Diario. Miércoles, 28 de mayo de 2025

San Miguel de Salinas

miércoles, 28 de mayo de 2025

7:00

Abro la iglesia y salgo para el hospital. Me dirijo hacia el ανατολικά y el sol recién nacido me da en los ojos. Solamente me libro de esa tortura cuando llego a la carretera de la costa y me dirijo al βόρεια.

7:40

Empieza, puntualmente, la misa de 7:40. Desde el ofertorio, la entera congregación —que incluye al sacerdote— está vuelta προς τα ανατολικά. Y no pasa nada. 

…

Vuelvo a San Miguel pasando por la azotea del hospital. En la radio, la fachosfera anda revuelta porque el PSOE —el partido que asesinó a Calvo Sotelo, llevó a España a una guerra atroz, organizó una amable checa en Madrid para torturar a los pilluelos, montó un grupo terrorista con el bonito nombre de «Grupo antiterrorista» y gobierna hogaño con los terroristas a los que antaño quería liquidar sin juicio— ha vuelto a las andadas y planea deshacerse de cualquier juez, policía, periodista, obispo o empresario que lleve la contraria a su amado líder. 

…

10:30

Me siento en el confesonario. Un penitente. Muy bien. 

11:00

Segunda misa del día. Desde el ofertorio, la entera congregación —que incluye al sacerdote— está vuelta προς τα ανατολικά. Y no pasa nada. 

…

Paso la mañana en el despacho parroquial.

Mi meditativa atención se concentra en los graves asuntos atingentes al gobierno y administración de una parroquia católica. 

Claro que, de vez en cuando, como quien no quiere la cosa, me relajo un poco para leer por placer:

1. En Maestros y místicas medievales, el tercer capítulo dedicado a Juan Irlandés Eriúgena. 

2. En el tomo cuarto de los Sermones parroquiales, el dulcísimo sermón que Newman tituló El rigor de la ley de Cristo. 

14:00

Voy a casa de doña Nati. 

Las dos teles —la del recibidor y la del comedor— están conectadas a Eurosport o algo así. 

Acaráz —184 cms de altura— se enfrenta a un húngaro gigante: 195 cms de altura. 

…

He tratado de evangelizar a doña Nati llamándola a la conversión y todo eso pero ella —fascinada por el espectáculo televisivo— no solamente no parecía conmovida por mis palabras sino que mostraba cierta impaciencia por despedirme.

En su descargo he de decir que me ha preparado unas viandas para la cena. 

…

La tarde —desde las tres hasta las nueve— ha transcurrido como un parpadeo o, mejor, como un titilar de estrella: ανοιγοκλείω τα βλέφαρα. 

Con todo y con eso ha habido tiempo para rezar, para leer, para pagar ciertas deudas, para cobrar otras, para ir a Más y Más, para charlar con Juli, con Wilder y con algunos otros, para responder a uns cincuenta wasaps, para cenar y para escribir esto:

Εμείς οι ισόβιοι Έλληνες.