sábado, 5 de abril de 2025

Diario. Sábado, 5 de abril de 2025

 San Miguel de Salinas

sábado, 5 de abril de 2025


Son las 20:15 cuando me siento ante mi Mc para escribir esta página de mi diario. Desde hace cosa de hora y cuarto una especie de grupo musical atruena el Paseo y hace temblar las ventanas de mi casa. No importa: ¿acaso nosotros, los hesicastas de toda la vida, no hemos alcanzado la paz perfecta por medio de la perfecta indiferencia?


De la música sincopada que atruena el Paseo y hace temblar las ventanas de mi casa desde las 19:00, diré lo que decía BXVI del rock: «demasiado dionisíaca para mi gusto». 


Pero vayamos al día. 


Antes de la misa de once, un penitente ha pedido confesión. Estas son las cosas que no pueden dejar de reseñarse en el diario de un cura puesto que producen una especie de jolgorio en el cielo y hacen que el cura dé por bien empleado el día. 


He dedicado el resto de la mañana a preparar la homilía del domingo, la meditación del retiro del martes y la charla cuaresmal del miércoles. 


Doña Nati ha preparado migas con melón. Muy bien. 


¿He ido a celebrar misa a Torremendo a las 17:00? Sí. ¿He celebrado? No. La misa en sufragio por el alma de Juan Manuel no era en Torremendo a las 17:00 sino en San Miguel a las 18:00. 

De todas formas, no he perdido el tiempo porque.

1) Le he llevado a Yoli unas nueces de regalo y un cascanueces de préstamo. 

2) He saludado al archidiácono y a Carla. 

3) He visto —con satisfacción— el progreso que están haciendo los pintores en lucha contra las humedades de la iglesia.


Liturgia de la campiña. Ahora veo por todas partes la echium plantagineum o buglosa o flor morada. Investigo un poco y me entero de que es tan venenosa como la adelfa. Hay que andar con pies de plomo. 


Misa de 18:00 en san Miguel. ¿Por Juan Manuel? Sí. 

Antífona de entrada: Attende Domine. 

Me alegra comprobar que ya se la saben algunos. 


Son las 20:59. Se ha hecho de noche y el ruido del Paseo ya no es dionisíaco sino, directamente, infernal. 



Interrumpo la escritura del diario para preparar, bendecir y consumir una cena ligera. 

Cuando vuelvo a mi Mc los demonios siguen atronando el Paseo a pesar de que la gente ha huido y solamente quedan algunos endemoniados y algunos borrachos aplaudiendo. 

Decido ir a la iglesia para rezar completas, apagar las luces y cerrar las puertas. ¿Iré repartiendo bendiciones? Tentado estoy de ir repartiendo buglosas. 

Diario. Viernes, 4 de abril de 2025

 San Miguel de Salinas

viernes, 4 de abril de 2025


7:00

Abro la iglesia, enciendo las luces y me dispongo a salir para el hospital. Un coche de la Guardia Civil bloquea la salida de mi garaje. Voy a la panadería donde están desayunando los guardias y los amenazo con freírlos a aranceles si no mueven el coche. Y es de ver como, incontinenti, la salida de mi carro queda expedita. 


9:05

Estoy saliendo del hospital para volver a San Miguel cuando llama mi atención una pradera cuaresmal toda cubierta de flores moradas. Detengo mi Lamborghini para observar detenidamente el fenómeno y fotografío muy de cerca algunas de esas humildes, silvestres y hermosas flores. Nada más sacar la foto, mi teléfono —que es muy inteligente— me informa de que esa maravilla cuaresmal es una echium plantagineum o buglosa o flor morada. 

Me hago cruces ante la belleza de esta primavera en Alicante y vuelvo a San Miguel sin prestar atención al sol o al cielo porque anda toda la belleza de lo alto derramada por la campiña. 

Sé que durará poco. Bastarán dos días de sol para agostarlo todo. No importa: cuando todo esté seco vendrán los turistas —que también son coloridos y alegres— y, poco después, florecerán las adelfas. 


