San Miguel de Salinas
jueves, 24 de abril de 2025
PENITENTES
Dos.
EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO
A las diez y media en San Miguel, con Andrés al órgano.
MISAS
A las 11 en San Miguel, con Andrés al órgano, y a las seis y media en los Montesinos.
CATEQUESIS
Una en Los Montesinos, después de misa con el título: «¿Quién elige al Papa?
LECTURAS
1. Constitución Apostólica, Universi dominici gregis.
Deberíamos leerla y releerla en estos días para entender qué es lo que está pasando durante la Sede Vacante.
Preguntas dificilísimas para la catequesis:
¿Pueden los cardenales, reunidos en cónclave, elegir al Papa por aclamación o per compromissum? No, señor: los cardenales reunidos en cónclave no pueden elegir al Papa ni por aclamación ni per compromissum.
¿Por qué razón los cardenales reunidos en cónclave no pueden elegir al Papa por tales métodos? Los cardenales reunidos en cónclave no pueden elegir al Papa por tales métodos porque tales métodos de elección del nuevo Papa fueron expresamente prohibidos en la Constitución Apostólica, Universi dominici gregis Por San Juan Pablo II, de felicísima memoria.
2. En casa. Una aproximación a las ideas sobre el hogar y lo doméstico de Gilbert Keith Chesterton.
Es un trabajazo de doña Aurora Pimentel a quien yo conocía y admiraba por su Máster en nubes. He empezado a leerlo hoy. Me he zampado sesenta páginas de un tirón.
Sabía yo que doña Aurora podía interpretar fielmente el canto de los pájaros más raros. Ahora sé que puede interpretar maravillosamente el canto de los ángeles en Navidad, ese canto que nos conduce
To de place where God was homeless
And all men are at home.
3. De la Biblia, un capítulo del primer libro de Samuel y un capítulo del Evangelio de San Juan.
4. Tres páginas de El Señor, de Romano Guardini. Es un libro de más de seiscientas páginas que ya leí hace años. Todo en él es, como en el desierto, claridad. Hay que perseverar mucho para encontrar de pronto —¡zas!— un fogonazo de luz entre palmeras, como un oasis. Vale la pena pero aquí tengo que darle la razón a don Ricardo Calleja cuando sugiere que quien solamente lee por placer puede y suele acabar perdiéndose lo mejor.
5. El romancero viejo. Por puro placer, me demoro en el Romance de los cinco maravedís que pidió el rey.
Vemos a Alfonso VIII como a cualquiera de esos méndigos que nos piden un euro para el metro.
El rey quería ir a Cuenca, no a París o a Viena, y andaba mendigando cinco maravedís.
A ver: ¿hay alguien tan rácano que vaya a negar cinco maravedís a un méndigo que, además es rey y que, además, quiere ir a Cuenca.
La trampa está en que ese méndigo es el rey y en que no está bien
que querades, vos, señor, al libre hacer tributario.
Un viejo verso que habla con sensatez de la libertad en plan materialista mucho antes de que el materialismo insensato de Marx desterrase la libertad al país de Utopía.
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