San Miguel de Salinas
viernes, 4 de abril de 2025
7:00
Abro la iglesia, enciendo las luces y me dispongo a salir para el hospital. Un coche de la Guardia Civil bloquea la salida de mi garaje. Voy a la panadería donde están desayunando los guardias y los amenazo con freírlos a aranceles si no mueven el coche. Y es de ver como, incontinenti, la salida de mi carro queda expedita.
9:05
Estoy saliendo del hospital para volver a San Miguel cuando llama mi atención una pradera cuaresmal toda cubierta de flores moradas. Detengo mi Lamborghini para observar detenidamente el fenómeno y fotografío muy de cerca algunas de esas humildes, silvestres y hermosas flores. Nada más sacar la foto, mi teléfono —que es muy inteligente— me informa de que esa maravilla cuaresmal es una echium plantagineum o buglosa o flor morada.
Me hago cruces ante la belleza de esta primavera en Alicante y vuelvo a San Miguel sin prestar atención al sol o al cielo porque anda toda la belleza de lo alto derramada por la campiña.
Sé que durará poco. Bastarán dos días de sol para agostarlo todo. No importa: cuando todo esté seco vendrán los turistas —que también son coloridos y alegres— y, poco después, florecerán las adelfas.
11:00
Misa en San Miguel. Esto hay que consignarlo. Nunca jamás en mis recién cumplidos treinta y siete años de cura he sentido tanta paz y tanta alegría celebrando la misa como la que siento de ordinario cuando celebro en San Miguel.
14:30
Llego al chino donde he quedado para comer con Noelia —concejala de Servicios sociales, Igualdad y Educación— y con Ricardo, jefe de la Policía Local.
La propietaria del local —china por los cuatro costados— me reconoce, celebra chinamente mi llegada y mi puntualidad y me conduce a la mesa que ha reservado para mí, para Noelia y para Ricardo.
¿Llegan —justo en ese momento— Noelia y Ricardo? Sí.
16:45
Nos despedimos. Hemos hablado de todo. Ya somos amigos.
…
Contarlo todo es imposible por ahora.
Creo que llaman «influencers» o algo así a los que saben hablar en Tic-Toc de lo que pasó ayer o atier.
Ya veremos qué pasa cuando comprendamos que las cosas que importan no están primero en las RR SS sino en Dios.
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