jueves, 22 de mayo de 2025

Diario. Miércoles, 21 de mayo de 2025

 San Miguel de Salinas

miércoles, 21 de mayo de 2025


7:00

Salgo para el hospital

7:20

Preparo el altar para la misa de san Cristóbal Magallanes y compañeros mártires. 

7:40

Primera misa. 

8:15

Salgo para San Miguel. 

8:40

Oficio de lectura y laudes. 

Me siento para mirar fijamente al sagrario.

9:30

Termino la lectura del primer libro de Samuel. 

Lectura del evangelio. 

Hablo con Anne Purdone. Está en Glasgow, atendiendo a un hijo hospitalizado. 

Llega Joan, me revisto y voy al confesonario. 

Me llama Noelia para saber si Cloe tiene catequesis el viernes. Le digo que sí. 

Me escribe Jaime para decirme que viene a La Torre con Pupé y que me invitan a comer, a cenar, a desayunar y a todo. 

Llamo a Bruno para saber cómo está. 

Viene Gloria y me pregunta por Arantxa.

11:00

Segunda misa de san Cristóbal Magallanes y compañeros mártires. 

11:33

Escribo a Teresa para decirle que estoy libre y que voy a estar todo el día en San Miguel. Me contesta: que viene. Y en efecto, viene.  Charlamos brevemente. 

Me escribe doña Nati. Que, por favor, le lleve los ajos que le prometí el otro día. 

Viene Steffany, de Costa Rica, con su bebé de semanas y una hija de unos nueve años y con su hermana que trae en brazos a otra niña. Quieren bautizar a la bebé de semanas. Nos sentamos en la terraza de JJ para planear la cosa en sí. Los padrinos vendrán el trece de junio, hasta entonces no podemos tener la charlita de preparación. Le paso el dato al archidiácono. 

Sexta. 

Llaman, o escriben o vienen algunos padres de los niños que hacen la comunión el sábado para saber cuándo serán las confesiones. 

13:40

Llevo los ajos a doña Nati y, ya puestos, me uno al aperitivo con  Eva y Samira. 

14:30

Me despido de doña Nati y de Samira que me han preparado una cesta de Caperucita para la cena. 

Visita al Santísimo. 

Misterios gloriosos paseando por los altares laterales. 

15:00

Me siento en la casa abadía para escuchar Ode on Intimations of Immortality y otros poemas románticos. 

¿Por qué razón los poetas románticos españoles me parecen risibles? ¿Por qué razón es oír que «la princesa está triste» y vomitar? 

15:45

Mari Luz —respondiendo a mi llamada de auxilio— se ofrece a asistir a la reunión de arciprestazgo que tendrá lugar en Los Montesinos esta noche. 

Me pongo a recolectar los documentos que debo mandar a la gestoría para que me hagan la declaración de la renta. La recolección exige, entre otras cosas, llamar a cierto banco de Madrid, al IOR y a un mi encargado de negocios en George Town. 

16:53

Mando otro mensaje pidiendo auxilio. Esta vez va para Belén. 

Voy a la iglesia para dejarlo todo en manos del Buen Dios mirando fijamente al sagrario. 

17:40

El Buen Dios ha escuchado mi oración y ha tocado el corazón de Belén que —por WhatsApp— me manda un sí a todo. 

Cada vez que el Diablo cierra una puerta, el Buen Dios —por medio de San Miguel y de sus ángeles— abre una ventana. 

¿Qué puedo hacer sino ir a la iglesia para dar gracias a Dios mirando fijamente al sagrario?

18:00

Voy a la iglesia para dar gracias a Dios mirando fijamente al sagrario. 

18:33

Zakarías, el argelino, quiere verme. Quedamos para tomar un café en el JJ.

El JJ está casi cerrando. Nos tomamos deprisa el café —yo— y el agua sin  gas —Zakarías— y lo pago todo yo y nos vamos a Más y Más para hacer una compra. 

