La Torre
domingo, 10 de agosto de 2025
Último día en la Torre, misa del día con la ermita llena. Breve homilía por ser tiempo de melones.
Patricia me invita a cenar a la Casa Grande.
San Miguel de Salinas
lunes, 11 de agosto de 2025
A las ocho y media o así digo «adiós» a La Torre donde todos duermen.
Vuelta a Sa Miguel y a la maravillosa rutina de un cura de pueblo. Hay que ir al banco, celebrar la misa de once, preparar el retiro de mañana…
Como en casa de doña Nati.
Por la tarde me llama el arcipreste: que si puedo ir al hospital para dar la unción a una paciente. Que sí, que claro.
Y voy al hospital y encuentro allí a Mari y a su hija Maria del Mar, de Guardamar. ¡Santas mujeres! Entre ellas hablan en valenciano y, aunque les digo que me hablen también a mí en su lengua, no les sale. Mari dice que está dispuesta a morir cuando Dios quiera porque aquí ya no tiene nada que hacer. Su hija entonces le dice algo así como: Tens que viure pa donarme alegría. Y Mari se ríe un poco
El pueblo está semidesierto en agosto. Cierro la iglesia a las nueve y escribo esto.
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