San Miguel de Salinas
jueves, 18 de septiembre de 2025
A las ocho y media, cuando salgo de La Torre, ya se ha puesto el sol.
Voy sin prisa, rezando los misterios gozosos con Benedicto XVI.
Poco después de entrar en la autopista, hay una retención. Algo ha debido de pasar con un camión que está en el arcén. Delante de él han estacionado un espectacular vehículo de bomberos con tantas luces que parece una feria.
La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
Recuerdo que no tengo leche en la nevera y decido parar en el área de servicio de Elche. Gloria al Padre y al Hijo…
Pongo el intermitente para entrar en el área de servicio y…
¡Oh! ¡Un control de la Policía Nacional!
Un policía me hace señas con una espada láser para que me detenga. Me detengo inmediatamente. Estoy como a unos veinte metros de él. Me hace señas para que me acerque a él con parsimonia. Obedezco. Ya estoy cabe él. Bajo la ventanilla y el volumen del móvil donde Benedicto XVI ha empezado ya con el Nacimiento de Jesús en Belén.
El policía me saluda y pregunta:
—¿A dónde va?
Carraspeo un poco y —con el hilillo de voz que me ha quedado tras la última crisis bronquial— contesto:
—A San Miguel de Salinas.
Él sonríe y, como hablando para sí, oigo que dice:
—Lleva el alzacuellos.
Luego, saludándome otra vez, añade:
—Buenas noches, Padre. Pase.
Yo también lo saludo y me despido moviendo la mano como el Papa cuando va en el papamóvil y diciendo con voz cascada:
—Dios lo bendiga.
Compro la leche y —de paso— una botella de gazpacho y una bandejita de chorizo.
Reanudo el viaje y el rezo del rosario. Ofrezco lo que queda por ese amable y culto policía que sabe lo que es un alzacuellos y que me ha mirado con simpatía.
Cuando llego a San Miguel encuentro a Delia ensayando en el coro con el coro.
Luego, en la casa abadía, me preparo un vaso de gazpacho y una tostada con chorizo y abro una botella de vino tinto de Rioja —Beronia, reserva 2019— que me ha regalado hoy mismo MGC. ¡Qué amable!
Me siento en el despacho y me pregunto si debería empezar a leer los dos mil quinientos mensajes del WhatsApp o si, por el contrario, tendría que escribir esto.
Escribo esto.
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Es usted muy amable. No lo olvide.