Luego lo llevo a su casa para que no tenga que arrastrar la compra por las calles de San Miguel. 

Vuelvo a la casa abadía fantaseando: me han tocado diez mil dólares en la lotería y llamo a Zakarías para decirle que yo, JVH, presbítero de la Iglesia Católica, voy a resolver todos sus problemas de un plumazo.  

Espera un momento, Vicens. ¿Te han tocado diez mil dólares? No, Señor. Entonces: ¿por qué fantaseas como si fueras rico?

Ya que me lo preguntas, amabilísimo y terrible Señor, te diré que —desde que el Malo nos dijo «Seréis como Dios» y le creímos— tendemos los hijos de Eva a fantasear un tantico. 

20:00

Me preparo una cena ligera. 

20:30

Salgo para Los Montesinos. 

21:00

Empieza en Los Montesinos la reunión de Arciprestazgo. 

22:30

Termina la reunión. 

23:00

He rezado completas y he cerrado la iglesia.

miércoles, 21 de mayo de 2025

Diario. Martes, 20 de mayo de 2025

 San Miguel de Salinas

martes, 20 de mayo de 2025


6:00

Me despierto en La Torre. Mi teléfono me recuerda que debo tomarme las pastillas amarillas pero no las he traído. Me levanto, cierro las contraventanas y me vuelvo a dormir. 


7:00

Ahora sí, me levanto. 


7:30

Me preparo un desayuno de mesa y mantel con lectura de periódicos y todo, como un señor. 


8.00

Después de recogerlo todo, voy a la ermita.


9:00

Voy a dedicar la mañana a pasear, a leer y a escribir. 


13:30

Voy a comer a Torrellano con Joaquín. 


15:30

Nos despedimos. Vuelvo a La Torre. Misterios dolorosos por el palmeral. Veo seis conejos y una culebra de unos mil metros. 


16:30

Trasteo en las RR SS, leo El diario de la felicidad… 

Los papelitos que manda el banco con información sobre las cuentas son ideales para tomar notas al dorso. No tomo notas largas, me limito a poner el número de la página y la idea que quiero resaltar. Por ejemplo: 

407 Novela policiaca y misterio.

411 Ionesco: El asesino sin sueldo

414 La + es la única clave. 

418 Solamente el estado de felicidad demuestra que perteneces al Señor. 

421 El cristiano no puede estar enfadado con nadie ni descontento de nadie… excepto de sí mismo. 

447 Occidente ya no cree en sí mismo. 

449 Pecado del siglo XX: el angelismo. 


Las tormentas de ayer provocaron cierta agitación en algunas almas buenas de San Miguel, de resultas de lo cual me van llegando algunos mensajes angustiados: «Mi hija hace la comunión el sábado. ¿Podemos hablar?». Otros tipo Charo: «Soy la mamá de X. No sé que está pasando en la parroquia pero no voy a pelmitir (sic) que me jodan (sic)». 


Como es mi día de asueto, conforme leo un mensaje:

—sonrío,

—rezo la oración a San Miguel Arcángel compuesta por el Papa león XIII,

—paso al siguiente mensaje. 

18:00

Vuelvo a la ermita. El Santísimo no está reservado en el sagrario pero —entiéndaseme bien— no importa. Uno se pone a mirar fijamente la imagen de la Virgen del Carmen y lo ve a Él. 

Quien me mira —dice ella— lo ve a Él

Y es asina. Y quien diga lo contrario miente y se lo digo en sus barbas. 


18:40

Salgo para Los Montesinos. 


20:00

Misa de la memoria de san Bernardino de Siena. 


21:30

Cuando llego a la casa abadía, me basta con abrir la puerta para saber que una hada buena la ha visitado y bendecido en mi ausencia. 

Antes de prepararme una cena ligera llamo a Ana Isabel para darle las gracias por haber pasado por mi casa mil gracias derramando. 

