandeses. Necesito que el novio me descifre el nombre de la parroquia en la que fue bautizado porque el certificado está escrito a mano y no hay quien lo entienda.
Después de las seis hay que ir a la pescadería para comprar dos colas de merluza, una pata de pulpo y otras cosas. Ahora que soy millonario, puedo permitírmelo.
Hay que volver a la casa abadía para tomar un poco de queso suizo con pan y vino españoles.
Hay que escribir esto.
…
He compartido en el chat familiar la buena noticia de la fortuna que acabo de heredar.
Mis hermanas han prometido rezar fervorosamente por Mary Ange y han preguntado que si esa piedad las hará partícipes de la fortuna.
Pablo me ha instado a contestar cuanto antes y he propuesto esta respuesta:
«Querida Elizabeth Mercadona:
Estoy desolado. Ayer mismo estuve hablando con los hijos de Mary Ange, Tommy y Jerry, y me dijeron que su querida madre se estaba recuperando muy bien de la operación de amígdalas».
La respuesta ha merecido la aprobación general. Algunos han puesto palomitas en el chat como diciendo: «esto se pone interesante».
OH NUIT
A las ocho he puesto la merluza en una bolsa y he salido para la casa de Ana Isabel y de Wilder.
En un abrir y cerrar de ojos, Ana Isabel ha preparado dos fuentes, una con patatas —para el pulpo— y otra con patatas, pimiento y cebolla para la merluza. Entre tanto, Wilder y yo hemos sofrito unos ajos con guindilla añadiendo el jugo de un limón a la salsa.
A las diez he vuelto a casa pasando por la iglesia y he escrito esto.
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