lunes, 13 de mayo de 2024

Diario. Lunes, 13 de mayo de 2024

San  Miguel de Salinas

lunes, 13 de mayo de 2024


Camila hizo su primera comunión ayer —día de la Ascensión— en La Torre.  Llevaba un par de días con un dolor de garganta al que ella misma quitaba importancia asegurando que se debía  «a la emoción». Estuvo todo el tiempo simpatiquísma, guapisima y serena —como siempre—.

Pregunté a uno de los invitados:

—¿A qué te dedicas?

Y él,con acento francés:

—Soy médico, trabajo en en el hospital Quirón.

Y yo:

—Vaya, soy el capellán de allí. ¿Cuál es tu especialidad?

Él:

—Soy  otorrino. 

Yo, de sorpresa en sorpresa:

—Vaya, estoy medio sordo desde que tuve el Covid en enero.

Él, amabilísimo:

—¿Puede venir a la consulta mañana a las nueve?



Esta mañana he desayunado a las 6:30 en la panadería: café con leches y un cruasán.

A las 7:30 estaba en el hospital. 

A las 8:00 he celebrado la primera misa de la Virgen de Fátima. Había que encomendar a ciertas Fátimas y a ciertos esposos que hoy celebran su aniversario de bodas.

A las 9:00 estaba en la consulta del otorrino. 

Me ha dicho que no me pasa nada y me ha recetado un par de cosas para la mucosa nasal. Desde entonces —aunque sigo medio sordo— me encuentro mucho mejor. 



A las once he celebrado la segunda misa de la memoria y a las 12:30 he salido para Benejúzar para hacer una romería al santuario de la Virgen del Pilar de Benejúzar con don AFM y don  José Antonio.

Como siempre, me he perdido. He preguntado a una vecina muy amable que me ha indicado el camino, me ha contado gran parte de su vida y me ha dicho que tienen en Benejúzar un párroco estupendo. 

Después de la romería hemos comido en un pinar. Como yo no había llevado comida, he practicado —con éxito— la mendicidad.

Como don José Antonio tenía prisa, don Antonio y yo lo hemos despedido y hemos entrado en un bar para tomar un café. La cafetera estaba averiada pero el dueño del bar —un individuo enorme y simpatíquísmo— nos ha ofrecido un granizado de café con leches y, mientras lo bebíamos, nos ha anunciado que no pensaba cobrarnos ni un céntimo pero que, a cambio, esperaba que rezásemos por él porque él no reza y necesita un milagro. A continuación nos ha contado su vida y nos ha mostrado un tatuaje que cubría todo su formidable brazo derecho y en el que podía verse el retrato de dos niñas, sus dos hijas. Justo esntonces ha dicho: «Miren, ahí viene la pequeña». Y, en efecto, ha entrado en el bar una niña mínima y sonriente. 

El padre:

—Saluda a los padres.

Y ella nos ha saludado gentilmente estrechando nuestras manos.

Esto no debo olvidarlo.



21:30

Vuelvo a casa. He estado viendo otro episodio de The Crown con doña Nati. Samira está pachucha. Doña Nati ha vuelto de su peregrinación a Santiago fresca como una lechuga.  

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