Después de prepararme una cena ligera, de bendecirla, de zampármela, de dar gracias al Buen Dios por eso y por todo, escribo esto. 

martes, 20 de mayo de 2025

Diario. Tormentas de primavera

 La Torre

lunes, 19 de mayo de 2025


Ayer, domingo, a las nueve y media de la mañana llegaba a Torremendo, recordaba que el pueblo estaba celebrando la romería de San Isidro en la pinada y, dando media vuelta, regresaba a San Miguel. 


A las doce empezaba la misa en San Miguel. Sin coro. ¿Por qué? Lo sabría más tarde: al parecer, los coristas habían sido agitados por un episodio borrascoso. 

Había pocos niños en misa y la congregación parecía algo tensa. A falta de coro, cantaba yo de lo lindo y mi voz quedaba eclipsada a veces por la voz de tenor de Zvignev, el polaco. 

Los niños de catequesis habían preparado unos rosarios para que yo los bendijera. Olvidé bendecirlos después de la homilía así que los bendije al final de la misa. Luego, vueltos hacia la imagen de la Virgen del Rosario, cantamos el Venid y vamos todos… Había un ambiente muy primaveral, a la vez festivo y amenazante. ¿No cesa, a veces, el alegre gorjeo de los pájaros de un modo repentino cuando se oye un trueno? Estábamos allí cantando como niños —despreocupadamente— a la Virgen pero yo presentía como la sombra de unos nubarrones. 

Recordé entonces la Cruz de mayo —toda florida— que hemos erigido junto a la puerta de la iglesia. Pedí al monaguillo que me trajera el acetre y el hisopo e invité a la congregación a congregarse en El Paseo, cabe la cruz de mayo. La bendije.

De camino hacia la sacristía iba saludando a unos y a otros. ¿Por qué —si todos parecían muy dichosos— sentía yo la amenaza de alguna furia?

Llegué a la sacristía y me despojé de los ornamentos. Estaban allí Ana Isabel y Wider sonrientes —como siempre— y muy primaverales. Justo entonces se desató sobre los tres una breve pero violenta tempestad. Pusimos cara de «aquí no ha pasado nada» 


A la una y media, Ana Isabel, Wilder y yo pasamos a recoger a doña Nati. Wilder nos condujo hasta la casa de Armin y Heidi y volvió a San Miguel con Ana Isabel. 

Heidi y Armin nos presentaron a sus amigos: Marian y Rolando. Luego nos sirvieron una sabrosa comida suiza rematada con tabla hispano-suiza de quesos y con un pastel de naranja y limón hecho por las mágicas manos de Heidi. 

A las cuatro y media, Wilder venía a buscarnos. Nos despedíamos de Armin, de Heidi, de Rolando y de Marian. Doña Nati, por ser chica, tenía que despedirse con tres besos —muac, muac, muac— de Armin, de Heidi, de Rolando y de Marian. Doce besos para una despedida. Pero yo, por ser cura, podía despedirme estrechando las manos de Armin, de Marian y de Roland y reservando el «muac, muac, muac» para Heidi. 


A eso de las siete y media me llamó el archidiácono y solamente entonces recordé que los de Torremendo —que estaban celebrando la romería de San Isidro— me esperaban a las ocho para la misa y la procesión. Salí pitando para Torremendo, claro. 

A eso de las diez terminaba el castillo de fuegos artificiales. Todos nos felicitábamos porque este año san Isidro nos ha bendecido con abundantes y benéficas lluvias. Hasta Emilio —el colmenero— estaba contento por las lluvias que traen flores y alegran a las abejas. 



Hoy es lunes. Son las cinco y media y me despierto y rezo laudes.


Son las siete menos cuarto y el cielo está ñublo —como a mí me gusta— y salgo para el hospital. 


A las ocho ya he celebrado, en el hospital, la primera misa del día. 


A las doce ya he celebrado la segunda misa del día. 


A las seis y media de la tarde ya he celebrado la tercera misa del día: un funeral en los Montesinos. 


