sábado, 25 de abril de 2020

Trigésima séptima homilía en una iglesia vacía

sábado, 25 de abril de 2020
San Marcos

Si hoy no estuviéramos celebrando la fiesta de san Marcos, habríamos seguido leyendo el discurso del Pan de Vida en el evangelio de san Juan. 
Pero estamos celebrando la fiesta de san Marcos, uno de los cuatro evangelistas con san Mateo, san Lucas y san Juan. 
No formaba parte del grupo de los doce apóstoles pero conoció a Jesús y fue una especie de secretario de san Pedro. 
Era primo de san Bernabé y, con él, acompañó a san Pablo en el primer viaje misionero. Se ve que no pudo aguantar el ritmo de san Pablo y decidió volverse. A san Pablo eso no le sentó muy bien y cuando iba a emprender su segundo viaje no quiso llevarlo consigo. 
Esto nos puede pasar a todos: alguien nos decepciona y le ponemos una etiqueta que dice «con este no se puede contar». O, al revés. Tenemos un fracaso, decepcionamos a los demás y nosotros mismos nos ponemos la etiqueta: «no valgo para nada».
Lo bueno de la historia de Marcos es que, aunque decepcionó a san Pablo, no decpcionó a Dios. Su primo Bernabé siguió confiando en él y para san Pedro fue como un hijo. Acompañando al príncipe de los apóstoles oyó su predicación y escribió el más breve de de los cuatro evangelios. Esta mañana el Papa Francisco nos ha puesto deberes: leer el evangelio de san Marcos que es muy cortito. 
Pero aún hay algo mejor en esta historia de san Marcos. No solamente no decepcionó a Dios sino que el mismo san Pablo, preso en Roma, en la carta a Timoteo pedía que le mandasen a Marcos porque le era de gran ayuda. 
Los únicos que nunca discuten son los que nunca trabajan juntos, los que no se hablan ni se tratan. En la familia, en la Iglesia y entre amigos puede haber discusiones pero si todos tenemos el corazón puesto en lo que importa, en Cristo y en el anuncio del evangelio, no decepcionaremos nunca a Dios y todo acabará bien. 
Santa María: te llamamos, con razón, Reina de los Apóstoles. Ayúdanos a cumplir con esa misión que tu Hijo nos ha encomendado de llevar el evangelio en el corazón y en los labios para que donde haya un cristiano sea alabada la Santísima Trinidad. 

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2020 April 25, Saturday
Saint Mark

If today we were not celebrating the feast of Saint Mark, we would have continued reading from the Gospel of Saint John, the Bread of Life speech.
But we are celebrating the feast of Saint Mark, one of the four evangelists with Saint Matthew, Saint Luke and Saint John.
Saint Mark was not part of the group of the twelve apostles but he knew Jesus and was a kind of secretary to Saint Peter.
He was a cousin of Saint Barnabas and, with him, he accompanied Saint Paul on the first missionary journey. Apparently he could not bear the stress of following Saint Paul and decided to turn back.That let Saint Paul  down and, when he was about to undertake his second journey, Saint Paul did not want to take Mark with him.
This can happen to all of us: someone disappoints us and we put a label on that person which says "you can't count on this one." Or vice versa. We have a failure, we disappoint others and we put a  label on ourselves: "I'm useless."
The good thing about Mark's story is that, although he disappointed Saint Paul, he did not disappoint God. His cousin Barnabas continued to trust him and for Saint Peter he was like a son. Accompanying the prince of the apostles he heard his preaching and wrote the shortest of the four gospels. This morning Pope Francis has given us homework: to read the Gospel of Saint Mark, which is very short.
But there is still something better in this story of Saint Mark. He did not disappoint God and, furthermore, when Saint Paul was imprisoned in Rome,  he wrote a letter to Timothy asking that Mark should be sent to Rome because he was of great help to him.
The only ones who never argue are the ones who never work together, those who don't talk or relate to each other. There can be discussions in the family, in the Church and among friends, but if we all have our hearts focused on Christ and on the proclamation of the gospel, we will never disappoint God and everything will end well.
Holly Mary, we call you Queen of the Apostles. Help us to fulfil that mission your Son has entrusted us: to carry the gospel in our hearts and on our lips so that, where there is a Christian, the Holy Trinity will be praised.

4 comentarios:

  1. Thank you, really appreciate the English version. Teresa

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  2. Aquí se habla la paz interior sentirse bien con lo que haces también se habla de evitar bien las disputas. Este segundo Evangelista, intérprete de Pedro y primer obispo de la Iglesia de Alejandría, qué escribió cuanto oyó en público a su maestro Pedro más conforme con la verdad de los hechos que con el orden. Es el segundo Evangelista en orden de tiempo según palabras de San Jerónimo que no fue testigo de lo que escribió pero que escribió apoyándose en el testimonio personal de su maestro San Pedro pudiéndose considerar a su Evangelio como el propio de San Pedro. La narración de San Marcos es objetiva y verdadera en cuanto a su contenido, aunque no siempre nos haya conservado el orden con que se dieron los hechos. Que refleja los recuerdos personales de San Pedro, la sencillez y frescura juvenil de este Evangelio lo colocan en el plano primero de las frescura históricas de Jesús. A pesar de su brevedad. El estilo de todo el libro es particularmente sencillo, carente de todo artificio, cómo corresponde al carácter llano, abierto y obrero, de Simón Pedro pescador del lago de Galilea.

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  3. Se ve que usted ya ha hecho lod deberes. ¡Bravo!

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Es usted muy amable. No lo olvide.