San Miguel
sábado, 13 de diciembre de 2025
Aparece la botella de Zacapa. La habían dejado en el bar del Borrascas. El sábado empieza bien.
Doña Nati me invita a comer en el Mesón el Prado con Gracia, José María, Irene y Raúl. Ya durante la comida empiezo a sentir ese dolorcillo muscular leve que suele ser al anuncio de la fiebre.
Después del café vamos a casa de doña Nati para abrir la botella de Zacapa. La propia doña Nati se zampa un chupito de ron. Muy bien.
Me despido y voy a la iglesia para rezar, preparar el altar y la homilía de la víspera del domingo Gaudete.
A las siete me meto en la cama y empiezo a tiritar. El termómetro marca 38,8ºC. Me tomo un Ibuprofeno y caigo en un sopor febril del que me despierto sudando. Muy bien.
domingo, 14 de diciembre de 2025
A las seis de la mañana comunico a don Isidro mi estado de postración y le ruego que celebre él las misas de Torremendo y de San Miguel.
Si no me equivoco, será la primera vez en treinta y siete años de sacerdocio que no celebro la misa del domingo Gaudete. Reflexiono sobre el fenómeno. En realidad, celebré la misa del domingo Gaudete en la víspera, con ornamentos rosados, homilía y todo. Pero, incluso en el caso de que no hubiera podido celebrar en la víspera, ponerse a gimotear por eso sería no haber entendido lo del Gaudete.
Muy satisfecho, me dispongo a celebrar todas las alegrías del domingo Gaudete sin salir de la cama.
Mando un mensaje al grupo de la capellanía del hospital para decirles que el lunes no iré a celebrar la misa.
lunes, 15 de diciembre de 2025
Paso el día en cama. Muy bien.
Por la tarde no solamente no tengo fiebre sino que el termómetro marca 35ºC que es la temperatura de la merluza.
De todas formas, cancelo mi cita con las hermanas irlandesas que quieren bautizarse.
Ya de noche, escribo al arcipreste para comunicarle que estoy recuperado y listo para volver al tajo.
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Es usted muy amable. No lo olvide.