11:00

Misa en San Miguel. Esto hay que consignarlo. Nunca jamás en mis recién cumplidos treinta y siete años de cura he sentido tanta paz y tanta alegría celebrando la misa como la que siento de ordinario cuando celebro en San Miguel. 


14:30

Llego al chino donde he quedado para comer con Noelia —concejala de Servicios sociales, Igualdad y Educación— y con Ricardo, jefe de la Policía Local. 

La propietaria del local —china por los cuatro costados— me reconoce, celebra chinamente mi llegada y mi puntualidad y me conduce a la mesa que ha reservado para mí, para Noelia y para Ricardo. 

¿Llegan —justo en ese momento— Noelia y Ricardo? Sí. 


16:45

Nos despedimos. Hemos hablado de todo. Ya somos amigos.  



Contarlo todo es imposible por ahora. 

Creo que llaman «influencers» o algo así a los que saben hablar en Tic-Toc de lo que pasó ayer o atier. 

Ya veremos qué pasa cuando comprendamos que las cosas que importan no están primero en las RR SS sino en Dios.

jueves, 3 de abril de 2025

Diario. Jueves, 3 de abril de 2025

 San Miguel de Salinas

jueves, 3 de abril de 2025


Cielo ñublo. Me alegro por las flores del campo. 


Exposición del Santísimo y misa con Andrés al órgano. 

Cantamos el Attende Domine en la comunión. Dice asina, más o menos: «Sé atento y amable, Señor con nosotros, los desatentos y antipáticos. No te lo pedimos con palabras porque, aunque supiéramos hablar, nos daría vergüenza abrir la boca ante ti. Mira, por favor nuestros ojos llenos de lágrimas».


Voy a La Lloseta porque es jueves. Don Javier M ha vuelto de Zaragoza con la trompa llena de noticias. 


Después de comer en Torrellano, regreso a San Miguel. Aquí y allá los campos muestran praderas cuaresmales cubiertas de ¿lavanda?Luciana dice que es lavanda pero podría ser salvia o espliego o cantueso. Las adelfas, en cambio, aún no han florecido. 


Termino la lectura de Una familia de bandidos en 1793. María de Sainte-Hèrmine acaba recomendando a sus nietos que no olviden nunca el lema de Bretaña: «Antes morir que pecar». Aunque, al parecer, el lema de Bretaña es «Muerte antes que deshonor». 


Me llama PB. ¿Podemos poner un horario de confesiones en el hospital? Nada más fácil: Lunes, miércoles y viernes de 8 a 8:30. 


Empiezo la lectura del libro de Rut. Noemí significa «mi dulzura». Con ese nombre llega a Moab. Allí va a enterrar a su marido y a sus dos hijos. Cuando vuelva a Belén pedirá que ya no la llamen «mi dulzura» sino «amargura». ¿Podrá el Señor cambiar su luto en danzas?


Voy a la iglesia para rezar. Se me antoja rezar con el Attende Domine. Enseguida viene Satanás 


Cierro la iglesia a las 19:45, después de rezar vísperas, para no tener que volver, otra vez, después de cenar. Pero, a las 20:00, me llama Wilder. Que ha venido a rezar y ha encontrado la iglesia cerrada y ha pensado que, a lo mejor, podía saludarme. Bajo al Paseo, sacudimos nuestras manos y lo invito al Collie. Él pide un agua de Vichy. Yo también y, además, una copa de Ribera del Duero y una tapa de ensaladilla rusa que va a ser mi cena ligera de hoy. 


Nos despedimos a las nueve. El cielo sigue ñublo y yo sigo contento por las flores del campo. 

Abril es siempre un mes amable en Alicante. Decir que es un mes apacible sería mentir, decir que es cruel sería exagerar. No hay mes cruel en San Miguel. 


¿Qué me impide, ya que estoy en el Paseo, entrar en la iglesia para rezar completas? Nada. 

