San Miguel de Salinas
jueves, 11 de diciembre de 2025
Me despierto en La Torre. Muy bien.
La mañana transcurre apaciblemente entre lecturas y oraciones.
A las doce treinta mando un mensaje al obispo y salgo para La Lloseta.
A las dos y media me encuentro con MGC en Torrellano. Comemos y luego llena la maleta de mi coche con viandas: vino y jamón serrano para la comida de Navidad con los curas. ¡Qué amable!
Dejo el cargamento en La Torre y salgo pitando para San Miguel.
Llego con tiempo para preparar la exposición del Santísimo y la misa.
Andrés llega a tiempo para acompañar con el órgano.
Un penitente. Muy bien.
Después de misa había quedado con dos hermanas irlandesas que quieren bautizarse. Me llaman: que no pueden venir hoy.
Me llama Wilder: que si podemos hablar. Que sí. Que llega en veinte minutos. Justo lo que necesito para recoger el altar y rezar vísperas.
Llegan Wilder y Ana Isabel. Charlamos largamente. Luego vamos a visitar a doña Nati. Luego Ana Isabel y Wilder me ayudan a cerrar la iglesia y me regalan una botella de vino tinto de Jumilla. ¡Qué amables!
En el buzón de la casa abadía encuentro un montón de sobres y un paquete. Abro el paquete. Contiene dos bandejas de jamón ibérico envasado al vacío.
Llamo a María. ¿Me has mandado jamón? Sí. Ha llegado, gracias. De nada. ¡Qué amable!
Me preparo una cena ligera y escribo esto.
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Es usted muy amable. No lo olvide.