San Miguel
sábado, 28 de junio de 2025
7:30
Saco una sillita a Lo Safareig y me siento para rezar aprovechando el fresquito de la mañana.
Aún me queda tiempo para leer un par de capítulos del libro de MAQP antes de salir para San Mguel.
9:00
Salgo para San Miguel escuchando mi selección de poemas selectos. Me detengo en el área del servicio de Elche para tomar un café con leches, un zumo de naranjas y un cruasán.
10:00
Llego a San Miguel y corro a la casa abadía para ver si, por ventura, han acabado la gran chapuza. No, no han acabado.
Mando a Wilder una foto de la ruina y voy a la iglesia. Saludo a Joan, me revisto y voy al confesonario porque, ayer, unos penitentes anunciaron que vendrían hoy.
Tercia, La gracia de Cristo. MAQP.
En La gracia de Cristo, leo la estampa que don EGM titula «Ojo negro» y en la que comenta el pasaje del juez injusto y de la viuda pelma. El juez es superinjusto, pero la viuda es tan pelma que, al final, el juez decide hacerle justicia. En las traducciones serias, suele traducirse así el razonamiento del juez: «Aunque soy superinjusto, haré justicia a esta viuda pelma, no sea que vaya a golpearme en la cara». Don EGM cita entonces al profesor Ángel Ruiz que propone una traducción más literal y graciosa: «Aunque soy superinjusto, haré justicia a esta viuda pelma, no sea que vaya a ponerme un ojo morado».
Los penitentes que anunciaron que vendrían hoy, no han venido. Cuando vengan se van a enterar. S
11:00
Misa del Sagrado Corazón de Nuestra Doña.
11:45
Hay cola en la sacristía para hablar con el cura.
12:15
Los coros y los curas de San Miguel y de Los Montesinos han organizado una convivencia en el campo de Mari Luz y de Javier. Tengo que ir para allá pero no con las manos vacías. Compro unos ricos pastelitos y algunas viandas y voy para allá.
12:45
Llego al campo de Mari Luz y de Javier. Él me ayuda a llevar las viandas a la cocina.
Me uno a los coros para ensayar el himno del jubileo.
A eso de las dos ya hemos ensayado todos los cantos del mundo y hemos puesto en la mesa cantidades ingentes de viandas pero —como no ha llegado el arcipreste— no podemos catar nada.
Me acerco a la cabecera de la mesa, donde se han sentado los jóvenes.
Diego —que sabe inglés y francés y está estudiando chino y alemán— se dedica a fascinar a las muchachas escribiendo sus nombres con caracteres chinos en servilletas de papel.
Le ruego que escriba «fonendoscopio» en chino. Él me sonríe y todas las muchachas caen, rendidas, a sus pies.
Por fin llega el arcipreste. Lo recibimos con una cerrada ovación. Bendigo la mesa y comemos.
A eso de las cinco me despido.Tengo que pasar por casa de doña Nati, preparar la homilía se san Pedro y San Pablo y rezar un poco.
19:25
Doy el primer toque, preparo el altar y me siento en el confesonario.
20:00
Misa de la Vigilia de san Pedro y san Pablo.
20:45
Llegan Ana Isabel y Wilder con una joven y desconsolada vecina. Llora porque su marido ha sido acusado de los disturbios que se produjeron durante la procesión del Corpus y arrestado. La policía le ha dicho que es el párroco quien lo ha denunciado. Le aseguro que yo no he denunciado ni a su marido —a quien no conozco— ni a nadie porque ni siquiera estuve en la procesión. Le muestro la denuncia que puso el archidiácono para que vea que allí no se identifica a nadie. Luego le doy mi número de teléfono y me pongo a su disposición.
Wilder y Ana Isabel me invitan a una Coca-cola y a un vaso de agua con gas en el Collie. Luego vamos a inspeccionar la chapuza de la casa abadía que ya está terminada. Decido quedarme a dormir en San Miguel.
Luego nos sentamos en El Paseo porque hay un bonito concierto de Jazz.
Después de un rato me despido de Ana Isabel y de Wilder porque he quedado con doña Nati, Gracia, José María para sentarnos en la puerta de su casa, como se hace en los pueblos. Desde allí se oye maravillosamente el concierto. Me invitan a un güisqui.
Al cabo del rato llega Roberto —que ahora hace y vende pizzas— con una pizza. Poco después llega María, la joven lituana a cuya simpatía es sensible Roberto.
Poco después me despido y me voy a la casa abadía aunque pasando por la iglesia porque doña Nati me ha hecho caer en la cuenta de que la ventana de la sacristía estaba abierta.
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