San Miguel de Salinas
sábado, 11 de enero de 2025
8:00
Abro la iglesia. Wilder me está esperando. Se lleva mi coche para lavarlo. Yo me quedo.
Oficio de lectura y laudes.
Me siento para mirar fijamente al sagrario. Me distraigo un poco con el Árbol de Navidad desmantelado.
9:00
Gran desorden en la sacristía con las cajas del Belén y todo eso por el suelo. Se me ha olvidado darle una bolsa de naranjas y limones a Wilder.
Consulto la epacta, voy a la casa abadía, recojo la ropa que tendí allí y abro el correo que saqué antier del buzón. Cartelería fina del obispado y el boletín que nos anuncia una reunión online para el lunes a las 10:30. Tenemos que instalar un nuevo programa de contabilidad parroquial y nos van a explicar los sortilegios necesarios para que funcione.
10:00
Leo las lecturas de la fiesta del Bautismo del Señor y hago un esquemita para la homilía.
10:25
Oigo el primer toque de misa y colijo que ha llegado Joan. Recojo todo, voy a la iglesia, saludo a Joan y me meto en el confesonario.
Tercia.
11:00
Misa.
Acabamos con el antepenúltimo villancico de estas Navidades.
11:45
Paso por el cajero automático para ver si ha llegado un ingreso que espero. Ha llegado. Me felicito.
En el despacho parroquial actualizo las cuentas y divago un poco pensando que es una pena tener que sustituir mi hoja de cálculo —tan querida— por un programa de contabilidad ignoto.
Pongo los pies en la tierra y rezo el Ángelus justo cuando las campanas dan las doce. Luego busco algunos textos para el retiro del martes.
12:45
Trasteo en las RR SS y leo un resumen de prensa y algo de la revista Omnes.
Escribo una cartita al Consejo de Pastoral comentando la Instrucción La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia. La dejo reposar porque me ha salido un poco larga: tres páginas con letra Baskerville de 15 puntos.
13:41
Wasap de Mariano Bas para recordarme que tenemos pendiente una comida.
Wasap de MGC. Que si podemos comer el jueves en Torrellano. Que sí.
Me llama Prado. Me pone al día de las andanzas de César Jr, Nuria, Mará José, David y los nietos. Agradece y mi invitación pero me explica con su voz cantarina y clara que necesita tiempo para acostumbrarse a vivir sin César Sr. También me dice que lee estos diarios y que no quiere retrasarme porque sabe que doña Nati me estará esperando para comer y me promete que me mandará un escrito que escribió César Jr la noche en que murió su padre. Nos despedimos.
14:05
Voy a casa de doña Nati. Samira se ha tomado un día de asueto pero han llegado —y han preparado la comida— Roberto tío y Roberto sobrino.
Roberto sobrino nos instruye sobre el modo de preparar unas carrilleras con vino y verduras. Hay que guisarlo en una cazuela durante casi cuatro horas. Luego hay que mechar la carne, triturar la verdura, hacer una masa con el mejunje y cubrirla con puré de patata. Luego hay que meterlo en el horno para que se dore el puré. Nos enseña fotos del plato.
A la hora del café se repite el ritual chino. Doña Nati se levanta, va a la cocina y me trae un café negro, cremosito, oloroso, perfecto. Luego me mira fijamente y, en cuanto me lo he zampado, me pregunta: «Te hago otro». A veces cedo a la tentación. Hoy no.
15:00
Me llama Ana Isabel. Que está en el garaje con mi coche. Me despido de doña Nati y de sus Robertos y voy al garaje para saludar a Ana Isabel y para recuperar mi coche. Charlamos.
Luego entro en la iglesia para hacer la visita al Santísmo.
Luego —venciendo la tentación de ir a la casa abadía para dormitar en un sillón— me siento para mirar fijamente al Santísmo. He vencido la tentación, pero no el sueño. Paseo un poco por las capillas laterales y vuelvo a sentarme ante el sagrario. Me distraigo con el Árbol de Navidad y con la receta de Roberto y con el sueño. Otro paseo por las capillas laterales y otra sentada. Así media hora.
15:45
Vuelvo a la casa abadía y leo un capítulo de Caminando por valles oscuros. Memorias de un jesuita en Gulag. El libro me lo trajeron los reyes por encargo de María. ¡Gracias, María! Me está haciendo mucho bien. Cuando estoy a punto de lloriquear porque tengo sueño o porque hace frío o porque nadie me comprende, me acuerdo del siervo de Dios, Walter J. Ciszek en Lubianka o en Siberia y me da la risa.
Misterios gozosos.
16:30
Salgo para Torremendo.
16:53
Wasp de CB: que si podemos celebrar una misa en el hospital por el hijo del doctor R que murió el mes pasado y por el padre del doctor R que murió la semana pasada. Que sí.
17.00
Misa en Torremendo.
Al terminar, cantamos el penúltimo villancico de estas Navidaes
18:00
Misa en San Miguel.
No cantamos.
18.45
Me despido de Teresa, cojo el portaviático y salgo con mi coche limpísimo para llevar la comunión a dos amables ancianos.
19:40
Vuelvo a San Miguel.
Vísperas.
Consulto la epacta otra vez porque me asalta una duda: ¿La colecta de mañana es imperada? No. La del domingo que viene sí.
20:10
En la casa abadía me preparo una cena ligera con las viandas que me trajeron los Reyes. ¡Gracias!
La cena me reconforta tanto que —poseído de un espíritu enérgico— friego los platos a mano y luego friego la cocina, el aseo, el despacho y el baño.
21:00
Vuelvo a la iglesia, rezo completas, apago las luces y cierro las puertas.
21:15
De vuelta a la casa abadía sonrío a un hombre joven que juega en El Paseo con dos niñas. La niñas ríen.
Me pongo a escribir todo esto oyendo desde mi despacho las risas de las niñas en El Paseo.
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