San Miguel de Salinas
domingo, 2 de febrero de 2025
De mañanita, oigo la charla de don José Ignacio Munilla intitulada Jesús no fue un yogui.
10:00
Torremendo. Tercera misa de la Candelaria.
11:00
Los Montesinos. Cuarta misa de la Candelaria.
12:30
San Miguel. Quinta misa de la Candelaria. Siempre me hace gracia, de esta fiesta, el contraste entre el anuncio de lo que parece la llegada de un Rey que vendrá subido en un elefante —¡Va a entrar en Rey de la Gloria! Portones, ¡alzad los dinteles!— y lo que encuentra Simeón cuando —impulsado por el Espíritu— corre al templo para contemplar la entrada de ese Rey glorioso largamente esperado: un bebé.
14:30
Voy a comer a casa de doña Nati.
…
Encuentro en X este poema de Jesús Cotta publicado por Rialp en Dios en la poesía actual.
ARGUMENTUM CARDIOLOGICUM
NO puedes no existir. Qué dirán erigidas a un vacío las cúpulas,
dónde apuntan entonces las torres de Gaudí,
qué demuestran las Vías, para quién las tocatas,
la Pietá, los iconos, los cantos de los mártires.
Di dónde irán los muertos, dónde el conde de Orgaz,
por quién estará llorando aún la Macarena
y el tañido de cien millones de campanas,
para qué las pirámides y para qué el cometa
que guió a los Reyes Magos.
Qué sugestión sufrieron Juan Diego y Bernardette
y san Juan de la Cruz, qué arrebató a los místicos,
qué hacía un neandertal enterrando a su amada,
en qué estaba pensando el desgraciado.
Y, sobre todo, si no existes,
qué dirá mi valquiria, mi ángel de la guarda,
y Homero y Gilgamesh y Adán cuando se enteren,
qué pobres girasoles girando en torno a nada.
…
Hoy he terminado la lectura de Caminando por Valles oscuros, regalo de Reyes (Magos). ¡Gracias!
En El diario de la felicidad, Steinhardt cita En la colonia penitenciaria, de Kafka. Interrumpo la lectura de Steinhardt para leer el relato de Kafka.
«El principio según el cual yo decido es: la culpa es siempre indudable. Otros tribunales pueden no seguir este principio, puesto que constan de varios miembros y tienen además por encima de ellos a otros tribunales todavía más importantes. Éste no es aquí el caso (…) Quería usted que se le explicara este caso; es muy sencillo, como todos. Un capitán ha puesto la denuncia hoy por la mañana en la que se acusa a este hombre, que le ha sido asignado a él como asistente y duerme ante su puerta, de haberse quedado dormido durante el servicio. Tiene el deber de levantarse cada hora y saludar ante la puerta del capitán. Deber nada difícil, ciertamente, pero muy necesario, puesto que el asistente tiene que mantenerse fresco tanto para la vigilancia como para prestar servicio. El capitán quiso comprobar la pasada noche si el asistente cumplía con su deber. Abrió la puerta al dar las dos y lo encontró acurrucado durmiendo. Cogió la fusta y le cruzó la cara. Ahora bien, en lugar de levantarse y pedirle perdón, el hombre agarró a su superior por las piernas, lo zarandeó y le gritó: «¡Deja ese látigo o te devoro vivo!». Éstos son los hechos. El capitán se presentó ante mí hace una hora, le tomé declaración y enseguida dicté la sentencia. Después hice encadenar al hombre. Todo fue muy sencillo. Si hubiera tenido que citar primero al hombre e interrogarlo, lo único que hubiera conseguido es enredarlo todo. Él habría mentido, y si yo hubiera conseguido desmontar sus mentiras, las habría sustituido por nuevas mentiras, y así sucesivamente. Pero ahora lo tengo y ya no lo soltaré nunca. ¿Está ahora todo aclarado?
…
También interrumpo a cada paso la lectura de Mil ojos esconde la noche, para consultar en la Wiki las biografías de los personajes que desfilan por sus páginas.
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Es usted muy amable. No lo olvide.