Rezo completas en la iglesia —¡gracias, Wilder!— y vuelvo a la casa abadía. 


¿Son truenos eso que oigo mientras escribo esto? No son truenos sino atambores que anuncian la Semana Santa. ¡Dulce abril!

miércoles, 2 de abril de 2025

Diario. Miércoles, 2 de abril de 2025

 San Miguel de Salinas

miércoles, 2 de abril de 2025


A las siete menos cuarto de la mañana me encuentro con Bernardo en el Paseo. Él va a desayunar al bar del Borrascas y yo voy a abrir la iglesia. Nos detenemos para saludarnos y sacudir nuestras manos. Empieza bien el día. 


El doctor S me ruega que ofrezcamos la misa por un paciente suyo que acaba de morir y que le es muy querido. 


Tributo a El diario de la felicidad:

Denostar se conjuga como contar. Drago, el príncipe fundador de Moldavia, dio al principado el nombre de su perrita Molda que se ahogó en el río durante una cacería de bisontes. El populismo es un movimiento democrático no liberal. Kierkegaard: Lo contrario del pecado no es la virtud sino la libertad. 


Carlos Marín Blázquez recomienda La taberna ilustrada. Escucho la tertulia mientras tiendo la ropa, me preparo una cena ligera, la bendigo y me la zampo.

martes, 1 de abril de 2025

Diario. Martes, 1 de abril de 2025

 San Miguel de Salinas

martes, 1 de abril de 2025


April Come She Will. Empieza el segundo trimestre de este año que corre que se las pela. 


Bernardo se acerca a comulgar en la misa de once. He dado la comunión al último de la fila y, justo entonces, enfila él el pasillo central. Lo espero con el Santísimo en las manos. Viene sonriendo y trazando en el aire  la señal de la Cruz repetidas veces con su mano derecha. No cabe duda: me está bendiciendo. Se lo agradezco. 


Don Alfredo, mi indigno predecesor en la parroquia, ha venido hoy a comer con Gracia y José María a casa de doña Nati. Tras los postres, se va con Raúl que va a abrir la peluquería solamente para él. Aprovechamos para criticarlo. 


En el Rosario hay que encomendar a Bruno que se confirma hoy. 


Tomo de Steinhardt un aviso muy interesante para la Cuaresma. 

        Hay una tentación que viene de la parte del vicio y del mal pero hay otra que viene de la parte de la virtud y del deseo de perfección. Por allí vienen la devoción satisfecha de sí misma, el bien impuesto a la fuerza, la literatura ejemplar empalagosa, la moralidad condenatoria…


Durante la oración de la tarde me distrae la imagen de San José que sigue en el presbiterio —cabe el ambón— rodeada de calas blanquísimas y fresquísimas. 

Terminaron los siete domingos, llegó la fiesta, pasó la fiesta y pensé: «¿por qué no dejarla ahí hasta el final de marzo?». Ha acabado marzo y allí sigue. Y creo que la dejaré ahí mientras sigan llegando las calas del huerto de Josefa. 


A las 21:30 o así, cierro la iglesia y vuelvo a la casa abadía para escribir esto. La madre de Bruno me ha dejado un mensaje: «Qué emocionante. Ha confirmado don Juan Pedro, de la Vicaría I. Una homilía preciosa». 

Con el mensaje viene una foto de la Virgen del Recuerdo, patrona de la parroquia madrileña donde Bruno ha sido confirmado. La Virgen lleva en sus brazos al Bebé Jesús que, lanza en ristre, hiere al diablo. 

La imagen me gusta pero me gusta aún más el comentario lacónico de la madre de Bruno: «Así aprenden desde pequeños». 

lunes, 31 de marzo de 2025

Diario. Lunes, 31 de marzo de 2025

 San Miguel de Salinas

lunes, 31 de marzo de 2025


Son las siete de la mañana cuando salgo al Paseo. Ya no llevo el forro polar y no hace un frío que pela sino un fresco tonificante. 

