sábado, 3 de mayo de 2025

Diario. Sábado, 3 de mayo de 2025

 San Miguel de Salinas

sábado, 3 de mayo de 2025


8:00

Abro la iglesia. 

Oficio de lectura y laudes. 

Me siento para mirar fijamente al sagrario. 


9:00

Me llama Óscar, que viene a verme. 

Lo espero en el rincón de San Miguel. 

Llega y charlamos largamente. Inma me comunica que su padre acaba de morir. Quieren que el entierro sea mañana a las 17:30. 

10:00

Me despido de Óscar y voy a la casa abadía y, mientras pongo una lavadora y me preparo un café con leche pongo algunos anuncios en Fbk. 

Tercia. 

Leo las lecturas del domingo y el comentario de Vanhoye. 

Lectura de I Samuel. 

Lectura del Evangelio. 

Me llama Bruno. Que ha desmontado el mecanismo de la llave de contacto de mi Lamborghini, que no puede hacer un puente, que va a dejar el coche en Más y Más y va mandar la pieza al concesionario. 

Mensaje a Rosario: Que pasaré esta tarde por La Torre para traerme un coche de allí. 


11:10

Me llama Joan. Voy a la Iglesia. 


12:00

Primera comunión de Irene, con coro y todo. 

Entre sus amigas veo —imposible no reparar en esa sonrisa— a Camila. 


13:00

Tiendo la ropa.

Llamo a Wilder para pedirle que me lleve a La Torre esta tarde. 

Lectura del Diario de la Felicidad. 


14:00

Como con doña Nati, Eva, Irene y Raúl. Miguel no ha venido porque está celebrando el día con los quintos. 

Raúl ha traído unas patatas hervidas con su piel y todo que son un prodigio. 

¿Hablamos del apagón? Sí. 

También hablo con el tanatorio de Torrevieja y con el archidiácono porque hay otro entierro mañana a las 18:30. 


15:00

Visita al Santísimo. 

Recojo algunos libros en la casa abadía y voy al garaje de Más y Más para sacar de mi coche el carnet de conducir y las llaves de La Torre. Voy a casa de Wilder.


15:30

Aparecen Wilder y Ana Isabel y salimos para La Torre. 

Aprovecho el viaje para comprar billetes de tren. Ida y vuelta a Madrid en AVE el 27 de mayo, en coche silencioso: 43, 20 euros. Una ganga. 


16:15

Dejo en La Torre los libros que he traído, saludo a Jacobo y a Juan que se están preparando para volver a Madrid, me despido de ellos, y tomo posesión de un pequeño Ford Fiesta que tiene unos treinta años y solamente 120.000 kms. Ideal para mí. Wilder promete que lo limpiará esta semana. Me felicito. Me despido de Wilder y de Ana Isabel porque ellos van a aprovechar para pasear por el puerto y yo tengo que volver a San Miguel. 


16:45

Salgo para San Miguel. 

Misterios gozosos con BXVI. 


17:30

Llego a la gasolinera de San Miguel y lleno el depósito con gasolina de 65 octanos. A continuación, como todas las calles están cortadas porque hay una carrera de bicis, busco un aparcamiento a la intemperie. Hallo uno no lejos de la casa abadía. Me felicito. 


17:45

Voy a la casa abadía y trasteo en las RR SS.


18:00

Me llama Carmen. Que si no hay misa. Que sí, que a las 20:00 porque ha empezado el horario de verano. Qué ah, que pensaba que el horario de verano empezaba el sábado que viene. 

Voy a la iglesia.

Vísperas. 

Me siento para mirar fijamente al sagrario. 


18:50

Vuelvo a la casa abadía.

Empiezo a leer Figurantes de Javier Aranguren

«Cuando era adolescente nos pidieron en el colegio que leyéramos un libro de Azorín». 

Cierro los ojos y evoco el colegio en el que estudiamos Javier Aranguren y yo. 

«Se titulaba Memorias de un joven filósofo… la edición era mala y las páginas se despegaban al pasarlas ».

Cierro los ojos y veo el librito azul de Austral: Las confesiones de un pequeño filósofo. Y recuerdo que, en efecto, aunque uno tratase el libro con delicadeza, era imposible leerlo sin desencuadernarlo todo. 


19:30

Suenan las campanas. Colijo que Teresa ha llegado a la iglesia. 


20:00

Misa de la víspera del tercer domingo de Pascua. 

La lectura del Evangelio es una maravilla de emoción y de misterio y solamente me pregunto por qué le han cortado esa escena maravillosa en la que san Pedro va paseando por la playa con Jesús y ve que el discípulo amado va detrás de ellos y pregunta a Jesús en plan coleguita: «¿Qué hacemos con este?». Justo entonces Jesús —que no era papista ni clerical— lo pone en su sitio: «¿Y a ti qué te importa?». 


21:00

Como la carrera de bicis ha terminado voy a recoger mi Ford Fiesta. Aprovecho para hacer una compra en Más y Más donde solamente se habla del Lamborghini del cura que está varado en el aparcamiento. 

Hago mi compra humildemente y voy repartiendo bendiciones claras y explicaciones confusas. 

Y luego aparco el FF en el garaje de la parroquia, apago las luces y cierro las puertas de la iglesia, vuelvo a la casa abadía, preparo una cena ligera, la bendigo con la fórmula de Camila, me la zampo y escribo esto.

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