martes, 7 de mayo de 2024

Diario. Martes, 7 de mayo de 2024

 martes, 7 de mayo de 2024

San Miguel de Salinas


Anoche cené con Matthew en El Cucharón. Se disculpó y se lamentó muchas veces por el hecho cierto de que ya no habla español con la fluidez de antaño y traté de consolarlo —fue un éxito mío y suyo porque se rió mucho— hablándole en inglés.



Mi doña Aurora P me manda un poema estupendo de Jesús Cotta. El poema empieza asina:

Once muchachos son

los que mi madre cuenta

desde el balcón.


Hoy, como es martes, no tengo que ir a hospital y puedo dedicar la mañana a leer y a preparar la catequesis de adultos: una catequesis muy larga sobre la Historia de la Iglesia en Españita. He empezado, claro, por el siglo I: Santiago, san Pablo  y los siete varones apostólicos. 

No debe extrañarnos que apenas quede memoria de ellos en España. A la fin y a la postre, la Españita de entonces —la de las calzadas y los teatros y los acueductos romanos— era una provincia del Imperio mucho más interesada en el AVE y en la PAX romana que en SHALOM de unos extranjeros.

Debería hacernos sonreír que, a la vista de los resultados obtenidos por esos vagabundos pacíficos, haya aún en Españita mozalbetes que quieren cambiar el mundo quemando contenedores en honor de Marx, del Che Guevara y de la Justicia Social. 



Encuentro en La Nueva Jerusalén, de Chesterton, una brillante reflexión sobre lo que él llama «elevada incongruencia» en la relación del cristianismo con el paganismo y que resume en un «amar y, sin embargo, abandonar». Aduce el ejemplo de san Agustín que «lloraba en voz alta frente a la antigua belleza»; el ejemplo de los monjes medievales que copiaban «los poemas paganos al tiempo que negaban las leyendas paganas»; el ejemplo del Dante que se despide con pena de Virgilio para seguir su ascensión hacia el Cielo y, por último, el ejemplo de los papas renacentistas que copiaban los templos griegos pero no adoraban a los dioses griegos. Con agudeza de crítico literario y de poeta, Chesterton da una clave para entender muchas leyendas medievales: «la imagen de un caballero besando a Venus antes de matarla». La Nueva Jeusalén —guía obligada de peregrinos a Tierra Santa— no es un libro de viajes y, quizá, solamente puede entenderse si se lee como  chesterbook. 

«Amar y, sin embargo, abandonar». Tengo que interrumpir la lectura justo en el momento en que leo: «Esta elevada incongruencia no es congruente con el Islam». Me resisto  a abandonar la lectura y sigo: «El Islam, como he dicho, toma todas las cosas literalmente, y no sabe jugar con nada». Me acuerdo  de Quintana Paz, filósofo juguetón por excelencia, y revuelvo las páginas de La nueva Jerusalén para hallar el párrafo donde se ha dicho que el Islam peca de literal. 

Reencuentro entonces la descripción de un beduino que medita en el desierto ante una palmera —como un árbol esquemático— que configura,  literalmente, el universo de Mahoma. 

Amar y, de momento, abandonar esta lectura. 



Teresa me ha dejado un montón de expedientes matrimoniales en la sacristía. 

En cada uno de ellos ha puesto esta nota: «Preparar comunicado para el juzgado». 

Me aplico a la poesía pura:

«Javier Vicens y Hualde, párroco de San Miguel Arcángel, en San Miguel de Salinas, al Juez encagado del Registro….». Me encanta  la poesía pura. 



Desde el grupo de WhatsApp del Arciprestazgo me invitan a una reunión.  

Lugar: Casa abadía del párroco de la Zenia.

Día: Miércoles 8 de mayo de 2024.

Hora: 21.00.

Motivo: Enfrentamiento entre el Real Madrid y el Bayern de Munich. 

¿Van a reunirse para contemplar un espectáculo violento y deportivo?

Sí. 

Mi primera reacción es de ira. 

Luego me sereno y mando un mensaje al grupo: «Si me mandáis las coordenadas llevaré el vino». 



Doña Nati se ha ido a hacer el Camino de Santiago. Se fue ayer. 

Iba yo a salir para el hospital cuando encontré la puerta del garaje bloqueada por un coche de la Guardia Civil. Entonces me dirigí a la panadería donde suelen desayunar los agentes y me salió al encuentro doña Nati para pedirme la bendición del viaje. Luego se fue.

La echo de menos desde ayer. Dios la bendiga y la guarde y nos la devuelva a casa sana y salva. 

Aviso de Amazon: que han dejado un paquete en casa de doña Nati. Los calcetines que pedí ya obran en mi poder. ¿Será que ha llegado Ejecutoria, de don EGM?.

Voy a casa de doña Nati con la esperanza de encontrar a Samira.

Cerrado está el mesón a piedra y lodo.

Nadie responde…

De vuelta a la casa  parroquial recuerdo que el domingo tenía que haberme tomado las tres pastillas amarillas pequeñas y que no me las tomé porque se habían acabado.

Voy a la farmacia. 

Vuelvo a la casa abadía con las pastillas amarillas, con un tubo de Paradontax y con un tique que dice:  «Total: 6,09. IVA: 0,19». 

Anoto los gastos en mis cuentas.

Ingiero tres pastillas amarillas  pequeñitas y una pastilla amarilla grande. 



Respuesta del cura de La Zenia. Me manda las coordenadas de la casa abadía con este cariñoso mensaje: «Qué alegría, Javier». 

Respuesta al cura de La Zenia: «Vinum laetificat cor hominis. (Psalm 104)». 



Vuelvo a leer el poema que me ha mandado esta mañana mi doña. Y  acabo el día como empecé: sonriendo.

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