A estas horas, en invierno, la plaza está silenciosa. Pero ya no es invierno y los pájaros lo saben y cantan. 

A estas horas, antier, había amanecido. Pero hemos adelantado los relojes y el sol lo sabe y sigue oculto tras la línea del horizonte. 

Hasta el cura más astuto del mundo puede engañarse con esto de las horas. Los pájaros y el sol, en cambio, no se engañan. 

Abro la iglesia, saludo al Santísimo con una inclinación profunda porque, aunque puedo arrodillarme, me cuesta mucho levantarme, enciendo las luces y salgo para el hospital. 

El cielo muestra un degradado de azules cuya parte más clara se deja tocar por los dedos de la Aurora, rosados como Domingo Laetare. 


La misa de siete menos veinte comienza puntualmente. Luego, cambiando mi rutina, rezo laudes, omito el oficio de lectura y me siento para mirar fijamente al sagrario. 

La oración fecha, recojo todo y, a las nueve menos cuarto, cabalgo de vuelta a San Miguel. 


Ya en San Miguel, me da tiempo a ir al banco para ingresar las colectas del fin de semana y para anotarlo todo en las cuentas parroquiales antes de la misa de once que empieza puntualmente.  


Después de la misa de once, en cuanto Joan se va, me recojo para rezar el oficio de lectura. 

La oración fecha, cabalgo hacia Los Montesinos donde tenemos reunión de arciprestazgo. 

Encuentro allí al arcipreste, a don José Antonio Gea, al archidiácono y a don Paco Miravete. ¿Y los otros diez? Don Ginés está en Irlanda, don Ramón Belda y don Fernando Galvañ han tenido algún problema con sus cabalgaduras pero no tardarán en llegar, los demás han sido heridos —esperemos que no mortalmente— por la primavera y andan postrados en cama o vagan sin sentido por el país. 


Llega don Ramón Belda. Termina la reunión. Se van don José Antonio Gea y don paco Miravete. El archidiácono y yo, en un aparte, organizamos los horarios de la Semana Santa en Torremendo. Se va el archidiácono y llega don Fernando. 


El arcipreste, don Ramón Belda, don Fernando Galvañ y otro discípulo, vamos —caminando— hacia La Posada. 

Del menú diré que está a quince euros. De los graves asuntos que tratamos durante la comida no diré nada. 


A eso de las tres y media, el arcipreste paga la cuenta y los demás le mandamos sendos «bizumes» o como se diga. 


Cabalgo en silencio de vuelta a San Miguel. Una vez allí hago la visita al Santísimo y, a continuación, paseo por los altares laterales recitando nona. 


Voy a la casa abadía. 

Quiero sentarme para ver y oír alguna charla de Fulton John Sheen pero veo que el Ra está en medio del pasillo. Lo limpio y lo pongo en la base de carga. 

Quiero sentarme para ver y oír alguna charla de Fulton John Sheen pero veo que aún hay ropa tendida por toda la casa, y que ya está seca. La recojo, la doblo y la guardo. 

Me siento para ver y oír una charla de FJS. Me sirve para aprender algo de inglés, de teología, de oratoria y de humor. Y, además, me pone de un humor excelente. 


Hay que volver a la iglesia para hacer el oficio de lectura y la oración de la tarde. 


Oración fecha, hay que cabalgar de nuevo hacia Los Montesinos. 


La misa de seis y media en Los Montesinos empieza con cinco minutos de retraso pero nadie se queja. 


19:10

Última cabalgata del día de vuelta a casa entre huertos de limoneros que —si Dios no lo remedia— serán mañana huertos solares, o sea, desiertos ganados por Green Peace para Iberdrola. 


19:30

Es de ver cómo el sol de poniente entra por las puertas de San Miguel —iglesia orientada hacia Oriente— pega casi de lleno en el sagrario. 

Hay que ponerse a adorar, claro. 


Hay que escribir esto. 

Ya está escrito, oiga.