A las ocho ya estoy en La Torre. Mi plan es dormir aquí, celebrar mañana en la ermita y salir luego para la estación donde tomaré un tren que me llevará hasta Madrid. Ese es mi plan pero Ana Isabel me manda un mensaje en el que me sugiere que revise mis billetes de tren porque a ella le suena que yo los había sacado para la semana que viene. 

Más razón que una santa tiene Ana Isabel: mi tren saldrá de Alicante el martes 27. 

Pues nada, a gozar de La Torre y de un día de asueto lejos de esa hermosa primavera de San Miguel que —si te descuidas— puede mandarte al infierno después de haberte prometido el cielo. 

domingo, 18 de mayo de 2025

Diario. Sábado, 17 de mayo de 2025

 San Miguel de Salinas

sábado, 17 de mayo de 2025


12:00

Ocho niños hacen su primera comunión. Teresa ha preparado hasta el último detalle. Los reúne en lo locales parroquiales, donde ha dispuesto también los ornamentos, y vuelve a la iglesia. 

Mientras me revisto rezo un avemaría con los niños. 

Están serenos. Nada de bobadas, ni de risitas nerviosas. Les digo: «Muy bien, en cuanto echemos a andar hacia la iglesia habrá empezado la celebración. ¿Qué tenemos que hacer durante la celebración?». Respuesta unánime: «Rezar». 

El reloj del campanario, que va un minuto adelantado, empieza a dar las doce. Les digo: «Procedamus in pacem». Me miran como diciendo «¿qué?». Y yo: «Es la hora, vamos».

Elegantes, con las manos juntas, avanzan sin hacer caso de fotógrafos, sin distracciones. Se ve que van rezando. 


13:00

Todo ha salido muy bien. No ha habido que lamentar víctimas y Delia —la directora del coro mágico de San Miguel— me dice que cuándo podemos hablar. Le digo que ahora. 

Vamos a los locales parroquiales y hablamos hasta la una y cuarto o así. Me cuenta cosas que me alegran y cosas que me consuelan y cosas que me aclaran otras cosas. 

Es maravilloso hablar con Delia. 


14:20

Acabo de despedirme de Delia cuando suena el teléfono. Es doña Nati. Que si voy. Que sí. 


18:00

Audio de Jose, monaguillo de los tiempos de Finestrat que ahora es profesor de música. Quiere saber:

1. Cómo estoy.

2. Si estoy contento con el Papa León. 

3. Si recuerdo que tenemos una comida pendiente. 

20:00

Misa de la víspera del quinto domingo de pascua. 

Al terminar, doña Nati me hace saber que a partir de las nueve y media recibe en su casa y que si voy a visitarla no dejará de celebrarlo como una sorpresa agradable. 


21:30

Voy a visitar a doña Nati. 

Viene a abrirme la puerta porque Samira está de farra. 

Me saluda como quien saluda al que viene en nombre del Señor: «¡Oh, don Javier, que sorpresa tan agradable!». 

Doña Nati está viendo en la tele lo que parece ser un concurso de villancicos titulado Eurovisión. 

Lo celebramos mucho porque están poniendo imágenes de Suiza que me traen recuerdos de mi último viaje allí. ¡Es todo tan lindo en Suiza!

La primera canción es una especie de cacofonía zulú mal interpretada por unos chicos del Báltico que no parecen muy alegres. 

La segunda —por contraste— la canta una alegre española que, conforme avanza el drama, se va desnudando.

Antes de que la alegre española se quede totalmente en pelotas doña Nati carraspea, cambia de canal y me invita a servirme un güisqui. 

Cuando vuelvo de la cocina con mi vaso de güisqui, doña Nati ha puesto en la tele un programa de Antena 3 en el que cantan niños. Pero lo mejor es que ha llegado Raúl, nieto de doña Nati. 

23:00

Me despido de doña Nati y de Raúl. Hemos pasado un buen rato juntos.