jueves, 1 de abril de 2021
A las 16:00 vuelvo con Wilder a la iglesia. Comprobamos que ya han traído las flores del altar. Muy bien.
Wilder va a oficiar como turiferario por primera vez así que ensayamos una vez. Otra. Otra vez.
«Je, je» —pienso para mí— «se diría que lo ha estado haciendo toda la vida». Muy bien.
A las 17:30 salimos para Torremendo. Nacho lo ha preparado todo. Muy bien
De 18:00 a 19:00, misa de la Cena del Señor en Torremendo. Muy bien.
A las 19:05 Wilder y yo salimos de Torremendo para San Miguel. El aforo permitido en la iglesia —setenta y cinco almas— está completo.
De 19:30 a 20:00, misa de la Cena del Señor en San Miguel. Empieza Teresa con una monición para advertir que la colecta se destinará a Cáritas. Muy bien.
Después de la Misa y de la reserva del Santísimo, Wilder me ayuda a mover la pesada roca que sostiene la gran Cruz del presbiterio —y la misma Cruz— en el centro del presbiterio. Luego me ayuda a poner la imagen de la Dolorosa en un pedestal junto a la Cruz. Doña Nati se ofrece a hacernos un caldo de pescado para el ayuno y la abstinencia de mañana, Viernes Santo. Se lo agradecemos mucho con palabras de agradecimiento.
El altar queda desnudo, como mandan las rúbricas.
A las 21:30 nos despedimos para que a Wilder le de tiempo a volver a casa antes del toque de queda que han decretado con su autoridad las autoridades.
Antes de salir apagamos las velas del monumento pero dejamos encendida una lamparilla roja que titila como diciendo: «aquí estaré toda la noche».
Muy bien.
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