martes, 4 de noviembre de 2025

Diario. Martes, 4 de noviembre de 2025

 San Miguel de Salinas

martes, 4 de noviembre de 2025


Como ayer fue san Martín de Porres y no barrí nada, hoy dedico las primeras horas de la mañana a asear la casa abadía. 

A las nueve y media voy a la iglesia —que aún huele a incienso por el funeral de ayer— y me dedico a colocar las cosas en su sitio. El comulgatorio —que se retira hacia un lado cuando hay funeral para poder poner el féretro en el centro— tiene que volver a su sitio. El cirio pascual —que se pone junto al féretro— tiene que volver al bautisterio. El incensario y la naveta tienen que volver a la sacristía. El acetre y el hisopo tienen que volver al interior de la pila bautismal. 

Si la iglesia huele a incienso, la sacristía huele a Jasmin. Muy bien. 

Como no viene Joan, tengo que preparar el cáliz, las vinajeras, el lavabo, el misal, el libro de la sede y el leccionario. Con el leccionario me equivoco y señalo las lecturas de mañana. También tendría que sacar la llave del sagrario pero se me olvida. 


A las once, misa de once. Luego Carmen, Manola, María, Antonia y yo vamos en mi Lamborghini al cementerio. Entre los cinco sumamos trescientos setenta años. Muy bien. 


Misterios dolorosos paseando por el cementerio. 


A las dos comida en casa de doña Nati. 


Dedico la tarde al despacho parroquial virtual. Gracias al WhatsApp concierto dos bautizos, me comprometo a atender dos convivencias del Camino, me entero de que MGC y RP han competido como pareja en el campeonato de bridge y han ganado,  pongo en contacto a los nuevos catecúmenos con sus catequistas…


Fiel a mi propósito de escuchar por orden cronológico todas las composiciones de Brahms, me entrego a los Cuatro duetos, op 28. Brahms tenía veintisiete añitos cuando los compuso. Es una música muy civilizada, Bien. Pero sigo prefiriendo a Liszt. Hasta ahora, lo único que me ha emocionado un poco ha sido el primer concierto para piano. No entiendo por qué fue tan mal recibido —cuando se estrenó en Hamburgo— por los hamburgueses y las hamburguesas. 

Como los Cuatro duetos son cortitos, me entrego a los Dos motetes para coro mixto a cinco voces a capella. Lo siento, Brahms sigue pareciéndome pesadito. Tengo que perseverar en mi propósito para mejorar mi gusto musical. 

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